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TLCAN bajo amenaza de muerte por Donald Trump

El presidente Donald Trump, a pesar de los múltiples premios nobel de economía, no ha buscado las razones del déficit comercial de los Estados Unidos de más de 65 mil millones de dólares respecto a México en los problemas estructurales de su economía; antes que pensar en la reconversión industrial que enfrenta, en el desplazamiento de la vieja industria contaminante e intensiva en mano de obra que ha emigrado al sur de sus fronteras, pretende buscar la solución en la salida de su país del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), culpándolo de ser la causa de la deslocalización de su planta industrial y de la perdida de millones de empleos en beneficio de México.

El martes pasado, el presidente de los Donald Trump, frente a más de 5 mil de sus seguidores en Arizona, reafirmó su posición sobre el TLCAN a pesar de su renegociación en curso: “Debo ser honesto,… personalmente, no creo que podamos llegar a un acuerdo con México y Canadá, porque ellos se han aprovechado de nosotros de mala manera; ellos han hecho grandes negocios, los dos países pero especialmente México, así que no creo que podamos alcanzar un acuerdo… probablemente, en última instancia, creo que terminaremos cancelando el TLCAN en algún momento”, señaló el presidente estadounidense.

El canciller de México, el Dr. Luis Videgaray, reaccionó señalando a través de su cuenta de Twitter “Sin sorpresas: ya estamos en una negociación. México seguirá en la mesa con serenidad, firmeza y el interés nacional por delante; luego señaló que era una estrategia del presidente Trump para presionar a México y Canadá en las negociaciones.

La verdadera estrategia del presidente Trump está clara ahora, es aceptar sentarse a renegociar el TLCAN con México y Canadá para crear obstáculos que conduzcan a cancelar su continuidad dentro de él, para ofrecer más tarde la firma de acuerdo comerciales bilaterales por separado, de acuerdo a sus intereses.

Si realmente se quisiera modernizar al TLCAN que dio paso en 1994 al nacimiento de una zona de libre comercio, en la cual cada país eliminó sus barreras arancelarias para el comercio entre ellos y conservó sus aranceles para el comercio con terceros países; ahora, en busca de su modernización se debería pasar a conformar una unión aduanera, a imponer un arancel común para las importaciones en los tres países firmantes del Tratado, a avanzar en una regulación común para los mercados financieros y, sobre todo, sobre el mercado laboral.

Pasar de una zona de libre comercio a una unión aduanera significaría profundizar el compromiso por la integración regional de los tres países, profundizar y modernizar el espacio económico común creado en 1994 ¿Pero querrán realmente los Estados Unidos hacer eso?. Evidentemente no; por lo que hemos escuchado el presidente Trump no desea profundizar ni mejorar sus relaciones comerciales con México a través del TLCAN, él y sus negociadores aspiran a hacer a una lado el Tratado y proponer la firma de dos acuerdos comerciales separados a México y a Canadá, esa es la verdadera estrategia de estas negociaciones.

El presidente Trump no sólo ha criticado a México y reafirmado su compromiso de construir su muro fronterizo, también ha acusando a Canadá de competencia desleal en los temas de la leche y la madera; mientras que de acuerdo a Ottawa, el comercio entre los dos países alcanzó ya los 882 mil millones de dólares en 2016 y mantiene su compromiso con las negociaciones en curso.

México mantiene un superávit comercial con Estados Unidos de más de 65 mil millones de dólares y esa ha sido la piedra en el zapato que desató la furia de Trump contra el TLCAN, a su país envía anualmente el 80% del total de las exportaciones, mientras que a América latina y el Caribe sólo exporta el 6.5% y a China hasta hace poco únicamente el 1%..

Seguramente, es altamente probable que por el tamaño de la economía de Canadá, el nivel de sus relaciones comerciales, políticas y militares, los Estados Unidos quieran profundizar la integración con ese país, pero no con México.  Los datos indican que hoy existen 14 millones de empleos en los Estados Unidos que dependen del TLCAN y hay 35 Estados de los Estados Unidos que tienen a Canadá como su principal mercado.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha tratado de minimizar las amenazas del presidente Trump y señaló que Canadá seguirá negociando de buena fe para modernizar el TLCAN, por lo que no hay nada que nos vaya a distraer del enfoque serio y positivo que hemos asumido en estas negociaciones, afirmó en una conferencia de prensa. Mientras que la ministra de Relaciones Exteriores, Christine St-Pierre, señaló que Donald Trump no es el único jugador dentro del TLCAN y había que escuchar a las personas que están en la mesa de negociaciones.

Pero lamentablemente para México y Canadá, el jefe de los negociadores de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, representante Comercial, ha ratificado lo dicho por el presidente estadounidense en Arizona, precisando que “El presidente Trump ha sido claro desde el inicio, de que si una renegociación del TLCAN no es exitosa, él saldrá del acuerdo”, estamos pues en la antesala de “La crónica de una muerte anunciada”, de un proyecto de integración regional que sólo es posible gracias a las voluntades políticas de los tres gobiernos, pero sobre todo del interés mutuo de los empresarios de los Estados Unidos, Canadá y México.

El presidente Trump tiene compromisos con su electorado y aspiraciones de reelegirse, para lo cual precisa materializar sus promesas de campaña. Por esa razón, en Arizona él a dinamitado al TLCAN y puesto un epitafio a su renegociación, sus declaraciones indican que el presidente de los Estados Unidos terminará enterrando el TLCAN y el sueño de ver una América del Norte unida en un proyecto común de crecimiento y desarrollo compartido.

Lo real de toda esta historia, es que México debería tomarse en serio el fin del sueño americano y buscar su independencia económica frete a los Estados Unidos, basada en el TLCAN hasta ahora. Ello puede ser un nuevo trauma que sufra la economía mexicana y el inicio de una nueva crisis, pero también una oportunidad para modernizar la economía y buscar su expansión bajo una nueva estrategia de crecimiento y desarrollo, centrada en el mercado interno, algo que China ha hecho con mucho éxito.

Hasta hora la economía nacional sólo ha podido crecer a tasas promedio anuales de 2.6% con el TLCAN (1994-2017), mientras que ha visto incrementar la pobreza de 27 millones en 1993 a 55.3 millones en 2014 y el numero de mexicanos que han emigrado hacia los Estados Unidos pasó de 6.5 millones a casi 13 millones en los 23 años de vigencia del TLCAN.

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