¿Qué sentido tendría ahora un referéndum?
Tal vez como un gesto de buena voluntad, el presidente del Ecuador, Lenín Moreno, propuso que para superar el impasse del 20 de mayo se celebrase un referéndum con todas las garantías previstas en la ley, para que los venezolanos decidan si la elección de ese día fue o no válida, pero también agregó la alternativa de una nueva elección, lo que hace presumir que por lo menos él tiene serias dudas sobre la validez del acto realizado hace pocas semanas.
El problema que surge con esa propuesta es doble, por un lado, después de la enorme abstención que ocurrió ese domingo, bien podría suponerse que esa manifestación masiva de voluntades ya consistiría en cierta medida en un referéndum desaprobatorio del acto, por demás írrito. Pero además, suponiéndose, por cualquier extraña razón, que se realizara ese acto electoral y de nuevo la voluntad popular se expresase masivamente en contra de la reelección ¿qué ocurriría?, pues que habría que proceder a una subsiguiente elección en los lapsos contemplados por nuestro ordenamiento jurídico.
¿Está nuestro país en condiciones de perder un tiempo precioso, necesario para su salvación, en la realización eventual de dos elecciones?
¿Podrán los venezolanos soportar los efectos deletéreos de la hiperinflación ,la inseguridad, el hambre, la crisis humanitaria, mientras se realizan campañas electorales en favor del sí o del no y luego otro comicio para elegir Presidente?
No dudamos de la buena intención del presidente Moreno, pero la realidad nos muestra que la urgencia mayor hoy es acelerar un proceso de cambio, esperemos que constitucional, para iniciar el proceso de reconstrucción nacional