Opinión Nacional

¿Los indios son indios?

En las Américas se denomina como “indios” a quienes tienen como sus ancestros a los pobladores originarios del continente. Este apelativo fue impuesto por Cristóbal Colón quien en 1942 pensaba que las tierras a las que había llegado eran la parte oriental de la India en Asia.  Si bien las Américas se han llenado con gente que ha provenido de todas las regiones del planeta, de la que menos se ha nutrido es, precisamente, de la índica.

El nombre de India proviene del Indo, el único río del mundo que le ha dado su nombre a un océano (el Indico).

Este río, no obstante, no queda en la India sino en Pakistán. Toda la amplia región que le bordea y, también la que se extiende hacia el este es denominada India.

Hasta hace 6 décadas la India británica abarcaba a todo el subcontinente de la India, en el cual hoy viven más de 1, 500,000 personas (mucho más que la población de cualquier continente e incluso de la suma de las de China, Corea y Japón).  

Además, otras 4 potencias europeas también tuvieron sus propias “indias”. La Indias españolas incluían a los actuales estados de Filipinas, Federación de Micronesia e  islas Marshall, y a las dependencias de EEUU en Guam y las Marianas, las holandesas a Indonesia, las francesas a Indochina y la portuguesa a partes de India, Sri Lanka, Malasia y Timor.

Las Indias que iban desde el río Indo hasta más allá de la frontera oriental del océano Índico contienen a uno de cada 3 humanos. Si a ello se suma la población de la ribera oeste del índico se puede estar bordeando al 40% de la humanidad.

Este océano contornea el este africano desde el país del último mundial de fútbol hasta Somalia y luego prosigue desde el Mar Rojo e la Biblia y el sur de la península árabe e Irán hasta Indonesia y el oeste de Australia. Las tierras africanas lindantes con este océano son la cuna de todas las grandes familias de géneros humanos y bordeando las costas del Índico es como de allí salieron todos nuestros antepasados, los primeros homo erectus y los homo sapiens para colonizar el resto del globo.

El océano Índico fue el primero que poblaron los seres humanos. Sin embargo, de sus costas no ha salido casi ninguno de los inmigrantes que fueron en distintas oleadas a colonizar el continente americano.

No obstante, en las Américas el número de personas que provienen de esa amplia región o incluso de ese océano no llega ni al 0.5% de su población. Los no tan poblados vecinos orientales de Venezuela (como Trinidad y las Guayanas) son los únicos países americanos que tienen un significativo porcentaje de sus habitantes que desciende de los “culíes” arribados desde el subcontinente indio.

Las Américas fueron pobladas por gente que provino del resto del planeta. Sus primeros habitantes fueron mongólicos que caminaron desde el Asia central u oriental pasando desde Siberia hasta Alaska, aunque se han descubierto cráneos americanos de hace más de 10,000 años con rasgos caucásicos o negroides que sugieren que hubo otros flujos migratorios desde Australasia o Europa.

Hace 5 siglos se asentaron definitivamente los europeos (sobre todo de Iberia, quien hasta entonces había sido la única parte de dicho continente que había estado gobernada por semitas y africanos) y ellos trajeron millones de esclavos negros.

A pesar de que el Indico linda con África, Asia o Australia, la inmensa mayoría de los habitantes que llegaron a las Américas procedentes de esos 3 continentes provienen de sus costas Pacifica o Atlántica o del Mediterráneo.

Las poblaciones de color que llegaron al Nuevo Mundo son originarias de Angola/Congo y del golfo de Guinea. En las Américas no se ven negros con los típicos rasgos del cuerno de África y las herencias culturales o lingüísticas negras allí no muestran mayor influencia del swahili, la lengua franca de la costa indica africana.

Los semitas que llegaron a las Américas son predominantemente judíos, libaneses, palestinos o sirios que llegaron desde el Mediterráneo mientras que en el nuevo mundo casi no se ven descendientes de yemenitas, sauditas, somalíes, iraníes o cualquier pueblo musulmán índico.

Desde Sao Paulo y Lima hasta San Francisco se pueden ver barrios con inscripciones en alfabeto chino, pero salvo la región de las Guayanas, no se ve similar influencia del hindi-urdu, bengalí o tamil, lenguas índicas que tienen más hablantes nativos que el francés o el holandés quienes sí han dejado honda huella en las Américas).  

Solamente en Inglaterra, por no hablar del resto de Europa, hay entre 2 y 3 millones de personas cuyas raíces emanan del subcontinente Indio. La isla británica es 200 veces más chica que las Américas, pero ésta tiene más “indios” originales que el continente a cuyos habitantes originarios se les sigue llamando erróneamente “indios”.

¿Los latinos son latinos?

A los 400 millones de hispanoamericanos, a su cultura, a sus ritmos e incluso a sus contornos raciales hoy se les denomina como “latinos”. Sin embargo, ninguno de ellos habla latín y la mayor parte de ellos tampoco tiene los rasgos físicos de los latinos originarios del imperio romano, el cual se acabó por lo menos un milenio antes de que los descendientes de quienes antes llegaron a  habitar alguna de sus provincias (como fue la de Hispania) descubriesen a las Américas. 

