Opinión Nacional

Terremotos

Estamos en medio de un verdadero terremoto político. Agárrate, pues lo que viene NO es joropo. Independientemente de lo que ocurra con la elección de la directiva de la Asamblea Nacional, el hecho es que se ha resquebrajado la hegemonía del presidente sobre esa institución, cuestión cuya importancia se hará cada vez más evidente en las próximas semanas. Si Chávez pierde la directiva, se acelerará el deslave que le viene encima en el futuro próximo; pero, también perderá si la gana, pues los dominós ya se desploman en la mesa nacional. Hace tres años, Miquilena pactó con Proyecto Venezuela y sus siete diputados para garantizar la mayoría calificada que necesitaba para las reformas radicales que quería hacer el presidente. Hoy, un Chávez enfrentado a Miquilena caza de mosquito pa’rriba para poder elegir al Presidente de la Asamblea, aunque sea por un votico. Aun si logra presionar, chantajear y comprar a suficientes diputados como para imponerse, el juego se le desmorona rápidamente, pues ésas no son bases buenas para una revolución, y mucho menos para la construcción de un país.

MIQUILENA Y LOS DISIDENTES

Los líos internos del MVR son especialmente abrasivos para el gobierno: Hasta ahora, el presidente siempre había logrado posicionar en la mente del Soberano que los que estaban en su contra eran “corruptos, oligarcas y los depredadores de siempre, causantes de todos tus males”. Arias Cárdenas era “traidor despreciable”, alguien comprado por los de siempre. Pero, ese discurso ya caía en oídos cada vez más sordos, conforme el Soberano iba despertando y comenzaba a tener ojos que ven, y no solamente oídos que oyen.

Ahora, ante la rebelión interna de los diputados moderados del MVR, el discurso es el mismo: “Traidores, aguas negras de la revolución, vendidos”, son algunos de los conceptos con que se tildan a estos diputados, gente como Alejandro Armas, Ernesto Alvarenga y Alberto Jordán, verdaderos luchadores revolucionarios en el pasado y que han sido consecuentes explicadores y defensores del proceso durante estos tres años de desgobierno, usando argumentos racionales y el deseo de concertar los caminos a andar. Ahora que a ellos se les agotaron las razones con qué explicar y por qué defender a Chávez, y se les han cerrado los espacios internos para discutir y disentir, han quedado solos con su conciencia, limbo que irremediablemente les lleva a una disidencia que, sin hacer causa común con los desafueros del pasado, tampoco puede seguir haciendo causa común con las tortas del presente.

En este escenario, la salida de Miquilena del Gabinete es un factor que acelerará todos los acontecimientos. Miquilena deja dentro del gobierno a José Vicente, su bomba solo-tumba-Chávez: Si se confirma el pase del patético y vapuleado ministro de defensa a la vicepresidencia, estará a solo un paso de la primera magistratura, desencadenando una serie de movimientos destinados a separar a Chávez institucionalmente de la presidencia, con el vicepresidente al mando hasta que se hagan nuevas elecciones. Contando con un grupo importante de diputados disidentes y unos cuantos jueces del Tribunal Supremo, empieza a cuajar el camino miquilénico para la salida pacífica de Chávez. En una hipotética separación permanente del presidente, el mando pasa al vicepresidente, y el siguiente en línea jerárquica es el presidente de la Asamblea Nacional. Con Adina y Willian Lara en estos cargos, los caminos se cierran para todo entendimiento. Con José Vicente en la vicepresidencia y/o un moderado del MVR en la presidencia de la AN, todo es posible.

FIELES E INFIELES

En todo este terremoto político que sacude los cimientos del país, sectores de oposición y de la disidencia chavista tratan de juntar los 84 votos necesarios para derrotar a Willian Lara. Este proceso desnuda buena parte de las razones por las cuales Chávez ha podido hacer lo que quiere todo este tiempo, pues la oposición es mediocre, con honorables excepciones. Con AD, COPEI, el MAS, el MVR disidente, Proyecto Venezuela, Primero Justicia, Causa R y el “Grupo Socialdemócrata”, están los votos necesarios. Todos éstos están privadamente de acuerdo con los parámetros básicos que se están manejando para conformar la nueva directiva, que son que hay que rescatar la autonomía del poder legislativo para que ejerza soberanamente sus funciones legislativas y contraloras, que se proteja y fortalezca la descentralización, y que se revisen las leyes producto de la Habilitante, para conformar unos instrumentos legales modernos y positivos. Hasta ahí, vamos bien.

