Opinión Nacional

Medios de comunicación y desgobierno en Venezuela. (Hacia el 26 S)

En los últimos tiempos Venezuela ha padecido ante el flagelo de un desgobierno bajo la égida de la democracia plebiscitaria y caudillista, de elección en elección, 15 a la sazón, a razón, casi de dos por año, lo cual no significa ni más ni mejor democracia, ha sido todo lo contrario, lo cual  lo percibe la gran mayoría de la opinión pública como un  sistema desarticulador del tipo representativo de gobierno bajo la tutela de un ex  – líder, que de  la crisis de partidos en un comienzo e ingobernabilidad de las instituciones, se erige como “salvador” de la patria. Algo que ya no posee, es la mayoría, y algo que ya existe es la reaparición de los partidos políticos y  la mayoría ya no apoya la inviabilidad del proyecto chavista.

 Y de hecho, Increíblemente todos los candidatos  para la Asamblea Nacional del PSUV están es respondiendo al Mico de Miraflores con su malísima consigna publicitaria de; “la llave de Chávez”. El candidato es Chávez, no estos arlequines de palacio. De verdad que si demuestran ser unos eunucos mentales y jaladores de oficio. Y,  todo ello de la mano de los medios de comunicación del desgobierno, porque la mayoría de los medios de comunicación están en poder del régimen. De hecho, lo que lo tiene fuera de sus cabales al atorrante de Miraflores es la UNIDAD que ha logrado la oposición con sus 165 candidatos, sin contar entre ellos a gobernadores y alcaldes, que aunque son de diferentes toldas políticas todos los votos van al mismo lugar. Es una unidad perfecta que debemos apoyar y aplaudir para el 26 S.

Tildar a la oposición de manejar los medios es totalmente falso. Para muestra un botón; en  un estudio de Gustavo Hernández Díaz sobre el control de los medios de comunicación por parte del régimen apuntó;  “que el gobierno controla 7 televisoras de alcance nacional (1 en VHF y 6 UHF), más Telesur y 35 televisoras de señal abierta comunitarias al aire en UHF, mientras en la radiodifusión tiene bajo su poder Radio Nacional de Venezuela, la cadena YVKE y 231 emisoras comunitarias en frecuencia modulada. Aún más, la agencia de noticias venezolanas y 73 periódicos comunitarios.  De hecho el presidente llamó un nuevo modelo comunicacional creando una ley de responsabilidad social en radio y  televisión (Ley resorte) en 2004, que para los gremios y representantes del sector comunicacional en Venezuela y sectores de la oposición han llamado Ley Mordaza por su clara vocación intimidatoria y de censura. Pero la realidad que se ha palpado en el desenvolvimiento de estos años acá, ha sido, el constante y permanente incumplimiento.  Aunado por el cierre de la planta de televisión RCTV y repetidas amenazas a Globovisión y radios FM en toda Venezuela. Más sus repetidas tropelías en contra de la constitución, como de la ley orgánica de procesos electorales por parte del propio presidente en sus repetidas e interminable cadenas o, haciendo uso de los medios para proyectar a sus candidatos.

En tal sentido, la campaña actual que viola incluso las disposiciones de CNE, entre otras, lo que demuestra es la clara vocación totalitaria por parte del desgobierno, y todo ello además, haciendo uso de los dineros públicos para tales campañas que está tratando de controlar de manera descarada, sin acordarse los “revolucionarios”, que su propia revolución se construyó con un claro “por ahora” que motivó a muchas personas descontentas con los partidos políticos en aquel momento a buscar otras salidas. Y de los medios de comunicación se proyectó el “proceso” dinamizando la causa falsa que hoy busca controlar los poderes simbólicos. Lo mismo le está ocurriendo a la mal llamada revolución bolivariana del socialismo del siglo XXI. La gente, simplemente ya no los quiere y quienes le siguen lo hacen por la arepita, el sueldito, o la intimidación, otros por la comodidad y el clientelismo de las dadivas del Estado.

Es decir, en nuestros días (de agudos dislates y genuflexiones abiertas) el desgobierno se nos presenta atropellador de toda disidencia, de toda pluralidad de pensamiento y, sobre todo, de respeto a la institucionalidad y al estado de derecho en el juego político de toda democracia. En sí, los desafueros del señor presidente y sus tartufos (arlequines) caen en una suerte de extremismo político que evidencia una política de la desesperación. Política que refleja el irrespeto a la coexistencia pacífica de la diversidad. Por eso atacan a los medios de comunicación que no han logrado controlar porque saben muy bien el poder de reflexión que generan en la opinión pública, mucho más en tiempos de crisis. Así, ataca la democracia social. En sí, no cree en la democracia porque no respeta a sus oponentes.

Y como bien señalara hace ya tiempo ese gran pensador español José Ortega y Gasset a sus suscriptores en su reflexión, La democracia morbosa, en el Espectador (1917): “La democracia, como democracia, es decir, estricta y exclusivamente como norma del derecho político, parece una cosa óptima. Pero la democracia exasperada y fuera de sí, la democracia en religión o en arte, la democracia en el pensamiento y en el gesto, la democracia en el corazón y en la costumbre es el más peligroso morbo que puede padecer una sociedad”.

El señor presidente ya no goza del carisma y la popularidad con que contó en un comienzo debido a sus 11 años de repetidos fracasos, tanto políticos como económicos. Y su instinto destructor, que ha promovido la violencia, acabó con ese mito  en el cual Chávez se creía el gran líder al que toda la ciudadanía apoyaría. De allí, promover la desinformación, promover la autocensura que se está llevando a cabo en muchos medios de comunicación, atacar las diversidades de ideas como el debate claro y reflexivo para construir una verdadera democracia, no el petropopulismo mediático en el cual estamos inmersos.

Además de su clara vocación de cínico, al no reconocer que estamos en un país inviable con una inflación acumulada en 11 años del 866% más una pérdida del poder adquisitivo de 22%  anual y todo ello con una inflación (de las más altas del mundo) del 32% para lo que queda de año. Agreguémosle a la lista de fracasos la gran delincuencia desatada con una tasa de homicidios entre 1999 y 2009 de 116.541 sin agregarle los homicidios en lo que va de año, más unas 15 millones de armas ilegales en el país según datos del Ministerio de Relaciones Interiores. Aunado a ello la perdida de la calidad de vida en todos los sectores.

En definitiva parece que la delincuencia es el brazo armado del chavismo para asustar a un país y a una nación. El problema no lo inventan los medios, ni el imperialismo, el problema está latente y precisamente de tanta incompetencia en la Asamblea Nacional roja rojita es que la MUD va a lograr grandes triunfos electorales en donde el chavismo en épocas pasadas era fuerte. Ello demostrará que la mayoría está en la UNIDAD democrática y no en un proceso que perdió su oportunidad por corruptos, e ineptos comunistas fracasados.

(*) Centro de Investigaciones de Política Comparada. Cipcom-ULA

 

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