¿Preocupación o conspiración?

Los comentarios realizados por el secretario de Estado norteamericano Colin Powell, así como las declaraciones del secretario de Estado
adjunto, Carl Ford, y del director de la CIA, George Tenet, representan una intromisión expresa en los asuntos internos de Venezuela.

No obstante, estas declaraciones no pertenecen a un hecho aislado; y en este sentido, no sería muy descabellado pensar que en la coyuntura
política actual, los comentarios de Powell hayan sido el resultado de una negociación previa con su compañero de partido Jesse Helms
—crítico acérrimo del presidente Chávez, verdugo de la guerra sucia y criminal contra el pueblo de Cuba y altamente vinculado a la mafia
cubano americana de Miami que conspira abiertamente contra el presidente venezolano— con el objeto de erosionar el apoyo militar y popular
del Gobierno nacional que provocaría eventualmente un golpe de derecha.

Según el analista norteamericano Conn Hallinan del San Francisco Examiner (2001), las reuniones que ha mantenido el Departamento de
Estado para tratar el tema de Venezuela se asemejan mucho a las realizadas en 1953, 1963 y 1973 para tratar los casos de Irán, Vietnam y
Chile respectivamente, y que culminaron con trágicas intervenciones militares. Hallinan sostiene que la “preocupación” norteamericana no
se produce por los comentarios de Chávez sobre el papel de Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo, así como seguramente hoy los
comentarios de Powell poco tienen que ver con lo que Chávez entienda por democracia, sino con “aspectos mas importantes como el
petróleo, la tierra y el poder”.

Por su parte, Noam Chomsky sostiene que Estados Unidos jamás ha subestimado el papel geoestratégico de Venezuela. (Dieterich, 2000).

En efecto, después de los países del Medio Oriente, Venezuela tiene la reserva de petróleo mas grande del mundo, y es la fuente de gasolina y
gas mas importante de Estados Unidos. (Marshall y Parenti, 2001). Chomsky asegura que Estados Unidos debe estar preocupado ante la
“ambivalencia” de Chávez, ya que aún no ha logrado descifrar con exactitud si su discurso es populista o realmente revolucionario.

Siendo el petróleo la actividad económica mas importante de Venezuela, no es un secreto que para Chávez también represente la principal
fuente de recursos que le permita cumplir con los programas sociales que intentan lograr una redistribución equitativa del ingreso nacional.

Sin embargo, “aliviar la pobreza en Venezuela no está en la pantalla de los radares de Washington en estos días” (Hallinan, 2001). En este
sentido, Chomsky ya había dicho hace poco mas de un año, que si para resolver los problemas socio–económicos, Venezuela intenta tomar el
control sobre los recursos del país, “Estados Unidos no estaría muy contentos”, y por ello hará lo necesario para mantener el control de la
“gallina de los huevos de oro”, como irónicamente llamara Hallinan a la industria petrolera venezolana.

La hostilidad de Estados Unidos hacia Venezuela se manifiesta sistemáticamente a través de sus “declaraciones incendiarias” que vulneran
abiertamente la soberanía nacional, y que como bien lo dice Hallinan, son “una luz verde” para la oposición reaccionaria que acaricia la idea
de un golpe militar de derecha. Las recientes actuaciones del coronel de la Aviación Pedro Soto, junto a la complicidad de algunos sectores
de oposición y otros no menos comprometidos medios de comunicación, desafiando la institucionalidad democrática del país, se inscriben en
esta estrategia golpista que a su vez permite despejar las dudas sobre quién representa realmente el polo de poder “antichavista” en
Venezuela.