OpiniónOpinión Nacional

Perniles en alta mar

Recientemente escribí un artículo titulado Extrema izquierda, corrupción, crisis y Navidad (https://www.aporrea.org/actualidad/a257033.html), el cual fue publicado por Aporrea. En el texto sostengo que la destrucción del aparato productivo y la intención de suprimir costumbres, como la gastronomía navideña venezolana, forma parte de una estrategia –o proyecto político- que busca acabar progresivamente con tradiciones consideradas «capitalistas» o «burguesas» por la elite gobernante.

En uno de los fragmentos del artículo indiqué lo siguiente, en relación con la escasez del tradicional pernil, que siempre ha acompañado a las hallacas, el pan de jamón y la ensalada de gallina, en la mesa decembrina criolla: «…acusan al ‘Imperio’ de evitar que lleguen las piernas de cerdo y los componentes para el plato navideño. Algunos señalamientos más alocados afirman que los perniles vagan por el océano en barcos mercantes sin permiso para arribar a los puertos venezolanos».

Ese comentario lo hice porque en redes sociales circulaban rumores al respecto. Pensé que se trataba de algunos trolls, al servicio del madurismo, dedicados a sembrar matrices de opinión tendientes a exonerar de culpas al gobierno nacional por las carencias del pueblo, en una época cargada de sentimientos religiosos y familiares para los venezolanos. Sin embargo, al momento de remitir mi artículo para su difusión a través del conocido portal alternativo, no había escuchado voces oficiales hacerse eco de tales justificaciones.

Por tal motivo, fue una verdadera sorpresa escuchar al mismo presidente de la República, indicar que «le habían saboteado los perniles», culpando a Portugal. El señalamiento de Maduro fue más allá, al decir que le habían «perseguido dos barcos». No imagino a un par de naves mercantes acosadas en las aguas del océano Atlántico, para evitar que su carga porcina llegue a los maltrechos puertos venezolanos.

Supongo que al señalar a Portugal se refería a su gobierno. Aunque ya el ministro de Negocios Extranjeros del país europeo, Augusto Santos Silva respondió que ellos, como gobierno, no venden perniles y que, en cualquier caso, se trataría de empresas, pues su economía es de mercado.

¿Por qué el jefe del Estado venezolano es incapaz de asumir responsabilidad alguna por los errores cometidos? ¿Por qué habían prometido a los ciudadanos que el gobierno nacional les entregaría perniles y combos hallaqueros cuando, ni siquiera, había certeza de que estos productos llegarían al país? ¿Acaso se perdieron los cuantiosos recursos invertidos para la supuesta adquisición de los perniles? ¿Se trata de otra compra fantasma hecha por empresas de maletín? ¿Qué ha ocurrido con la producción porcina nacional? ¿Sabe el ejecutivo central que este engaño navideño ha causado rabia y frustración en el pueblo motivando protestas ante lo que consideran una burla? ¿No debería ser lo normal que los ciudadanos compraran los perniles en supermercados, ferias navideñas o carnicerías, empleando un sueldo digno para ello, en lugar de sufrir esta clase de mentiras gubernamentales?

Imagino que Maduro está consciente que al intentar escurrir el bulto y acusar a otro país por el desabastecimiento de las típicas piernas de cerdo, lo que ha hecho es incrementar el malestar social. El pueblo ve a un mandatario que parece no tener control del país. No se trata solamente de los famosos perniles, sino de la situación precaria que viven los ciudadanos quienes, además de no poder disfrutar de una cena navideña tradicional, deben batallar diariamente con la falta general de los alimentos, la carencia de medicinas, la hiperinflación, la delincuencia desbordada, los pésimos servicios, etc. Es decir, la Revolución Bolivariana, que estaba llamada a combatir los problemas sufridos durante la cuarta República, bajo la dirección de Maduro, los ha multiplicado.

La imagen de unos perniles «secuestrados» en alta mar por parte de una nación extranjera, es un reflejo del patético comportamiento de quienes se hacen llamar «hijos de Chávez» y usan el nombre del fallecido dirigente como comodín para manipular afectivamente a las masas mientras, al mismo tiempo, cometen atroces tropelías, saqueando las arcas nacionales y sumiendo a la Nación en la más oscura miseria.

Maduro y el resto de los clanes que usufructúan el poder enarbolan banderas socialistas, con discursos de inclusión. Sin embargo, en la práctica, han profundizado el capitalismo en Venezuela, haciéndolo más voraz y primitivo. De hecho, se ha retrocedido a un sistema abiertamente medieval, los ciudadanos se han transformado en súbditos esclavizados por un pequeño grupo de señores feudales, convertidos en una neoburguesía insaciable, amparada en el poder político y la corrupción.

Desde luego, mantengo mi tesis al indicar que la falta de los perniles y de otros platos navideños (la torta negra, por ejemplo, desapareció prácticamente debido a los precios astronómicos de sus ingredientes o la carencia de los mismos), es una estrategia destinada a erradicar «celebraciones capitalistas-burguesas», de acuerdo con la forma de pensar de algunos círculos fanatizados del alto gobierno. Así que, desde un principio, las ya célebres piernas de cerdo nunca iban a llegar a las mesas de los engañados comensales venezolanos.

La idea es destruir la actual cultura «contaminada por el capitalismo» y edificar una nueva, que sea «purificada» por lo que Maduro y algunos fundamentalistas consideran que debe ser el socialismo.

Desde luego, como no se atreven a decir la verdad, es preferible acusar a otros (países, gobiernos, organizaciones) ante las carencias que sufren las grandes mayorías, olvidadas y a su suerte. Como los extremos, sean de izquierda o derecha, se tocan irremediablemente, es bueno citar una frase que se atribuye a Joseph Goebbles, el despiadado ministro de Propaganda de Adolf Hitler: «Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores y hacer que nuestros simpatizantes se lo repitan en todo momento».

Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal
Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba