Opinión Nacional

Por el derecho a vivir con dignidad

Como dice Constanza Espinel: “Una persona por ser persona no renuncia a la libertad que la dignifica y la libertad se manifiesta de muchas formas, una de ellas es la libertad para educar por parte de los padres, de los maestros y del educando a lo largo de todo el proceso educativo -preescolar hasta la universidad-, siendo la primera y segunda infancia los períodos más valiosos en la formación y educación.

El Estado es responsable de garantizar la libertad que el proceso educativo exige. La libertad es implícita a ser padre, a ser docente o académico y a ser educando, quien a lo largo del proceso educativo se hace una persona completa y por lo tanto debe tener con respeto la facilidad para su individualidad, que no individualismo, para pensar, creer, y crear.”

En Cubazuela no hay un Estado responsable de construir una nación que día a día tiene que evolucionar a estadios superiores de desarrollo humano sino un régimen que usa la Ley (LOE y Resolución 058) para imponer el adoctrinamiento castrocomunista cuya esencia es el desprecio de la dignidad de la persona humana, al vincular la educación a la construcción “del nuevo modelo de sociedad socialista” y “al Plan Simón Bolívar”, de allí el conflicto entre el régimen y quienes no están dispuestos entregarle a sus hijos para que los corrompa ni  a renunciar a la libertad al negociarla. ¿En qué términos podría negociase con quien carece de escrúpulos y no negocia sus fines? ¿El tiempo dedicado al adoctrinamiento castrocomunista o al entrenamiento militar para la defensa de la revolución rodilla en tierra, el número de integrantes de los comités, la denuncia a los padres por criticar al régimen un día a la semana? Esto sería nulo por absurdo.

Tampoco se protege realmente a los hijos enseñándoles a someterse, a que complazcan al régimen para que no les dañe, a que renuncien al derecho natural a la libertad, a que no expresen lo que piensan y lo que sienten, pues el daño mayor sería condenarlos a ser no personas.

En la responsabilidad de todos descansa la libertad que la dignidad de los educandos clama y que este régimen sistemáticamente infringe y elimina. En  el ejercicio de esta responsabilidad y soportados en el amor inmenso por ellos tenemos la obligación y el derecho a no ser cómplices por acción -apoyar los fines perversos del régimen- u omisión -no organizarse para impedirlos-.

Hay esperanza si se preservan en el corazón los principios y valores morales.  Por el derecho a vivir con dignidad manifestemos nuestro repudio a la 058 por todos los medios pacíficos posibles y pidamos a Dios que nos guíe al camino de la libertad. 

Para informarse y organizarse escriba al correo: [email protected].

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