Opinión Nacional

La sombra de Uribana

La masacre es solo el prólogo de una crisis peor. Uribana es la punta del iceberg de un fracaso monumental del régimen en materia carcelaria. Casi como por arte de magia el reclusorio ubicado al norte de Barquisimeto, comenzó a engrosar la lista de las cárceles más violentas del hemisferio.

Algunos noticieros brasileños compararon el exterminio de Uribana con los terribles hechos acaecidos en Carandiru hace unos veinte años en donde murieron más de ciento ochenta personas.

Fue impresionante cómo colocaban imágenes de ambos escenarios e indicaban que existe un hilo conductor que hace que estas situaciones tengan alguna relación. Ese manejo de la información nos pareció interesante. Señalaron que en estos sitios existen grandes negocios que son ocultados por las reyertas periódicas. Qué detrás de la muerte crece olímpicamente toda una red de complicidades en donde están involucrados diversos grupos que actúan en el ámbito penitenciario.

La cárcel se convierte en una excelente tajada para sectores que actúan desde las rejas para embadurnar con sus miserias a muchos. Estos se dejan seducir por verdaderas mafias que ganan millones moliendo la esperanza de vida. Desde la sombría obscenidad de los intereses aparecen los beneficiarios del gran negocio de operar los hilos sin peligro aparente. Los pranes siguen manejando el tráfico de la droga, el sicariato, robo de vehículos y de bienes desde las instalaciones de la cárcel.

Se han hecho millonarios viviendo cómodamente en los penales en donde no tienen el peligro de ser detenidos por algún funcionario honesto que ponga en riesgo su vida. Presos pueden utilizar sus ventajas sin tener que encontrarse bajo el rigor de elementos no contaminados o con el poder enunciativo de los medios de comunicación. Estando detenidos su vida deja de ser noticia y el olvido coadyuva a ocultar sus actividades.

Tienen armas de gran calibre que usan a discrecionalidad sin que nadie conozca su origen, la confabulación de guardias nacionales y personal del Gobierno es total. Los líderes de los reclusos tienen protección absoluta y pueden disfrutar de rumbas semanales con drogas, whisky y las hembras más voluptuosas.

Su adhesión al régimen hace que tengan todo el apoyo para delinquir, disfrutan de lo inimaginable con el apoyo irrestricto de su administración.

La decadencia se cierne sobre Uribana. Se desangra la política carcelaria oficial con los sucesos del reclusorio larense. Ahora como medida efectista han llevado los presos a otros centros, es decir corren la arruga de un drama que va más allá de evacuar una cárcel y formar un show mediático.

La raíz del problema son los intereses perversos que yacen tras los barrotes. Si viviésemos en un país con instituciones medianamente decentes la ministra Iris Valera hubiese puesto su cargo a la orden. Los órganos legislativos le hubiesen abierto una investigación y los tribunales la juzgarían por negligente o cómplice.

Desgraciadamente en este proceso revolucionario se premia al incapaz y se castiga al inocente. El delincuente hace de las suyas mientras el ciudadano honesto es reducido a vivir con miedo.

@alecambero

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