Opinión Nacional

Rosendo y la Cultura de la Inmediatez

Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. La inmediatez, de acuerdo a Grimaldi (1998), «no permite el cumplimiento de una obra ni el desarrollo de una composición organizada, sino la fulgurante intensidad de un trance; el rasgo sugestivo o patético de una palabra, una imagen, un gesto.»

Lo inmediato impide la continuidad de una duración. En lugar de planificar progresivamente y con moderación, la inmediatez obliga la apuesta desmesurada. La vigencia no es reconocida, se pierde el sentido de trascendencia, y por ende, la mística del trabajo. El deseo, la ilusión y la pasión se esfuman ante la rapidez del «ya»; no queda tiempo para pensar, reflexionar y profundizar, mucho menos para crear. La velocidad de la información aliena al individuo del mundo real y lo transforma en un ser incapaz de comprometerse y solidarizarse con sus semejantes. (Grimaldi, 1998)

Para Nudel y Saavedra (2000), «el paradigma de la postmodernidad consigna que estamos ante la victoria absoluta de la seducción del objeto por sobre el sujeto y su deseo», y que la inmediatez producida por ésta «nos hunde en la indiferencia y la parálisis» impidiendo la reflexión y el análisis. La inmediatez de la postmodernidad “nos enfrenta a los hechos como si fuera posible acceder a ellos desconociendo el orden significante.» (Nudel y Saavedra, 2000)

La cultura de la inmediatez tiene una débil memoria. La historia se olvida fácilmente y en lugar de la reflexión, producto de la experiencia y el conocimiento, se impone la intensidad del presente y el aprovechamiento de la oportunidad circunstancial. La visión política es personalizada y no se valoran las complejidades inherentes a su propio desarrollo. De esta forma, la relación del individuo con las instituciones publicas se debilita, y la participación política se reduce a la ruptura del orden institucional. (Cela, 1998)

En Venezuela no escapamos de esta dinámica. La inmediatez de la oposición radical enfrascada en la salida urgente del presidente, se enfrenta al proceso de desarrollo, entendido éste como una sucesión progresiva de etapas que busca materializar el proyecto de país contenido en la Constitución Nacional. Mientras el proyecto político bolivariano traza las coordenadas para la construcción del país, la oposición cierra filas para sacara a Chávez «ya» del poder, aun sin contar con un plan alternativo viable, coherente y representativo de la sociedad.

En la inmediatez se mueve la intransigencia de la oposición radical y la mal-llamada «sociedad civil», quienes rechazan el dialogo y alientan la crisis esperando que la convulsión política desemboque nuevamente en caos. Con la ayuda de los medios, buscan crear una matriz de opinión que desgaste política y emocionalmente al Fiscal General de la Republica para suplantarlo por quien asuma el enjuiciamiento a Chávez y la promoción de una enmienda constitucional que incluya el recorte del periodo presidencial y la doble vuelta electoral que evite el desmembramiento mutuo de los «candidateables» en una lucha sin cuartel por la silla presidencial.

Asimismo, los medios de comunicación han aceptado que ante la falta de liderazgo, y la inmediatez por remplazarlos, asumieron un papel político durante los sucesos de abril que hoy continúan promoviendo a través de sus espacios de publicidad, opinión e información.

La cobertura de la interpelación al general Rosendo por la comisión de la Asamblea Nacional que investiga los sucesos de abril, evidencia como la información puede ser manejada en un contexto determinado de acuerdo al interés predominante. Al igual que sucedió con las imágenes de los disparos en puente Llaguno, se impone la inmediatez sobre el orden y esencia de los hechos que facilitan su desconocimiento.

Hace poco mas de un año, Rosendo era caricaturizado en los medios de manera grotesca por su supuesta implicación en hechos de corrupción. La imagen obesa del general era sinónimo de opulencia, inmoralidad y despilfarro; su apretado traje militar apenas podía contener el fajo de billetes que sobresalía de su bolsillo.

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La editorial «Plan Billuyo 2000», publicada por el diario Tal Cual el 21 de Marzo de 2001, aseguraba que el general Rosendo «ni siquiera embutido en su tanque» podría esconder los hechos de corrupción en la administración del Plan Bolívar 2000, y que el descontento en la FAN era producto de la ausencia de castigo contra «oficiales delincuentes» como él.

En aquella oportunidad, el presidente Chávez defendió públicamente la integridad de Rosendo aun a costa de tener que soportar las acusaciones de cómplice en las actividades, supuestamente ilícitas, del general. Aun cuando Chávez ha manifestado en mas de una ocasión que entre un principio y un amigo se queda con el primero, la lealtad, un valor ciertamente escaso en estos días, siempre la colocó por encima del chisme y la intriga mediática; quizás uno de los errores por el que ha pedido perdón desde su retorno al poder el pasado 13 de abril.

