Le Monde Diplomatique ¿o Publicitaire?
La última nota sobre Venezuela aparecida en la versión digital Le Monde Diplomatique el 9 de marzo es, sin duda, un aporte al periodismo de investigación que probablemente sea premiado en Cuba con un Pulitzer que entregue el Granma. El texto titulado “Amenazas sobre el Presidente venezolano”, parece dictado desde las oficinas del canal ocho, pero refaccionado a la francesa por esa “vanguardia” que desde París, anda siempre buscando revoluciones y “hombres nuevos”, pero mientras más lejos de sus fronteras mejor, más exóticos.
Este análisis periodístico, convertido en panfleto, sirve a la causa que desde Europa se aplaude sin pudor y cuya ideología seguramente rechazarían en su propio patio. (¿Qué pendejadas son esas del árbol con tres raíces?). Como cualquier mortal curioso sabe, esas ensaladas de ideas pseudonacionalistas terminan por hacerle la cama a los grandes jefes, al autoritarismo. Pero, ¿qué escribe una pluma al servicio de una causa? Lo que le conviene al proyecto, nunca lo que hace dudar de él. Tenemos entonces, por ejemplo, que la visita de Chávez al Foro Porto Alegre genera en el periodista del Diplomatique, una dosis de adrenalina revolucionaria que le lleva a reseñar sobre “el recibimiento triunfal” para el hombre que “en la izquierda latinoamericana es el símbolo de la resistencia al neoliberalismo”. Por allí comienza una nota que pica y se extiende, pero que nunca se sale de la versión que el diario oficialista Vea repite aquí, con entusiasmo y convicción.
Por supuesto que el periodista se da banquete y hace maromas con las repetidas y poco felices declaraciones que dan los funcionarios norteamericanos sobre Chávez, “la fuerza negativa en la región”, pero como no es pendejo, no se le ocurre citar, digamos como información para sus lectores, las “travesuras verbales” con que el teniente coronel se refiere a las autoridades del norte.
Para el articulista, está claro que el ciudadano colombiano Rodrigo Granda es un “embajador” de las FARC, secuestrado y repatriado a Colombia violando las leyes internacionales. Hasta allí la información.
Su expedita cédula venezolana, su inscripción en el REP, su posible participación, como la de otros millares, en las elecciones del país fueron datos poco relevantes para ser señalados.
El reportaje aclara que la compra compulsiva de armas a Rusia y a otras naciones, por parte del gobierno venezolano, se explicaría por qué los norteamericanos no quieren vendernos más repuestos para los F16 venezolanos y para equilibrar el desbalance con la Fuerza Armada de Colombia, país que sería “el Israel de la región andina”. También reporta que de Colombia llegaron 91 paramilitares para “realizar una masacre, atacar las instituciones militares y asesinar al presidente Chávez”. Diríamos que el periodista ya casi se ve cubriendo una guerra fratricida.
Claro, siempre lejos de casa.
Pero la verdadera amenaza para la causa, se perfila en las declaraciones del ex presidente Carlos Andrés Pérez: “Chávez debe morir como un perro, lo merece”. CAP representa en este artículopanfleto, junto a Orlando Urdaneta y su mira telescópica, la oposición venezolana o lo que queda de ella, porque según el periodista “ésta explotó en medio del vuelo”.
Una primera lectura de esta nota, nos habría hecho pensar que el autor era un joven periodista de ancho corazón al que le había estallado una EPR (eyaculación precoz revolucionaria), luego de pasar un fin de semana en Caracas reunido con el comité táctico del MVR. Pero resulta que Maurice Lemoine es un veterano. Lo que pareciera entonces es que Le Monde Diplomatique ha dejado de ser lo que fue, para convertirse en la agencia publicitaria alter mundialista de Chávez. Buen negocio.
