¿Qué nos pasa?
Por Horacio Velutini
¿Qué nos pasa en Venezuela? Es una pregunta que nos hacemos constantemente. ¿Por qué anda todo tan mal? Algunos piensan que las penurias las trajo el chavismo, otros piensan que es la oposición la causante de los males. Son pocos los que analizan nuestro pasado en busca de respuestas para indagar en décadas pasadas.
En mi opinión, Venezuela hoy tiene los problemas del pasado, algunos agravados como la inseguridad pero son los mismos. Podríamos remontarnos a 1930 cuando se decidió que era mejor un Bolívar fuerte sin fluctuación que se mantuvo hasta nuestros días, condenando al fracaso a nuestra industria o cuando se nacionalizó la industria petrolera en los años 70, consolidando el concepto de economía intervenida por el Estado. El Estado venezolano controla todo y produce lo importante: la empresa privada solo para lo que es no estratégico, es decir, solo donde no estorbe.
Lo más grave de la herencia del pasado es la de salir como sea del gobierno de turno, eso lo practicamos desde 1811. Esa inestabilidad política fue una constante hasta la caída de Perez Jimenez en 1958, que trajo una democracia que funcionó hasta 1983. El viernes negro trajo la devaluación que acabó con el cambio fijo de 4.30 que hoy sería incluso mucho más de 430.000 Bs por dólar, ya que no se podía sostener un tipo de cambio. La inflación y la erosión del poder adquisitivo y su efecto hicieron que la clase media buscara respuestas a su empobrecimiento, castigando a los políticos tradicionales: ¡había que salir de todos ellos, son los culpables! Nadie defendió el modelo liberal de CAP, que era la verdadera respuesta, no se entendió que era una economía abierta y se prefirió sacrificarla por el cambio político, que trajo el populismo y la inestabilidad política que vivimos desde entonces. La clase media sin darse cuenta se buscó las penurias que vive.
Una circunstancia similar viven hoy los Estados Unidos. Su clase media ha visto como su poder adquisitivo se ha disminuido en los últimos 30 años, generando una sensación de inseguridad conocida como “loss aversión” que le hace perder su apoyo por el buen gobierno y las reformas económicas para abrazarse a populistas como Trump y Sanders. Con la diferencia de que su democracia, ya tiene más de 200 años y está bien afianzada con instituciones que podrán poner controles al populismo.
Venezuela necesita reconocer los errores del pasado y buscar un consenso para un modelo de país efectivo. Los jóvenes de hoy tienen que entender que lo que hagamos en esta década tendrá consecuencias en su futuro como ocurrió en la década de los 80 que definió la Venezuela de hoy. En aquel momento no corría una fuga de talentos y había muchos venezolanos bien preparados. ¿Qué les faltó entonces? Lo más importante, el sentido común. ¿Lo tenemos hoy?
