La situación petrolera en Venezuela
Los empleados de (%=Link(«http://www.pdvsa.com»,»PDVSA»)%)
ya quemaron sus naves; no desfallecerán, se impondrán. Muy probablemente, el gobierno fracasará en su intento de neutralizar el paro masivo que comenzó el pasado 2 de diciembre, y sus efectos sobre la economía. Es posible que tome tiempo, pero la huelga de PDVSA terminará por librarnos de Chávez. No olvidemos que el paro que produjo la salida de (%=Link(«http://hague.bard.edu/»,»Milosevic»)%) , duró once días, y que la huelga que liberó a Chile de Allende, duró varias semanas. Este gobierno tiene por costumbre ponerle una fachada de normalidad, a las peores situaciones. El 11 de abril, Chávez y Rangel decían con cinismo “la situación en el país es de absoluta normalidad”, y todos sabemos cómo terminó el 11 de abril.
Sin embargo, antes que Chávez se vaya, es posible que se genere una situación muy fea. Chávez está empeñado en producir a todo evento, conflictos violentos y derramamientos de sangre para justificar una represión aún más salvaje. Hace esto porque sabe que la violencia lo beneficia ocurra lo que ocurra: Si aniquila exitosamente a la oposición, se afianzará en el poder. Si aparece renunciando como consecuencia de la violencia, podrá volver a cantar la misma cancioncita que dice que fue “víctima de los golpistas”. En cambio, si renuncia pacíficamente, piensa que lucirá como alguien que se rinde, con lo cual quedaría políticamente liquidado.
En tal sentido, el régimen Chavista está activamente involucrado en promover el terrorismo de estado. Mantiene vínculos estrechos con los gobiernos de Libia, Irán e Irak, y con organizaciones terroristas, guerrilleras, internacionales, Marxistas y narcotraficantes que apoyan a su “revolución”, y que operan libremente en Venezuela, donde han ingresado subrepticiamente a las fuerzas militares (ver artículo titulado “Hugo Chávez, Presidente de Venezuela y sus vínculos con el Terrorismo” para más detalles).
Hugo Chávez representa una amenaza para la seguridad de todo el continente americano. Sus políticas económicas son destructivas y sólo exacerban la pobreza y las tensiones sociales que de ella se derivan. Está empeñado en establecer un régimen Castro-Comunista en Venezuela, para luego extenderlo al resto de América Latina – o sea, todo el patio trasero de los Estados Unidos.
Su permanencia en el poder solo descarrilará los intereses estratégicos de los Estados Unidos.
Actualmente es muy importante para Estados Unidos y Venezuela, que Estados Unidos adopte una visión de largo plazo acerca de los acontecimientos que afectan la industria petrolera venezolana. Esperemos que Estados Unidos no cometa el error miope de respaldar a Chávez con el objeto de asegurarse un flujo estable de petróleo (según STRATFOR, esta tesis estaría cobrando fuerza en Washington). A estas alturas, debe resultarle meridianamente claro a Estados Unidos, después de DOS huelgas petroleras en menos de ocho meses, que Chávez no puede garantizarle el suministro de petróleo, aún cuando quiera honrar sus compromisos (lo cual es altamente improbable a la luz de su larga trayectoria de mentiras y promesas incumplidas). Mientras Chávez se mantenga en el poder, las huelgas petroleras se convertirán en eventos recurrentes. A Estados Unidos le conviene mucho más, apoyar un gobierno pro-negocios y capitalista, cuyos intereses estratégicos incluyan el fortalecimiento y no la destrucción de PDVSA, el incremento de la producción y salirse de la OPEP. Chávez representa todo lo contrario.
