Opinión Nacional

La vergüenza militar

¿Cuál es el morbo que lamentablemente envuelve el sentimiento de unidad y de patria en las Fuerzas Armadas venezolanas? Se decía que era el defecto de la mala comunicación, por cuanto las armas desunidas anarquizan y conducen a la intranquilidad de la República, mientras que, en cambio, unidas logran la seguridad y la libertad.

Después de 1958, los talantes de la pluma escribieron que, “debía ambicionarse por establecer la unión, no solo dentro de las Fuerzas Armadas, sino entre éstas y la sociedad civil. Una unificación sincera, sin componendas, sin trastiendas, sin subterfugios; simplemente militares y civiles mancomunados por un mismo interés, para que pudiera cumplirse el ideal democrático que conduciría a una nación consolidada, fuerte, segura de su soberanía y de su destino”. Sin dudas, mal que bien, con sus vicios corregibles y definidos, funcionó la democracia y se pudo ver durante al menos treinta años la unión cívico-militar.

Lamentablemente, el partidismo grupal se apoderó de la dirigencia, incluyendo al ente militar, al extremo de manipular el sentimiento de los hombres de armas, quienes en su mayoría, prevalidos del apoliticismo mal entendido, como las algas, se montaban en la ola del partido ganador. Era claro el institucionalismo como ilusión, que a pesar del grupismo funcionaba. Siempre prevalecían el mérito y la antigüedad.

Es indiscutible, que el factor de corrección y el control civil permitían el equilibrio que lograba mantener el deseo de la unidad cívico-militar, donde la mayoría siempre se imponía sobre la minoría inconforme, hasta que apareció el aciago 4 de Febrero que marca el inicio de la desgracia nacional, la ruptura de la armonía social, sin dejar de reconocer la existencia de las injusticias. Pero en el país cabíamos todos y podíamos vivir enfrentados en ideales, pero sin odios ni complejos.

Hoy deben estar mirándose en el espejo, aquellos líderes militares que vieron en los políticos la oportunidad para surgir en lo militar y sin darse cuenta, confundiendo el espíritu de cuerpo, crearon el “monstruo” con la enseñanza de los “forjadores de libertades”. Es innombrable y junto a él se han anidado víboras ponzoñosas que no vale la pena nombrar, quienes creen que las lecciones se aprenden deletreando.

Pena ajena da oírlos y da vergüenza saber que usurpan jerarquías militares y han conducido a las Fuerzas Armadas a una involución profesional y democrática, donde los subalternos, siguiendo sus enseñanzas, tildan a la gran mayoría que se opone al régimen de “escuálidos” y “traidores”, y se suman a los aprovechadores y malversadores del erario público. Cuanta tristeza se siente, cuando se sabe que acciones represivas contra ciudadanos en manifestación pacífica, son premiadas con condecoraciones y bonos de eficiencia y confianza.

Es lógico pensar que la juventud militar no tiene vocación asesina, pero no puede esperarse otra cosa de la tropa inexperta del Ejército y los bisoños guardias nacionales, quienes envenenados con las enseñanzas “revolucionarias”, en su pequeño mundo ven las acciones de sus jefes militares, quienes menosprecian el orgullo de ser miembros de las FAN, para embobarse con la golosina del poder político, creyendo que en el futuro se repetirá el efecto portaviones. Estas notas de prensa son vergonzosas: “…lo reventaron a palos”. “Maracaibo. Una comisión especial del Ejército Nacional se trasladará al Estado Zulia para investigar la muerte del joven Juan Carlos Zambrano (28), quien fuera presuntamente torturado por miembros de la Undécima Brigada de Infantería tras ser detenido el jueves 4 en Ciudad Ojeda, en la Costa Oriental del Lago, por carecer de su documentación personal”.”…me quemaban con fósforos y cigarrillos, me pegaban en los dedos. Nos obligaban a bailar entre nosotros e incluso a comer concha de plátano». “En Yaritagua y San Felipe, el lunes 1, la GN apresó en medio de golpes a 17 (12 adultos y 5 menores). Fiscales y tribunales no permitieron que practicaran exámenes forenses, afirmó Armando Barreto, secretario de la Coordinadora Democrática en Yaracuy”. “En Ortiz y San Juan (Guárico) han detenido y torturado a 17 (siete menores) y enviados a cárceles comunes; actualmente cumplen régimen de presentación. En la región, numerosos allanamientos fueron practicados por la GN, la Disip y la Brigada Especial BIA, en los que participaron chavistas civiles en autos del Estado”.

¿Dónde está la vergüenza militar? ¿Será posible que estas acciones cobardes, que no dudamos de su veracidad, ocurran en presencia de oficiales formados en la “Academia Militar” y en la “EFOFAC?. Nos de rabia creerlo.

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