Opinión Nacional

Venezuela, pensando lo impensable

(%=Image(5978559,»L»)%)Caracas (AIPE)- Hace unos meses, el Curso No. 46 de Comando y Estado Mayor de la Escuela Superior del Ejército venezolano designó como padrino al presidente vitalicio de Cuba, Fidel Castro. Recientemente, 68 de los 85 altos oficiales graduados viajaron a La Habana para participar en un acto de graduación presidido por el dictador cubano, que se realizó en el Palacio de la Revolución de la Isla. Es más, le entregaron simbólicamente al dictador el bastón de mando de la Fuerza Armada venezolana, hecho insólito si se recuerda que la Cuba de Fidel fue el enemigo derrotado por Venezuela en una larga y difícil guerra en las décadas de los sesenta y setenta.

El 29 de julio, en una ceremonia llevada a cabo en Fuerte Tiuna de Caracas, se graduaron 38 oficiales del Curso No. 35 de Comando y Estado Mayor de la Escuela Superior de Guerra Aérea de Venezuela. A principios de agosto, estos oficiales recibieron como regalo de su padrino de promoción, el presidente Hugo Chávez, un viaje a la isla caribeña. La cooperación militar no se queda en estos dos acontecimientos. Entre otros, se tiene el plan de adquisición de armamento compatible con el utilizado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR) y la adopción de un uniforme militar similar al utilizado por esa fuerza antillana, así como la adopción de un concepto de defensa «Guerra de todo el pueblo», similar a la desarrollada por las FAR de Cuba y que tiene su origen en la amenaza que representa para América Latina el supuesto imperialismo de los Estados Unidos.

En la Venezuela barroca de estos tiempos, algunos sucesos nunca antes acontecidos, y más bien contrarios a la historia e idiosincrasia del país, impulsan a pensar que es posible que lo irreal se haga real en un futuro no tan lejano, especialmente cuando se trata de las cada vez más estrechas relaciones entre Venezuela y Cuba.

Ya son hechos, la altísima injerencia cubana en el día a día de las dependencias del Estado venezolano y la «venta» a cómodas y tardías cuotas de hasta 90.000 barriles diarios de petróleo que hace Venezuela a Cuba. También lo son los múltiples acuerdos binacionales en materia educativa, de salud, asistencia jurídica, cultural, deportiva, así como en las áreas de construcción, energía y producción agropecuaria. Además, ya abrieron oficinas en la isla tres importantes empresas estatales venezolanas: la petrolera PDVSA, el Banco Industrial y la Corporación Venezolana de Guayana. Y ni hablar del trasnochado proyecto del ALBA.

Venezuela y Cuba, a finales de la década de los 50, tomaron caminos diferentes en su modelo político y social. Sin embargo, con el avenimiento de la revolución bonita del presidente Chávez, los dos andan juntos. ¿A dónde conducirá ese camino?
Pensando lo impensable, pareciera que el camino conduce hacia una simbiosis que convertiría a los dos países en uno solo, una «Cubazuela».

En principio, una fusión de este tipo estaría prevista en la Constitución de 1999, la cual en su artículo 14 deja la ventana abierta para incorporar a la República Bolivariana territorios que «por libre determinación de sus habitantes y con aceptación de la Asamblea Nacional» así lo deseen, y para los cuales la ley prevé establecer un régimen jurídico especial.

En la Venezuela de Chávez hay que pensar en lo impensable.

(*): Director de VenEconomía.

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