Opinión Nacional

¿Qué hay detrás de la ofensiva hechizante de Chávez?

(AIPE)- El embajador de Venezuela en Washington, Bernardo Alvarez, se reunió con miembros del equipo editorial del Wall Street Journal hace pocas semanas. Vino acompañado del ex candidato a la vicepresidencia del Partido Republicano Jack Kemp. El Sr. Kemp nos habló de su larga relación con “Bernardo” y sugirió que debido a que mucho petróleo venezolano viene a Estados Unidos, las relaciones con Venezuela son importantes.

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Claro que el suministro petrolero no tiene nada que ver con las relaciones con Venezuela. Venezuela tiene que vender su petróleo para sobrevivir, si no a los norteamericanos a otros. Por lo tanto, Venezuela no está en posición de recortar el suministro, algo que sí le importaría a Estados Unidos. Los demás países de la OPEP sufren igual presión, lo cual explica que su estrategia de recortar producción para aumentar los precios tiene serias limitaciones, especialmente debido a otros productores de petróleo no pertenecientes a la OPEP que no respetan las cuotas del cartel.

La verdad es que Venezuela tiene que preocuparse más por su imagen en Estados Unidos que éste país por sus relaciones con Venezuela. Y esa imagen difícilmente podría ser peor. Las aspiraciones totalitarias de la “Revolución Bolivariana” de Hugo Chávez han sido un huracán para la economía venezolana, destrozando todo a su paso. Lo único todavía en pie es el monopolio petrolero PDVSA. Pero como la utopía absolutista de Chávez también requiere un control autoritario sobre PDVSA, ha tenido que despedir a todos los empleados que no están de acuerdo con él.

No es coincidencia que los despedidos eran los más competentes y educados. Para reemplazarlos ha contratado a leales chavistas sin ningún entrenamiento y que no saben la diferencia entre una torre de perforación y un cactus. Por lo tanto, sobrevivir depende de seducir a extranjeros apolíticos para que inviertan y aporten conocimientos técnicos. Se trata del mismo modelo utilizado por Fidel Castro en el sector turismo, para sobrevivir luego del colapso de la Unión Soviética y la desaparición de los subsidios que recibía.

Ese es el verdadero motivo del ataque encantador del embajador Alvarez, con sus citas de Thomas Jefferson, alardeo sobre la democracia venezolana y encompadramiento con conocidos republicanos. Pero mientras el embajador simula alabar los valores norteamericanos, su partido de extrema izquierda Patria para Todos (PPT) colabora perversamente con Chávez en destruir la libertad de los venezolanos.

El partido de Chávez es el MVR, con apoyo en las barriadas más pobres, pero es el PPT, partido de la elite socialista cercana a Castro, quien gobierna.

Alí Rodríguez, cabecilla del PPT, ahora dirige PDVSA y ha politizado la empresa a tal grado que los venezolanos la llaman PPTSA. En su columna de El Universal, la conocida comentarista política Marta Colomina se refiere a la pelea a cuchilladas por el control del botín petrolero. Los contrincantes son PPT, MVR y los militares, quienes según ella no quieren ser los últimos en la repartición de la riqueza. El Sr. Rodríguez también está en la directiva del Foro de Sao Paulo, la asociación internacional fundada por Fidel Castro a comienzos de los 90 junto con el líder guerrillero colombiano “Tirofijo”, Manuel Marulanda.

La versión PPT de la democracia es que una vez elegido, el líder máximo lo decide todo. Chávez desde que asumió el poder en 1999 ha estado perfeccionando su imitación de egolatría castrista, despotricando contra sus adversarios políticos, la libre empresa, los medios, la Iglesia católica, etc. Promueve la invasión de propiedades, fomenta el odio y amenaza a sus opositores. El país está lleno de cubanos, quienes según me dijo el embajador Alvarez están ayudando como maestros y médicos.

Pero nada de eso ha sido tan efectivo en aplastar la oposición como la nueva arma utilizada por Chávez desde enero: el control de cambios y precios. Comparado con armar a grupos paramilitares, los infames Círculos Bolivarianos, esto parece poca cosa. Pero al confiscar todos los dólares e imponer controles de precios ha logrado estrangular al sector privado.

Desde enero los empresarios privados no tienen casi acceso a dólares. Mayoristas e industriales se están quedando sin inventarios y en un país que exporta petróleo e importa casi todo lo demás, esto es devastador. Imagínese la flota de camiones de basura paralizada en Caracas por falta de repuestos. Los comercios están cerrando, las farmacias tienen pocas medicinas y el desempleo se dispara.

El dólar se ha convertido en la principal arma del gobierno. Así castiga a los enemigos y premia a los leales. Sólo algunos escogidos pueden importar alimentos, suministrando los expendios del gobierno y distribuyendo pequeños paquetes de comida entre los pobres a precios por debajo del mercado. Cada bolsita lleva una hoja de propaganda revolucionaria.

Recientemente, Chávez propuso una nueva ley para censurar a los medios y añadir 12 jueces al Tribunal Supremo, que él escogerá a dedo. Pero todo eso será “democrático” por su mayoría legislativa y por haber sido elegido. Para completar su control totalitario del país, Chávez necesita seguir produciendo petróleo y por eso es que el embajador Alvarez quiere ganar puntos con los petroleros norteamericanos. ©

* Editora de la columna Las Américas del Wall Street Journal, diario que publicó originalmente este artículo y autorizó la traducción de AIPE.

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