Pero, AD, COPEI, PV y los socialdemócratas –de acuerdo en que la presidencia es para el MVR disidente- insisten en obtener a cambio, cada uno de los cuatro, una de las dos vicepresidencias de la AN. En esta rebatiña, ha sido interesante observar las posiciones tomadas públicamente: Primero Justicia manifestó desde el principio que no buscaba cargos, sino objetivos. Lo mismo Andrés Velásquez, de la Causa R, y el adeco Rafael Marín, mientras el copeyano César Pérez Vivas, sin mencionar que no quiere cargos, ha hablado de los principios que se buscan en el acuerdo. Sin embargo, dos grupos destacan por sus declaraciones: El vocero de PV, que dijo que su tolda no renunciaba a la segunda vicepresidencia que ya ocupan, y el socialdemócrata Lepage, que solo ha hablado de manera muy general al respecto del acuerdo.

La verdad es que estas dos toldas luchan por ser fieles de la balanza en la elección, pescando en río revuelto: Proyecto Venezuela, cuyos diputados están, a título personal, chingos por pasar a la oposición, se aferra con tesón a su vicepresidencia. Idealmente, sería con los diputados disidentes, pero cualquier cosa es posible. En igual circunstancia están los socialdemócratas, conformados por cuatro apóstatas adecos al que ya Chávez le habría ofrecido esa misma vicepresidencia a cambio de sus votos. Los vaivenes de las negociaciones, febriles, giraban en torno a convencer a estas dos agrupaciones, que han aprendido bien la lección de que el que sale mejor parado en las negociaciones no es el que tiene convicciones claras, las manifiesta y actúa conforme a ellas, sino el que logra mantenerse “indeciso” hasta el final, recibiendo así las ofertas desesperadas de los que ya fijaron posición y quieren ganar.

De los congresistas gringos se dice que hacen las mejores cosas por las peores razones, refiriéndose a los beneficios personales que algunos exigirían a cambio de sus votos hasta para las causas más nobles. Aquí no llegamos a tanto: Aquí a veces hacemos las peores cosas por las peores razones, y la llegada a la presidencia de Hugo Chávez no fue más que la consecuencia lógica de décadas de maniobras cogolleras similares a las que estamos presenciando. Si hemos de salir de aquí, después de Chávez, será con una dirigencia que esté por encima de estas cosas, pues solo así podremos lograr la unidad necesaria.

Proyecto Venezuela –es decir, Henrique Salas Römer- ha estado empeñado en ubicarse, para desesperación de muchos, en un terreno que ni es chavista ni es antichavista, buscando ser el nuevo centro del país. La apuesta de Salas es que los antichavistas votarán por quien SEA para salir del presidente, pero los que apoyaron originalmente a chávez solo lo harían por alguien alineado con los postulados de cambio y justicia social que éste encarnó –o, por lo menos, por alguien que no se haya OPUESTO a dichos postulados. Así, tradicionalmente identificado con la derecha cristiana, Salas busca redefinir el espectro político ubicándose en un centro compuesto por una imagen gerencial adobada con ideas sociales y una falta de beligerancia que invita a los descontentos de lado y lado a dialogar –con él.

Esta estrategia se topa ahora con la disyuntiva de esta elección en la Asamblea, donde él tendrá que decidir si el seguir apoyando a chávez no le deparará la misma suerte de Eduardo Fernández cuando apoyó a Carlos Andrés más allá de lo que crecientes hordas de descontentos consideraban válido para la defensa de la democracia, abriendo las puertas para un desprecio generalizado que el Tigre todavía no se ha podido quitar de encima, a pesar de sus muchas cualidades personales y profesionales.

OJOS QUE VEN: Nuestro programa, que se transmite por NCTV los lunes a las 9:00 pm y los martes a la una de la tarde, sigue en receso esta semana. Arrancaremos el 14 de enero, conversando con Felipe Mujica, Presidente del MAS, quien ha demostrado inusual claridad y valentía en el último año respecto a chávez y su desgobierno, y que es testigo de excepción del parto de la VI República. No dejes de verlo.

DELINCUENCIA VACACIONAL: 50 homicidios en Carabobo en los últimos dos fines de semana del año resumen la gestión del gobierno de Carabobo. Ante esto, el Secretario de Seguridad, Carlos Fermín, solo nos dice que “la policía revisa la hoja de vida de cada policía: El personal que no rinda, que matraquee, que no cumpla sus funciones, que cometa delitos, que no tenga el perfil moral que se requiere para este nuevo ente policial debe salir, no puede estar en la policía de Carabobo que queremos.” No nos dice por qué está así la policía. Para el diputado José Avilio Torres, no habría voluntad política para abordar seriamente el problema de la inseguridad. Para él, “aún no han llegado los uniformes completos para los policías, los chalecos están incompletos, las armas que mostraron por allí, son como 200 y se requieren tres mil. Me da la impresión que hicieron unas adquisiciones cortas como para un ‘pantallerismo’ inmenso, pero que no han llegado al grueso del cuerpo policial, que sigue en las mismas condiciones.”

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