La participación protagónica de Rosendo en el golpe de estado contra la democracia mas antigua de la región traicionando la confianza del presidente y del pueblo de Venezuela, ha puesto nuevamente su pasado, y también su presente, en entre dicho.

En medio del éxtasis y la celebración durante el breve régimen fascista, el general Rosendo declaró sin rodeos para El Nacional el pasado 12 de abril que le había pedido a Chávez que se fuera, y que no solo reconocía a Carmona «si no que nosotros le pedimos que viniera a ser presidente.»

Ante el estrepitoso fracaso de la aventura golpista, Rosendo debe defenderse como sea. En su interpelación ante la comisión de la Asamblea Nacional, involucra al gobierno, específicamente al vicepresidente de la Republica, José Vicente Rangel, de haber ordenado como Ministro de Defensa que era para el momento, que los círculos bolivarianos se armaran de «piedras, palos y cuchillos» para enfrentar a la marcha opositora. En lugar de respaldar el argumento de la oposición radical, Rosendo desmonta la tesis de los «círculos bolivarianos armados», ya que con este «armamento» difícilmente se pudo masacrar al pueblo y mucho menos enfrentar al ejercito paramilitar formado en las urbanizaciones adineradas del Este y que contaba con equipo militar sofisticado como los encontrados en el deposito de guerra en la casa de Pérez Reaco, personaje gris que protegió al dictador Carmona e íntimamente relacionado con los intereses que propiciaron el golpe de estado.

Lo mas peculiar del relato de Rosendo es que sus acusaciones están basadas en fuentes de segunda mano y no por experiencia propia. Su ayudante, el capitán O’Brien Fosi – supuestamente yerno de un director de la nomina ejecutiva de PDVSA despedido en los días previos al 11 de abril -, es quien le «informa que había oído una conversación del ministro Rangel [y Bernal] que decía: ‘Freddy la marcha ya arrancó hacia Miraflores, nuestra gente debe estar armada con piedras, palos y cuchillos’.» Sin embargo, los medios de comunicación y la oposición radical insisten en señalar que sus declaraciones han sido las que mayor evidencia han aportado a la investigación. El propio diario Tal Cual en su edición del pasado 14 de Mayo, afirma que el general Rosendo dio una «lección de ética» en su interpelación, y además critica la caricaturización del personaje.

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Las declaraciones del general Rosendo son como los disparos desde puente Llaguno; a la audiencia opositora solo le interesa la imagen y no el contenido o contexto donde se desenvuelve el hecho.

«Lo esencial es invisible para los ojos.» Los sucesos del 12 y 13 de abril evidencian un gran avance en la consolidación de la democracia. Para el periodista Eleazar Díaz Rangel las movilizaciones populares que se produjeron esos días, junto a un sector institucional de la FAN que evito la instauración del régimen despótico de Carmona son «expresiones de una cultura democrática formada por mas de 40 años.» El catedrático Juan Linz ya decía que en una democracia consolidada las elecciones no pueden realizarse bajo un régimen autoritario, y por ende, «solo las democracias pueden transformarse en democracias consolidadas»; es decir, la antitesis de la inmediatez.

Una de las razones por las que Venezuela y otros países de América Latina no han alcanzado una etapa superior de desarrollo al mismo tiempo que Estados Unidos, por ejemplo, ha sido la cultura de la inmediatez a la que hemos estado sometidos históricamente desde que el sueño de Simón Bolívar en hacer de América una patria unida y prospera fuera truncado por intereses personales y partidistas.

Es hora de rechazar la inmediatez que nos hace preferir el hoy al mañana y desestimar el pasado. Como ciudadanos, se nos impone construir una Venezuela grande que perdure. El Zorro ya lo había dicho, «lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella… Tú eres responsable de tu rosa…»

(*): Internacionalista

Referencias:

Antoine De Saint-Exupery (1943): «El Principito» Capítulo XXI.

Cristina R. Nudel Carlos A. Saavedra (2000): «Los Destinos de lo Simbólico en la Postmodernidad.»

Eleazar Díaz Rangel (2002): «Los Domingos de Díaz Rangel» Últimas Noticias, 5 de Mayo de 2002

Jorge Cela (1998): «La cultura de la pobreza.»

Juan Linz (1996): «Toward Consolidated Democracies.» Journal of Democracy.

Nicolás Grimaldi (1998): «La Cultura en el Siglo XXI»

«Plan Billuyo 2000» (2001): Tal Cual www.talcualdigital.com 21 de Marzo de 2001

«De villano a héroe, y viceversa» (2002): Tal Cual www.talcualdigital.com 14 de Mayo de 2002

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