La palabra “latín” se origina en Latini, Latium o Lacio, una pequeña región en el centro de Italia. Los romanos se anexaron a los latinos en la batalla del lago Regilius 496 Antes de Cristo. Entre el año 300 al 91 AC los romanos lograrían ir absorbiendo y sometiendo al resto de la península itálica, expandiendo con sus victorias el uso del latín en desmedro de otras lenguas locales derivadas de las semitas traídas por los fenicios y cartaginenses, las etruscas o las griegas. 

Desde entonces Roma iría conquistando un área de 6 millones de kms 2 esparcida entre los 3 continentes que contornean al mar Mediterráneo. Roma, tras varias invasiones previas, acaba viendo como en el año 476 era depuesto su último emperador Romulus Augustulus.

El latín fue la lengua oficial del que fuese el mayor imperio europeo antes de la conquista de las Américas. La adoptaron hace unos 2,000 a 1,500 años atrás varias poblaciones locales, la administración pública y el clero (la iglesia católica, que devino en la oficial de Roma, aún la sigue usando).

El latín llegó a ser hablado por los habitantes de todos los 3 continentes del Viejo Mundo sean de raza blanca, negra o amarilla. Sin embargo, todos los imperios romanos (desde Roma a Bizancio) se extinguieron sin saber que existía el continente americano y sin haber visto alguna vez a un solo amerindio o esquimal.

Nunca ninguna población nativa americana utilizó al latín como su lengua. Hasta el siglo XVI ninguna de las civilizaciones en Sud, Centro o Norte América sabían de la existencia de los latinos ni se habían topado con cualquiera de sus instrumentos e incluso hasta con los animales que éstos criaron (como caballos, vacas, cerdos o corderos) o los cereales que éstos cultivaron (como trigo o cebada).

Los soldados ingleses que están en Iraq pueden comprobar que en el país en el que nacieron y en el que sirven y en todos aquellos que están en el medio de ambos siempre será posible encontrar ruinas, mayólicas, ceramios, inscripciones, símbolos, esculturas o columnas romanas latinas. No obstante, ninguna de ellas se podrá ver en las Américas (salvo en colecciones importadas).

El Nuevo Mundo, a diferencia de cualquier región del Viejo Mundo, fue la única parte del globo que tuvo cero contacto con los latinos. Sin embargo, hoy las Américas son el hemisferio donde se concentra la mayoría de los fieles de la iglesia católica latina y donde reside el 90% de quienes hablan primordialmente el español o portugués, las 2 mayores lenguas latinas que hayan existido.

La palabra “latino” no se usa hoy fundamentalmente para designar a los europeos que han continuado hablando una lengua latina basada en la que los romanos se la impusieron hace unos dos milenios (español, portugués, catalán, francés, italiano, rumano, gallego, asturiano-leonés, mirandés, occitano, aragonés,  sardo, siciliano,  frisio, romance, ladino italiano o judío, etc.).

Tampoco se emplea para referirse a los distintos idiomas que usan el alfabero latino (todos los de Europa del oeste, centro, norte y sur, diferentes tipos de idiomas turcos y del sudeste del Asia, y la mayor parte de las lenguas nativas de los continentes americanos, australianos y africanos).

“Latino América” es un término que está en declive. Este nunca fue usado por los libertadores de esas naciones y fue difundida por el último monarca francés cuando quiso conquistar México en los 1860s justificando ello reclamando derechos sobre las antiguas colonias españolas que hablaban una lengua latina. Desde entonces este concepto se ha utilizado sin que exista un claro consenso sobre si éste incluye a los más de 60 millones de personas que hablan una lengua latina en EEUU y Canadá (el mayor país de lengua oficial latina del mundo) y al Caribe y a las Guayanas de lenguas inglesa u holandesa, y sin que exista una sola cumbre de mandatarios o asociación de Estados que sea únicamente latinoamericana. 

La denominación “latino” tampoco se usa como una abreviación de todos los latino-americanos. Dentro de los 50 millones de latinos de EEUU (la mayor minoría étnica del mundo fuera de Asia) no se incluyen a los brasileros o haitianos, quienes son catalogados de manera diferente a éstos en los censos de estadounidenses. Pese a que en Norteamérica hay 8 millones de francófonos (quienes representan el 60% de la población mundial que habla el francés como primera lengua fuera de Francia) tampoco ninguno de ellos se considera “latinos”.

Según el censo británico, en esa isla hay más ciudadanos provenientes de un país americano de lengua oficial francesa o francesa criolla que de uno de lengua oficial castellana. No obstante, ninguno de ellos se considera “latino” o siquiera participa en las asociaciones de la vasta comunidad hispanoamericana que se autodenomina “latina”.

Los 300,000 brasileros de Inglaterra (la mayor nacionalidad latinoamericana en la cuna del inglés) crean sus propias asociaciones, clubes, iglesias y periódicos para diferenciarse de todas aquellas que se autoproclaman como “latinoamericanas”, pues con este término realmente se restringe a los hispanoamericanos.

El vocablo «latino» tiende a reducirse a lo que en EEUU se considera como «hispano».

Paradójicamente, muchos de quienes quieren ser “latinos” son inmigrantes que llegan al mundo anglo-parlante de raza o lengua amerindias y cuyos ancestros desconocieron a los romanos.

Tales son los vericuetos de la realidad que los que realmente son latinos se llaman otras cosas y los que no tienen nada de latinos quieren auto-proclamarse como tales.

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