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¿Qué hacer después del 30J?

La alegría del 16 de julio me acompañó hasta el 31 de julio. Me contenté por las sanciones de EE.UU. a 13 sigüis patibularios del Régimen y más cuando Colombia, México y Panamá  anunciaron que también las aplicarán. Júbilo me dio saber que Juan Manuel Santos había decidido no reconocer la Constituyente Comunal y tampoco lo harían los gobiernos de México, Brasil, Perú, Paraguay, Costa Rica, Argentina, Panamá, Italia y España, así como EE.UU., según su embajadora ante las Naciones Unidas. Y me emocioné con la sanción a Maduro.

Pero lo que me borró la sonrisa fue descubrir que la oposición no tiene un plan ni una estrategia común para lo que viene ahora. Lo intuía en mi columna anterior: el tema electoral puede dividirnos porque unos quieren ir a elecciones regionales y otros quieren montar un gobierno paralelo y elegir a los magistrados del CNE. Esto me recordó el año 2016, cuando la MUD/AN estuvo dando tumbos para decidir cuál era el mejor método para sacar a Maduro. Al final se dieron todos apurados.

En mi primera columna de 2016 sugerí que nos concentráramos en las regionales, que era lo único seguro que teníamos y seguir ganando espacios poco a poco hasta conquistar el poder. Eso venía dando frutos, aunque el enemigo vaciaba esos espacios, como pasó con las gobernaciones y alcaldías y con la Asamblea Nacional (AN), aunque algo se podía aprovechar. A Capriles no le ha ido mal y la AN (aunque maniatada) ha sido clave para el reconocimiento y apoyo internacional e incluso del éxito del 16 de julio. Esa vía incremental ya no es posible. La salida electoral fue masacrada por el Régimen en 2016 y enterrada el 30 de julio. No se pueden arriesgar a una elección abierta. De darse las de gobernadores y alcaldes, si es que esas instancias no desaparecen con la Constituyente, las encontraremos más vacías de poder.

Sin embargo,  hay que ir a todo tipo de elección en que se pueda ganar algo, se permita hacer política de masas y/o se pueda evidenciar la trampa electoral. Como dice Fernando Mires: “Si alguien no utiliza un medio, el medio lo utiliza la dictadura”. Y nada hay que regalárselo. Pero estar conscientes que esta táctica por sí misma no logrará ni la toma del poder ni el quiebre del Régimen, que es nuestro objetivo.

La otra táctica tiene el peso de ser aprobada por 7,7 millones de venezolanos el 16 de julio en la tercera pregunta. Ella se refuerza con la decisión de un grupo importante de países de no reconocer la Constituyente y en consecuencia cualquier forma de gobierno, legislación, gobernante o acto de gobierno emanado de ella. Por lo que solo les queda reconocer las autoridades electas con base a la Constitución de 1999. En consecuencia la  AN se convierte en ápice de la soberanía popular. Y ella, por mandato popular (16J), y con apoyo internacional, deberá proceder “a la renovación de los poderes públicos”, “a la realización de elecciones libres y transparentes”, a “la conformación de un Gobierno de unidad nacional” y a “restituir el orden constitucional”. Es un programa de acción claro que no es necesariamente contradictorio con ir a elecciones y otras tácticas. Lo importante es tener una estrategia común y una MUD unida si no la república se perderá. Hay que caminar con los dos pies, como decía Mao.

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