Opinión Nacional

La Universidad como vocación

Próximamente en la Ilustre Universidad de Los Andes se llevará a cabo el proceso eleccionario para los cargos del futuro equipo rectoral; el 9 de junio y, la segunda vuelta, de darse, para el 16 del mismo mes, para el período 2004-2008.

Hoy más que nunca la Universidad juega un rol para el equilibrio en las relaciones sociales. No sólo por el hecho de ser la fomentadora, creadora de conciencia, civilidad, academia y tolerancia. Sino porque en días tan conflictivos como en los actuales, hace falta de la Universidad de calidad, en donde las ideas y planteamientos eficaces se produzcan de la mente de sus profesores, investigadores y estudiantes para el establecimiento de una sólida democracia en todas las ramas de saber. Gracias a su pluralidad de valores.

Nuestra Universidad solicita de mentes lucidas más no de personeros y títeres de los gobiernos de turno. La Universidad no se crea por decreto presidencial, se crea por voluntades académicas con visión de país. La Universidad, como base universal de las ideas siempre busca y buscará en sus profesores y enseñanzas salvar la patria de la idiotez y mediocridad de los gobiernos de turno. Y aunque en ella la democracia no se ejecute en su totalidad, por su fe meritocrática, hace de los hombres y mujeres que la viven, mentes libres que se liberan de dogmas opresores, de tabúes demoledores. Porque el universitario siempre aupará, en su gran mayoría, los sistemas de libertades y respeto a los derechos e instituciones establecidas en democracia.

Es decir, la Universidad no ejecuta como tal la democracia pero la alimenta y refuerza en sus aulas, pasillos, centros de investigación e institutos.

En sí, han sido miles los venezolanos que han salido graduados de nuestra casa de estudios, demostrando en todos los ámbitos sociales, económicos, culturales, académicos y políticos su gran valía.

Asimismo los aportes económicos que de ella se desprenden para la economía interna del Estado Mérida, y en especial de su ciudad capital. Una Universidad con una ciudad por dentro, como lo dijo magistralmente Mariano Picón Salas. Una ciudad que vive y crece en el lomo de ésta, e incluso sus aportes científicos dan calidad de vida para muchos venezolanos.

Ahora bien. También en la máxima casa de estudios el conflicto político, social y económico se refleja. Es lógico, la U.L.A depende casi en su totalidad del Estado. Y por ello en sus predios pululan mentes mediocres, destructoras de la enseñanza en pro de intereses privados. Por suerte no es la máxima en la gran mayoría de los profesores e investigadores.

De hecho atacada ahora, como en otras épocas lo fue atacada y cerrada la Universidad del Zulia por Cipriano Castro. La comparación viene dada por la falta manifiesta en muchas facultades de nuevos incentivos de toda índole. No se cierran sus puertas como sucedió tiempo atrás en el Zulia, pero se le limita su presupuesto; se denigran sus ideas, se obstruye la entrada de jóvenes investigadores, y todo por un populismo masificado, cosechador de desempleados. En donde la tolerancia; que es la que posibilita el diálogo se desaloja en la primera bufonada del gobierno y sus personeros dentro de ella, como típico deslinde de los dictadorzuelos de turno.

Vivir la Universidad como vocación se manifiesta en su calidad y capacidad de gestión, tanto administrativa como académica, en pro de la doble necesidad de educar y crear mentes sólidas para el desarrollo de un país.

El próximo equipo rectoral tendrá muchos frentes de lucha. De ahí la necesidad perentoria de pensar la vocación de los candidatos en pro de mejorar las condiciones y adversidades por venir.

Max Weber, aquel gran teórico alemán, de quien hemos tomado la idea, en unos discursos a los universitarios alemanes, invitado por una asociación de estudiantes de la Universidad de Munich en enero de 1919, expresó: La ciencia como vocación. Allí manifestó: “Lo que es seguro es que son sólo los mediocres acomodaticios o los arrivistas los que tienen posibilidades de ser nombrados cuando en los nombramientos interviene, por motivos políticos, el parlamento, como sucede en algunos países, o un dirigente revolucionario, como sucedía antes y sigue sucediendo ahora entre nosotros”. (Max Weber)
Palabras más, palabras menos, que debemos pensar y que aún hoy día son de gran actualidad para pensar el mundo de la Universidad.

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