Y ahora…la orina como combustible
Ya se había hablado de usar agua en lugar de gasolina, usando su hidrógeno en las conocidas celdas de combustible para cargar la batería y mover los automóviles, como ya sucede en varias ciudades europeas, reduciendo así las emisiones de CO2 que causan el efecto invernadero ya que el producto final es vapor de agua. Ahora aparece un método realmente revolucionario, que solucionaría al mismo tiempo un problema energético y otro de disposición e desechos. Se trata de reciclar la orinapara recabar su urea, componente activo del cual se extrae por electrólisis el hidrógeno, que a su vezgenera electricidaden una celda de combustible.
Sólolos humanos generamos más de 10 millardos de litros de orina al día en el planeta, lo cual requiere un costoso tratamiento de desechos para eliminar su urea, lo que consume cerca del 1,5 % de la electricidad en un país moderno.Si a gran parte de esa orina se le extrajerasu urea con un método sencillo, se podría utilizar ese líquido indeseable como combustible, solucionando dos problemas a la vez.
Eso es lo que está estimulando la Fundación Gates, presidida por el magnate Bill Gates, desarrollándose métodos muy disímiles en sitios como Escocia, Brasil, India. Australia y Nigeria, donde hay cerca de un centenar de proyectos en marcha. Pro ejemplo, con uno de esos métodos, un restaurante en Australia funciona solo con baterías alimentadas con la orina de sus empleados y huéspedes, a los que animan a donar su desecho líquido sin ningún rubor en los baños del local, ya equipados con tuberías y recipientes para colectarla en forma centralizada en el sótano, donde se le extrae la urea concentrada que pasa a las celdas de combustible de las baterías.
Varios sistemas están siendo estudiados con detenimiento ya que hasta ahora las energías renovables –mayormente la solar y eólica- se han dirigido mayormente a sustituir los combustibles fósiles –carbón y petróleo- en grandes centrales eléctricas, pero poco se hace parasustituir los grandes volúmenes de gasolina, que –al quemarse- produceglobalmente cerca del 40 % de los gases de efecto invernadero. Se ha estimado que una persona puede generar con su propia orina suficiente hidrógeno para alimentar una batería, la cual movería su carro compacto durante unos 2.700 kilómetros, así que una familia sería autosuficiente en materia energética para su vehículo si almacena y trata toda la orina que produce. A este paso, quizás algún día los motoristas no pararán en una bomba de gasolina, sino que irían directo al baño a recoger su orina para luego echarla en el depósito de combustible para seguir rodando.
El otro desecho valioso
La orina no es el único desecho humano que se aprovecha, ya que las heces también están empezando a utilizarse para diversos usos, ya que los habitantes del planeta producimos anualmente unos 350 millardos de kilos de excrementos, que pueden usarse para elaborar valiosas biomasas, usadas tanto para fabricar biocombustibles como para abono orgánico de primera para la agricultura. Luego, la disposición de heces y orina humanas en una poceta exige unos 15.000 litros de agua por persona, lo que implica 105 billones de litros de agua potable solo para convertirlos en lodos contaminados y nauseabundos que generalmente terminan en ríos, lagos u océanos, o en pozos sépticos que contaminan los suelos y acuíferos, si la ciudad no se puede permitir su tratamiento en plantas apropiadas, como debe ser. En el fondo, los actuales métodos para deshacernos de los desechos humanos son actividades altamente contaminantes, además de desaprovechar un valioso recurso orgánico para su reciclaje en productos más útiles, a tono con la tendencia hacia una sociedad sustentable.
Las plantas necesitan nitrógeno y fósforo para su crecimiento saludable, pero actualmente se utilizan toneladas de fertilizantes y rocas fosfáticas para proveer esos elementos. Para empezar, la manufactura de fertilizantes requiere un considerable gasto de energía, lo cual implica el consumo de electricidad o combustibles fósiles, empeorando el problema de la generación de CO2 y su efecto invernadero. Luego, el hidrógeno para fabricar amoníaco, el componente clave de los fertilizantes, proviene generalmente del gas natural o licuado como materia prima, gastando así un recurso energético escaso y poco contaminante que pudiera ser aprovechado para calefacción doméstica o industrial. Por otra parte, el fósforo proviene de rocas fosfáticas, cuyas reservas se están agotando rápidamente y se prevé que en 25 años habrá tal escasez que sufrirá la agricultura y se causarán hambrunas, especialmente en el tercer mundo.
Por todo esto, es lógico que se mire hacia las heces humanas o animales para proveerlas, al ser ricas en estos dos elementos. La solución ideal sería una pocetaespecial que la convierta en abono orgánico, algo que ya se está empezando a utilizar en zonas rurales de África y Asia donde escasea el agua, aliviando de paso un problema higiénico. Asimismo, las heces de granjas de animales están empezando a aprovecharse para este propósito. Pero ante lo poco practicable de esta alternativa en zonas urbanas, se están empleando otras que también apuntan hacia la conservación energética y ambiental.
Una de ellas es la conversión de los lodos cloacales -mediante la descomposición anaeróbica- en un valioso hidrocarburo como metano, para su uso en redes de gas doméstico. Esta conversión ya se realiza en ciudades como Londres, donde se evita que estos lodos lleguen al Támesis convirtiéndolos en gas combustible y abono orgánico. Si esa solución pudo aplicarse en esa ciudad a un costo razonable, seguramente otras podrán imitarlas, si hay suficiente conciencia ecológica y visión de futuro.
El principio básico debe ser el de regresar a la naturaleza todos los nutrientes y sustancias valiosas en nuestros desechos, realizando así un importante reciclaje orgánico, que dice mucho de la consideración que merece el planeta, al cual hemos contaminado sin cesar a través de los siglos, peroque ahora exige una actitud ecológica más activa, algo que finalmente se revertirá en nuestro propio beneficio.
