¡Pobre Novia Frustrada!
Venezuela está como aquella muchacha que, ilusionada, fue al altar con su amado novio, aquél que nunca le gustó a su mamá, con toda la ilusión de ser feliz por siempre y de haber elegido, a pesar de los pronósticos, al hombre de su vida, a su compañero, el mejor. Y que descubre, luego de la luna de miel, que el esposo, que tanto dice amarla, la insulta, la denigra, la golpea, la cela y pretende, además, tenerla encerrada. En fin, que se ha convertido en su dueño.
Asimismo está Venezuela. Con mucha ilusión, la gente fue a las urnas buscando en Chávez el cambio progresista que iba a levar al país a la eliminación de los viejos vicios, las corruptelas, la ineficiencia gubernamental y que, al fin, iba a lograr que saliéramos de las crisis y los problemas sociales. Eso, a pesar de que a un pequeño grupo (la mamá) no nos gustaba para nada el novio (el candidato).
No ha pasado mucho tiempo y ya el país ha descubierto que, a pesar del tan proclamado amor que Chávez le tiene al «soberano», lo irrespeta, lo denigra, lo descalifica y le pega (¿no es pegarle al pueblo el desastre económico, el violento aumento del desempleo, el desangramiento de la economía y la forma en que se ha desatado la delincuencia?). Pero, además, se cree el dueño del país, tal como el esposo del cuento. Y como dueño, puede disponer de él como le da la gana, con o sin su consentimiento. Y ¡Carajo! Que no se le ocurra oponerse a lo que él quiere, que le cae a palos de nuevo.
Lo que pasa en este tipo de situaciones es que, a pesar de las evidencias, las declaraciones de amor y los arrepentimientos, el encanto continúa funcionando. Queda la esperanza de que «él va a cambiar, tú vas a ver». Y el orgullo, que no le permite aceptar que se equivocó y que la mamá tenía razón. Y, cuando al fin la novia frustrada acepta que la mejor solución es liberarse del esposo problemático, éste se niega a dejarla ir. La quiere sometida, sojuzgada, sumisa y siempre dispuesta a complacerle sus caprichos.
Y empieza el nuevo calvario. ¿cómo salir de tan macabra situación? El hombre la persigue, la acosa, la acorrala y la amenaza. El miedo crece.
Gracias a Dios, Venezuela tiene, en este momento, la opción de salir de Chávez sin mayores traumas, mediante el voto en 28 de mayo. Pero ¿qué pasará si Chávez se niega a abandonarnos, pretendiendo que todavía el mal matrimonio debe seguir y escudándose en la trampa electoral? Tendremos que buscar la forma de hacerle entender que ya no lo queremos más. Y salir de él lo más rápido que podamos.
Urbanista. USB. 1979
MBA. IESA. 1984