Opinión Nacional

Venezolanos acorralados

Desde que Chávez delegó el mando político en quien era su Vice-Presidente Nicolás Maduro aquel 11 de diciembre del 2012, los venezolanos hemos escuchado hablar de la conformación de un grupo de civiles y militares a los que Nicolás llamó primero » Alto Mando Político-Militar de la Revolución» y que ahora llama «Alto Mando Cívico Militar», al que también se suman los Altos Mandos Fronterizos, Comandos Estratégicos y pare usted de contar, atrapado así Nicolás en el lenguaje militar que no conoce, pero que suena rimbombante y hasta amenazador para el común de los ciudadanos. Hoy en día no sabemos quienes integran esa agrupación y como funciona, ya que no existe en nuestra legislación vigente ningún indicio donde podamos conseguir basamento legal para la existencia de este «Alto Mando».

Traigo esto a colación, para explicar justamente que es a ese «Alto Mando Cívico -Militar» a quien debe responder el nuevo órgano para el control de la información, el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria ó CESPPA. Uno de los artículos que más me preocupa, como disidente que soy de esta tiranía que hoy vivimos, es el número 3 que dice lo siguiente: “El Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria solicitará, organizará, integrará y evaluará las informaciones de interés para el nivel estratégico de la Nación, asociadas a la actividad enemiga interna y externa, provenientes de todos los organismos de seguridad e inteligencia del Estado y otras entidades -públicas y privadas, según lo requiera la Dirección Político-Militar de la Revolución Bolivariana”.

Durante todo el gobierno de Chávez y ahora con Nicolás, la oposición venezolana, sobre todo los miembros de partidos políticos y organizaciones civiles que se han dedicado a denunciar las incontables violaciones a los Derechos Humanos, han sido considerados «enemigos de la revolución» al mejor estilo de la Unión Soviética o de la Cuba de los Castro. ¿Será entonces que somos los enemigos internos del gobierno? Porque la palabra «enemigo» tiene dos definiciones: 1: Se considera enemigo a una persona o grupo de personas, que se oponen a otro grupo de personas ya sea por sus ideas, pensamientos, actividades o por motivos políticos radicales y 2: en caso de guerra se considera como enemigo a las fuerzas armadas de otro país y, dependiendo de las reglas de enfrentamiento, a sus civiles como hostiles.

Es decir, si los enemigos internos de la revolución somos la oposición democrática venezolana, estaría ya el gobierno hablando en otros términos, por supuesto no democráticos. Nicolás no ha dado la menor muestra de querer despolarizar al país, al contrario, atiza la polarización con cada uno de sus discursos, sin todavía aceptar que la mayoría -sin duda alguna- del país no lo quiere, y rechaza la imposición de un sistema Castro-comunista que ellos llaman socialismo y que Fidel Castro definió como comunismo.

El CESPPA podrá darse el lujo estimado lector, de evaluar las informaciones que devengan de nuestras actividades como oposición, además de usar a organizaciones o entidades privadas como sapos, para que el grupito éste que se hace llamar Alto Mando Cívico Militar o Ato Mando Político Militar de la Revolución, decida si somos enemigos internos, y seguramente arreciar aún más la persecución que mantienen en contra de líderes y partidos políticos, medios de comunicación y periodistas, activistas civiles y miembros de ONG’S. También decidirán qué información puede usted saber o no, dependiendo de si ellos consideran que dicha información puede ser reservada, clasificada o de divulgación limitada, violándoles a todos los ciudadanos el Derecho a la Información, que está garantizado en nuestra Constitución, aún en los Estados de Excepción.

Recordemos que ya existen precedentes sobre restricciones a la información, como por ejemplo la restricción a la información sobre las verdaderas cifras de personas contagiadas y fallecidas por el Virus AH1N1 este año; el acceso a la información sobre el número de personas fallecidas diariamente; la difusión pública sobre la cotización del dólar paralelo; el hermetismo con el que se trató la enfermedad de Chávez, y lo más reciente, la prohibición de que los medios de comunicación informen sobre el desabastecimiento.

Esta semana seis periodistas del Diario 2001 fueron citados por la Fiscalía General de la República, por un titular que asomaba la escasez de gasolina que existe en algunas bombas de distintas ciudades del país. Los venezolanos no entendemos como el gobierno emite decretos y crea entes cuya esencia viola el sistema jurídico vigente sin que aquellos que tienen el deber de garantizar que la Ley se cumpla por lo menos se pronuncien aunque sea para disimular. Nicolás no ha entendido que ya no son mayoría, y que tiene al otro lado de la orilla, una oposición democrática dispuesta a seguir luchando por devolverle a los venezolanos el país que todos queremos, sin discriminación, sin odio y cuyo camino es la plena vigencia de la Constitución.

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