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Por aquí van los tiros

La frase  que  titula estas líneas se usa popularmente para indicar lo que en una situación dada debe hacerse o el curso que seguirían los acontecimientos en desarrollo, pero también podríamos referirla a hechos que ya están ocurriendo.

La primera acepción me permite reflexionar sobre las alternativas que se abren o existen para salir de la encrucijada en que se encuentra el país. La MUD ha insistido en que propicia una salida electoral y constitucional, la cual promueve y presiona con la movilización de las masas populares, que ha resultado notable, en las calles de todo el país.  Salida constitucional y electoral hubiera sido la varias veces solicitada renuncia presidencial, reiteradamente negada, que implicaba una nueva elección inmediata. Una salida electoral y constitucional también  se habría logrado si no se hubiera impedido el referendo revocatorio que se propuso realizar antes de que se cumplieran los primeros cuatro años del período presidencial, porque de haberse realizado y el voto popular hubiera sido a favor de la revocatoria, había que proceder a una nueva elección presidencial dentro de los treinta días consecutivos siguientes (artículos 72 y 233 de la CN). Pero como eso tampoco ocurrió, queda una vía constitucional, aunque no electoral, que consistiría en que el Presidente designe un nuevo Vicepresidente convenido, renuncia del Presidente y pasa el Vicepresidente a ocupar la Presidencia para presidir un gobierno de transición por el resto del período constitucional. Esa fórmula no se alcanzaría con diálogo, sino con el pueblo en la calle y la participación y presión de la comunidad internacional.

Tramposamente, Maduro a última hora habla de una Asamblea Constituyente, como si el problema fuera, no su salida, sino  tener una nueva Constitución. Y también manipula invitaciones al diálogo, que, dada la experiencia ya vivida, el pueblo rechaza y la MUD no puede oír.

La segunda acepción de por dónde van los tiros es menos figurada, más concreta. Aquí y ahora, los tiros van por las calles de todo el territorio nacional, con un gobierno desesperado disparando y apostando a la muerte. Sobre sus hombros, en solo este mes de abril, lleva el peso de 26 cadáveres más. Ha anunciado que 500.000 milicianos, armados con fusiles kalashnikov, van a aumentar el saldo fúnebre.

Es la hora de activar el artículo 350 de la Constitución, es la hora de la rebelión popular a la que llamó el gran Alberto Carnevali a la muerte del héroe Leonardo Ruiz Pineda.

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