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Venezuela: Elecciones, conuco y Petro

No nos causa asombro ver como a trocha y mocha el gobierno fuerza o impone decisiones, medidas, procesos y demás. Las elecciones en la manera atropellada como han sido decididas o impuestas sin las suficientes garantías y condiciones mínimas en términos de lapsos, auditorias previas y posteriores al proceso electoral, depuración del registro electoral permanente (REP) que en donde está la mayor estafa, la revisión de los actuales rectores del CNE y los nuevos rectores, la no garantía de que en el extranjero ejerzan su derecho al voto más de cuatro millones de venezolanos, la poca transparencia y equilibrio, la falta de competitividad y pluralidad, la ilegalización de los partidos y otros elementos y variables, desdibujan totalmente la esencia de una elecciones, y el gobierno no termina de entender que las elecciones no son una dadiva o regalo , una gracia, son un derecho constitucional irrenunciable en condiciones imparciales, justas, periódicas, transparentes y competitivas.

Una cosa es que en la larga carrera de inventos en la revolución bolivariana, y de manera particular en las cadenas nacionales y las propias ideas del ex presidente Chávez se hablara de agricultura urbana, de trueque, conucos y un sinfín de experimentos más que no van ni son afines a la globalización, al desarrollo, conocimiento, tecnología  y progreso mundial y otra que el deterioro de Venezuela es tal que terminamos promoviendo esquema y formas de la colonia. Pues resulta que el país terminó tan arruinado, su economía e industria en estado catatónico y los campos desolados que estamos viendo proliferar esas ideas y eso revela que tanto hemos retrocedido.

En Venezuela es común ya no sólo comprar dinero a diversos intereses, sino se está volviendo común y normal curar algunas afecciones con remedios caseros, plantas, infusiones y para usted de contar. Además la gente está tratando de sobrevivir y eso la lleva a un trueque permanente de medicinas por otras, de determinados oficios o trabajos por comida y de pequeños conucos que albergan plátano, cambur, mangos, gallinas, ovejos, pavos y algunos otros cultivos y animales más, los mismos que sirvan sencillamente para medio alimentar al núcleo familiar, es insólito que esas ideas febriles por la crisis a la que llego al país las veamos aterrizar en pleno siglo XXI y el país con la mayor reserva de gas y petróleo probada del mundo.

Una cosa es evocar tradiciones, recetas, tiempos pasados sobre todo por la afinidad con los padres, los abuelos y otra muy distinta ver como el país retrocede en las cosas más elementales, y es la expresión tacita de los efectos de la revolución. Literalmente nos estamos volviendo una sociedad precaria, prácticamente  de recolección y caza para sobrevivir, con una mala alimentación, sin medicinas para curarnos una gripe o bronquitis, con una educación que cada día está más ideologizada y menos humanista y técnica, la seguridad brilla por su ausencia y los atracos son el pan nuestro de cada día. Somos un país que terminó siendo una amenaza y foco de inestabilidad en toda la región. No duden queridos lectores que una sociedad con estos rasgos no solo no tiene futuro no tiene presente. El trueque y el conuco esperemos sean pasajeros y el país retome la normalidad y los venezolanos aprendamos de este accidente histórico en que el país incurrió hace dos décadas.

No se le puede pedir peras al olmo y el proceder del gobierno es distante de todo credo, esencia y práctica democrática y así como impone una elección arbitraria, ilegal, injusta, inconstitucional, asimismo ocurre con el manejo discrecional y arbitrario de Pdvsa, del Banco Central de Venezuela, de “nuestro” petróleo y “nuestras” finanzas”. La moda de las criptomonedas es eso una moda basada en la incertidumbre no sobre reservas, más allá de aspectos técnicos que hacen inviable en pleno siglo XXI que un país como Venezuela intente estructurar su economía de guerra, una economía de puerto y en guerra bajo un proyecto y planificación poco transparente, muy opaca, discrecional, sin controles y a contra vía de cómo marcha el desarrollo, el progreso y las finanzas e industrias a nivel mundial y global.

Este gobierno no sólo reproduce decisiones y practicas no democráticas, sino que está claro que no le gustan los controles, los límites, los lapsos, las restricciones, la división de los poderes públicos, el imperio de la Ley, la voluntad popular. Lo registrado en los tiempos de revolución de claros desmanes, de retrocesos en términos económicos, humanos, financieros, energéticos, médicos y para usted de contar. Sencillamente arrasaron con langostas con los cultivos, arruinaron todo y quieren seguir haciendo daño algo jamás visto en el país y hemisferio salvo el horrendo mar de felicidad de Cuba. No por mucho amanecer amanece más temprano y los venezolanos tenemos que ser testigos excepcionales de un cambio que es indetenible como la voluntad de los venezolanos que no nos deben subestimar, más allá del petro, las elecciones impuestas, el psuv, la mud, los Castro y el propio Maduro la transición de Venezuela es indetenible y el país debe restituir el orden, la legalidad, la constitucionalidad, la meritocracia sobre la mediocridad, la honradez y valores sobre la corrupción y los desmanes.

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