OpiniónOpinión Nacional

¡Salvémosla!

Una razón para vivir puede ser al mismo tiempo una excelente justificación para morir” Albert Camus

Puede ser que los venezolanos no adviertan aún, la significación de la situación que deriva de entrar en default, pero, supone el fin de una era para la nación, construida durante un siglo de progreso y desarrollo humano, no sin errores y con plenitud de aciertos pero con balance positivo.

En efecto; a comienzos del siglo XX nuestras costas estuvieron bloqueadas por navíos extranjeros que presionaban el cobro de deudas por la fuerza. El incidente dio lugar a reacciones trascendentes tales como la doctrina Drago quién expuso los criterios de Carlos Calvo quién postulaba soluciones pacificas y dentro del entorno. No olvidemos que frente a la actitud belicista del Reino Unido, Italia y Alemania que enviaron sus buques de guerra a bloquearnos, los americanos omitieron la invocación de la doctrina Monroe quedando expuestos. Era Venezuela un país especialmente pobre, con una economía muy básica, que apenas exportaba y cuya población conocía todas las endemias y su ambiente era de montoneras e inestabilidad.

Hacia los años 20 empezó el proceso de explotación petrolera y con ello, se pagarían las deudas y se financiaría la redención económica, sanitaria, social del país. La renta petrolera sin embargo nos acostumbro a vivir sin los esfuerzos que otros pueblos debieron hacer. Paralelamente, se cumplió un trámite de institucionalización que nos acabo de dar la fisonomía de un Estado. Un capitalismo rentístico como lo llamaron Mommer y Baptista se convirtió en el sendero a transitar y, sin embargo, fuimos por décadas referencia mundial de responsabilidad fiscal. Luego la democracia vino en auxilio de las grandes mayorías analfabetas y paupérrimas. En esos años Venezuela se hizo de una reputación de país petrolero, ágil y creativo en sus relaciones petroleras internacionales; se acreditó además como una democracia pacificadora y sustentable, un país rico en recursos naturales, agua, minería, pero incapaz de construir un mercado. Dependiente pues de sus importaciones, pero siempre potencialmente visto como dotado para el éxito.

La movilidad social que engendró el puntofijismo al facilitar y masificar la educación elevo los niveles de vida y diversificó el progreso social. El consensualismo fue política de Estado. Lamentablemente no acabábamos de dar el salto que macroeconómicamente se vislumbraba y la enfermedad holandesa nos trajo a los contrastes entre el ingreso petrolero y la inconsistencia en la estructuración de una economía equilibrada en su crecimiento. La sustitución de importaciones y las tesis cepalistas inspiradas en el teórico Raúl Prebish y en Hans Singer, no dieron los resultados esperados, pero en todo ese tiempo el país creció y mejoro su Índice de Desarrollo Humano.

El ciclo de la republica liberal o civil o puntofijista como se le menciona, tocó a su fin con el arribo al poder de Hugo Chávez. Un ensayo populista socavo a la república y los dislates de todo género se multiplicaron. La paradoja del mayor ingreso petrolero de nuestra historia choca la racionalidad de cualquier estudioso de los pueblos y sus oportunidades. Para complacerse al mesías de uniforme, ignaro, megalómano, compulsivamente demagogo se dilapidó un millón de millones de dólares y lo peor fue que, además, nos endeudamos hasta la medula. Luego los epígonos se baten para mantenerse en el poder a pesar del evidente desastre de su deletérea gestión.

Venezuela lo pierde todo con el asalto de la mediocridad, el cinismo, el resentimiento y la falta de escrúpulos y del mas elemental patriotismo y se exhibe hambrienta, ojerosa, enferma, vulnerable y frágil. Si bien lo hemos intentado, no se ha podido, es decir, recuperar la soberanía perdida en los meandros del engaño, la manipulación, la desidia y la pobreza espiritual y ciudadana que nos acompañó, vale decir que, el deber persiste y la consciencia ciudadana sabe bien que solo reorientándonos podremos aspirar a mejorar.

El mundo todo sorprendido y avergonzado, nos mira ahora sin respeto ni ilusión. El chavismo nos robó todo, hasta el futuro, siendo que pretenden con la FANB de guardia pretoriana, prescindir del naufragio y mantenerse en el poder, lo que equivale a condenarnos a la parálisis y la ruina. Para salvar esta patria violada y enajenada que el chavismo como un vampiro chupa de su sangre, hay que apartarlo todo y reunirnos en una unidad de generosos y patriotas y sacarlos a ellos. Todo lo demás vendrá a continuación.

@nchittylaroche

Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal
Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba