Rompiendo Paradigmas
RUMBO PROPIO no es un partido político, por ahora, sino un movimiento ideológico. Rompemos así unos cuantos paradigmas, de entrada, pues en Venezuela los partidos nacen electoralistas: por y para las elecciones. Y caudillistas: no tras una doctrina y un programa, sino tras un caudillo “carismático”. Y además de electoralistas y caudillistas, los partidos nacen clientelistas: arrimados a algún Tesoro público, repartiendo puestos, contratos y prebendas.
Siendo así, alguna gente nos dice que RP no tendrá éxito. Les decimos: “Amigos, esos tres no son los únicos paradigmas rotos.” Porque como partido -de hecho-, Rumbo Propio:
1. Es un partido zuliano autonomista, y no meramente regionalista y descentralizador. No quiere la descentralización del estatismo, sino la desestatización de la sociedad. Por eso no somos soñadores separatistas, pero tampoco estatistas “descentralizadores”, y menos aún regionalistas folklóricos. Más paradigmas rotos.
2. Somos un partido de contribuyentes voluntarios. A nuestros adherentes y simpatizantes no les ofrecemos puestos, contratos ni prebendas. Les pedimos, lo que ningún partido les pide a los suyos en Venezuela: una cotización mensual, a todos, conforme a las posibilidades de cada quien. ¡Tremendo paradigma rompemos aquí!
3. Por fin, el gran tabú: RP es de derechas, sin miedo ni complejos. Porque ser de derechas no es delito ni deshonra: es tomar las banderas del libre mercado contra el socialismo; de la ley y el orden contra la criminalidad; de la propiedad privada contra las invasiones; de crear riqueza contra la pobreza y la miseria; del trabajo y la producción contra el estatismo distribucionista; y por fin, de la familia venezolana contra la pauperización, desintegración y degradación que hoy la destruyen. Ser de izquierda es lo contrario. Y ser de “centro” es evitar definirse.
Claro, eso rompe muchos paradigmas colectivistas, populistas… y socialistas “democráticos”. Vea Ud.: en el socialismo el Estado es gran dueño y señor de todo, y en su nombre todo lo gobierna una camarilla despótica. Pero hay dos variantes. A) En la variante democrática, cada tanto la camarilla despótica y su jefe son sustituidos, conforme a los votos respectivos, por otros, iguales o muy parecidos. B) En la no democrática, se eternizan siempre los mismos. Pero si los amos son electivos, y los esclavos pueden elegirlos, y cambiarlos a veces, ¿cambia eso la condición de esclavitud…?
RP es democrático, pero entiende la democracia no como fin en sí mismo, sino al modo de Karl Popper: como un medio, para cambiar los gobernantes, de manera incruenta. La Vieja Oposición, nutrida de socialismo democrático, acusa al chavismo por antidemocrático; pero RP lo enfrenta antes que nada por socialista.
¿Y qué cree Ud., amigo(a)? ¿Tendremos éxito rompiendo tanto paradigma?