Por ahora…
Por ellos…
Los caídos bajo las balas de golpistas conspiradores y asesinos en su fallida intentona por tomar el Poder la noche del 3 y madrugada del 4 de febrero de 1992.
Y también, por todos quienes han rendido sus vidas en la valiosa causa y lucha por resistir a los comunistas del siglo XXI que hoy a favor de Fidel Castro tutelan a Venezuela.
Pareciera que el tiempo se hubiese detenido o que vivimos un continuo desde que hace ya 14 años cuando tropas de la republica, bajo el lema “Patria o Muerte” volvieron las armas contra las instituciones democráticas y contra el ciudadano; armas que fueron puestas en sus manos para la defensa de los venezolanos, del país y de las instituciones.
Esa fatídica noche irrumpieron cobijados por sombras y el engaño en una Venezuela que descansaba inocente de la mortal celada montada por un grupo de militares y civiles (y de muchísimos que POR AHORA con habilidad sibilina esconden su complicidad material y política prevalidos por la capacidad de auto encubrimiento ocultan míseramente su verdadera responsabilidad y participación en el complot y la conjura) que en el gobierno o fuera de el, intentan de ocultar su responsabilidad directa en aquellos acontecimientos
Se conoce como “el cuartelazo del 4 de feb de 1992”, la realidad es otra, detrás de la rebelión militar de las guarniciones de: Maracaibo, Carabobo, Maracay, Lara, Guarico y Caracas, como primera fase del plan, se encontraban además involucradas desde hacia tiempo importantes y reconocidas figuras del mundo político, empresarial, militar, eclesiástico y militar del país, ayer como hoy, no aceptan se les nombre o se les relacionen con los conspiradores y golpistas que hoy desde el Poder han acabado con la republica, sus instituciones y lo más grave aún, acabaron con la identidad nacional inserta en el ciudadano Venezolano.
Recontar los eventos ocurridos desde aquel entonces hasta nuestros días, no es lo sustantivo en estos momentos, lo realmente importante es preguntarnos:
¿Cuál es nuestra definición como ciudadanos que ante la perplejidad de algunos y complicidad de otros, asistimos todos a la total destrucción de nuestro país?
¿Qué hacer y con quienes?
La respuesta es muy sencilla y quizás la más importante en nuestra historia contemporánea; no es preciso buscar un líder o parir un mesías, no, todo lo contrario, por segunda vez los venezolanos tenemos realmente el poder soberano de ratificar o no a quienes hemos seleccionado para que nos gobierne, pero esto debe ser bajo los esquemas y valores democráticos ya enraizados en nuestro gentilicio como forma de vida y como sistema de respeto a las libertades ciudadanas.
Son nuestros representantes, pero la decisión de mantenerlos es sola nuestra, por ello conciudadanos la consigna es:
Queremos votar para elegir, el principio de la representación y de la legitimidad nos asiste para que como ciudadanos con el poder soberano decidamos el gobierno que nos corresponde.
EL LIDERAZGO ES COLECTIVO Y DESCANSA EN TODOS Y CADA UNO DE NOSOTROS.
