Opinión Nacional

Muerta viva (Y/O Vicecersa)

En Cali, Valle, Colombia, a la señora Noevia estando viva la declararon muerta. Al sentirse muerta en la funeraria que preparaba su cadáver, Noevia decidió regresar a este mundo, como Lázaro. La viva muerta (o viceversa), tiene consternada a toda la región vallecaucana. Cuando estaba muerta el tanatólogo no creía que estaba viva; y cuando estaba viva, el esposo de Noevia creía que estaba muerta. La muerta viva (o viceversa) se puso de pie ante la mirada de los muertos vivos (o viceversa). Nadie ahora sabe si Noevia está muerta o está viva, porque parece viva, pero está muerta. En la polémica entre creyentes y escépticos, el partido lo están ganando los escépticos. ¿Que porqué? Porque no saben si Noevia vive si esta muerta (y viceversa). Y no tienen interés en saberlo. Quienes creen en la resurrección afirman que Noevia en realidad murió, pero no murió, y se confunden explicando que en el cristianismo los muertos están vivos (y viceversa)
Quienes no son creyentes ni escépticos, los positivistas, tienen otra hipótesis: aplicar el principio de verificación. No requieren el cuerpo en vida de la muerta Noevia, ni la muerta Noevia, en vida. Con la prueba de verificación, la lógica son los datos observacionales. Y los datos son los siguientes: (a) Noevia; (b) viva; (c) muerta. El asunto no es de gramática (señores semiólogos), sino de lógica. Siguiendo indicaciones de Bertrand Russell: «Noevia» es un átomo lógico, que puede reconocerse por medios ostensivos e indirectos. Quien ha visto un átomo lógico «Noevia» tiene conocimiento directo (base empírica); quienes sólo pueden saber de Noevia por medio del enunciado “Noevia”, tienen conocimiento indirecto. Para que el átomo lógico: «Noevia» se relacione con los enunciados «viva» / «muerta», necesitamos lógica de relaciones (y probablemente lógicas paraconsistentes). Las cosas se complican, por esto las personas de bien le escurren el bulto a los positivistas.

Una tercera versión corresponde al esposo y los hijos de Noevia. Para su familia las pruebas de existencia no son lógicas ni pertenecen a la ciencia médica. Es un asunto del corazón. No, no de la máquina que mantiene las funciones de la circulación sanguínea. Se trata de otro corazón: aquella fuente vigorosa del amor humano, fuente que a diario conserva millones de relaciones, que se abre ante los hijos con una espléndida iluminación, el corazón que abraza o se separa, se enamora, disfruta de los amigos y ayuda a soportar momentos amargos. El corazón de Noevia es la prueba del valor de una antinomia. Por ese corazón la celebración de la familia de Noevia no se ha detenido desde ayer. Y en Juanchito y Jamundí a los bailaderos no les cabe un alma.

A pesar de todo el tanatólogo, no se las cree. Desde que observó el movimiento de la mano de Noevia, ha entrado en estado de coma. Los médicos están sorprendidos porque reacciona esporádicamente, lanza un grito y se vuelve a quedar (en estado de coma). Aunque no es muy claro, quienes lo han escuchado dicen que sólo se entiende una palabra que se separa con el grito: Noooooo eeeeeeeee viaaaaaaaaaaaaaaa. Un semiólogo ha sugerido que, por el acento costeño que ha tomado el grito del tanatólogo, se puede interpretar como: «Ejjjjjta, no es vida». En resumen, el tanatólo en estado de coma le estaba gritando a Noevia, que mejor se hubiera quedado muerta en lugar de regresar con los vivos muertos (y/o viceversa).

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