Opinión Nacional

Las razones de Juan Bimba

Dedicado a los doctos politólogos

– Oiga, ñero, ¿usted no ha contado cuántas elecciones han habido en
Venezuela del 98 a la fecha? ¿Hay alguna en la que haya perdido el
régimen?

– Bueno, pero siempre hay una primera vez.

– ¿Primera vez? ¿Tu como que eres gafo, o te haces? En el
referéndum revocatorio, para ponerte un ejemplo, los revolcamos, pero
los grandes y heróicos líderes de la Coordinadora, no dijeron ni
pío.

– Pero es que ahora va a ser diferente…

– Dáme UNA sola razón para que podamos siquiera imaginar que esta vez
será diferente y que no nos van a robar los votos

– Es que nos vamos a tirar a las calles…

– Escúchame, a ver si te dejas de ingenuidades: los que acompañan a
Rosales son los mismos que estaban en la Coordinadora, ¿porqué vamos
a pensar que cambiaron y ahora son valientes y leales?; el CNE está
más rojo que cuando el referéndum, ¿porqué vamos a pensar que será
imparcial?; las condiciones que impusieron ahora son peores que las de
aquella época ¿cómo demonios vamos a pensar que nos irá mejor que
entonces?

– Pero es preferible salir a protestar por nuestros votos robados en un
fraude que quedarnos en nuestras casas sin tener nada que reclamar…

– Pero mucho mejor es salir a protestar desde ahora, desde hoy mismo,
para impedir una farsa electoral y que nos roben nuestros votos.

– O sea, ¿que tu estás como los adecos y dices que a Rosales le va a
pasar lo mismo que a los dos Frijolitos?

– No panita, a Rosales después que pierda, le irá mucho peor que a
Salas Romer porque lo van a destituir y a meter preso; a menos que le
hagan como a Arias Cárdenas y le den sendo premio.

– Pero fíjate que lo que importa es la constancia. Ve los ejemplos de
Nixon, de Caldera y de Lula. Insistieron hasta ganar

– Pero cada uno de ellos tuvo que esperar veinte años. Yo no voy a ir
a votar para luego esperar veinte años a que Rosales pueda ganar. Y
los problemas de Venezuela no pueden esperar a que Rosales pueda
cobrar, Borges esté maduro, el cómico llegue a enseriarse, los
infiltrados se retiren o ganemos alguna guerrita asimétrica.

– Pero Rosales se transformaría en el gran líder y conductor de la
oposición

– Claro y se quedaría con Acción Democrática, que ya está buscando
quedarse con ella. Y haría mesas de negociación con el gobierno. Pero
eso no nos resuelve el problema de la pobreza, ni del desempleo, ni la
corrupción, ni el abuso de poder, ni las amenazas a la propiedad
privada y a la educación de nuestros hijos, ni la inseguridad
galopante que mata a mas de cuarenta venezolanos por día.

– Pero al menos con un líder, podríamos detener la destrucción del
país.

– Líderes muy valientes tenemos de sobra. Mira la dignidad y valentía
de Leopoldo López y Capriles Radonsky. Pero frente a una satrapía que
reparte reales a diestra y siniestra, que prefiere entregar armas que
empleos, comidas o educación y que lo único que sabe es instigar al
odio y a la violencia, se necesita mucho más que los métodos
convencionales de convivencia política.

– Entonces, panita, ¿qué hacemos?

– Bueno, vamos a ponerle atención a lo que nos han dicho el Cardenal
Rosalio Castillo Lara, Carlos Ortega, Oswaldo Alvarez Paz, Antonio
Ledezma, Agustín Blanco Muñoz, Alberto Garrido, Oscar Pérez y tantos
otros que no andan en componendas.

– ¿Y tu crees que tras los que queremos votar hay componendas?

– No de los que quieren votar, porque lo que yo mas quisiera es poder
ir a votar, pero, olvídate, desde los financistas, que son los mismos
que pusieron la plata para la Coordinadora, eso está lleno de vivianes
que van a sacarle provecho a la ingenuidad de la oposición.

– OK, pero es que la abstención nunca ha dado resultados

– Ahí si está peladísimo, compañero. En el año 51, Rómulo
Betancourt llamó a la NO participación desde el exilio, en tanto
Alberto Carnevali llamaba a votar desde la clandestinidad.

Lamentablemente, a Carnevali lo asesinaron. Los adecos no le pararon a
Rómulo, votaron por Jóvito, ganó Jóvito, pero igualito consumaron
un fraude y lo mandaron para el exilio.

– Pero si ahora hacen eso aquí todo el mundo se va a alzar a defender
cada voto.

– Mira, después que sacaron a Jóvito, hubo que esperar seis años,
hasta el 57, para que volviera a pasar algo. Pérez Jiménez tuvo que
convocar a elecciones. Los opositores andaban otra vez deshojando la
margarita de participar o NO participar, hasta que al fin se pusieron
de acuerdo por la NO participación.

– ¿Y qué pasó?

– Ninguna organización política se prestó al fraude. La farsa
electoral quedó al descubierto. Pérez Jiménez se quedó solito y
tuvo que transformar las elecciones en un plebiscito, en el que apenas
si votaron, obligados, algunos empleados públicos. Pérez Jiménez
ganó, pero el desierto electoral evidenció el rechazo al régimen.

– Pero igual ganó…

– Sí, eso fue el 7 de Diciembre de 1957, a menos de mes y medio, hubo
un alzamiento militar, los repudios y manifestaciones se multiplicaron
hasta llegar a la huelga general del 21 de Enero, la situación se hizo
insotenible, y ya el glorioso 23 de Enero, el funesto dictador salió
huyendo…

– ¿y… ?

– Chamo, a menos que haya garantías de elecciones LIBRES, no tiene
sentido alguno convalidar el fraude electoral. Nosotros apoyamos a
Rosales, mientras exija condiciones, caso contrario, ¡NO
participación!

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