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Venezuela y las razones para la caída del precio del petróleo

Venezuela es un país  básicamente monoexportador.  Se dice repetidamente que el 98% de sus ingresos de divisas provienen del petróleo, y por lo tanto, todo lo que le suceda en materia de hidrocarburos es de interés obligado para quienes queremos ver la marcha de la economía nacional e individual.

Son numerosas las razones para la baja del precio del petróleo, y resaltan las de orígenes políticos y económicos.  Aquí nos dedicaremos a resaltar sólo una parte de las razones económicas que influyeron en la caída del precio del petróleo, sin querer significar que por no mencionar a las otras significa que no existen o que están infravaloradas.

«La prima del miedo»

Durante 12 años seguidos hubo factores políticos que influyeron para mantener el precio del petróleo relativamente alto.  Las enumeraremos brevemente:  1) Paro petrolero en Venezuela de 2002-2003; 2) Invasión a Iraq en el 2003; 3) Saboteos ocasionales pero repetidos al flujo del crudo en Nigeria; 4) Lustros seguidos de sanciones y amenazas contra Irán; 5) Guerra en Libia; 6) Guerra en Siria.

Todos esos factores dieron inicio a una carrera alcista en el precio del petróleo después que éste había permanecido unos 16 años por debajo de los 30 US$/Barril, desde 1986 hasta el 2002.

Pero este miedo que impulsó el petróleo al alza se refiere a un «miedo» a interrupciones mayores y prolongadas en el suministro del petróleo a los mercados mundiales, particularmente el crudo proveniente del Golfo Pérsico.

Después de invadir a Iraq en el año 2003, Estados Unidos (EEUU) intimidó a los países que no seguían sus lineamientos con ser los próximos en la lista para ser invadidos.  Libia cedió y se alineó con EEUU.  Irán nunca lo hizo, y empezaron las amenazas y contra-amenazas:  visitas de portaaviones, maniobras, contra-maniobras, acumulación de armas, etc.  Parecía que los países en la zona no solamente se estaban apuntando, sino que además tenían el dedo en el gatillo, y un pequeño desliz podría ser el argumento para iniciar una gran guerra.

Así pasaron los lustros, hasta que en Noviembre de 2013 se anuncia un acuerdo preliminar entre Irán y los países del llamado G5+1 (los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania).  Desde entonces las tensiones se han relajado, y el inicio de una gran guerra se convierte cada vez más en una posibilidad más remota.

¿Por qué el Golfo Pérsico? Porque en esa zona se produce una gran parte del petróleo mundial, y buena parte del que se exporta pasa por el angosto Estrecho de Ormuz, única salida a los océanos del referido cuerpo de agua.

 «Al no haber miedo, bajan los precios», más el fracking

Evidentemente, al no haber «miedo» a una interrupción mayor, ya no hay motivos para que el precio del petróleo se mantenga alto.  Pero por si fuera poco, al petróleo convencional, que hemos conocido desde 1859, ahora le sale la competencia de los hidrocarburos obtenidos mediante métodos de extracción no convencionales, particularmente el llamado «fracking», que no es más que la fractura hidráulica de las rocas para extraer los hidrocarburos (petróleo y/o gas) contenidos en éllas.

Y resulta que uno de los países que tienen las mayores reservas de estos hidrocarburos es el país que por largas décadas fue el mayor importador de petróleo del mundo:  los Estados Unidos de América (EEUU).

O sea, el mayor consumidor no sólo está disminuyendo sus importaciones de petróleo, sino que, de mantener la tendencia, puede pasar a ser exportador neto dentro de pocos años.

Competencia costosa

Pero la extracción de hidrocarburos por estas vías es mucho más costosa que la convencional.  Los yacimientos maduros y tradicionales de la Península Arábiga, por ejemplo, tienen un costo de extracción que puede rondar los US$ 5 por barril.  El de la Faja del Orinoco venezolana ronda los US$ 25 el barril.  El costo promedio del petróleo extraído por el fracking ronda los US$ 60 por barril.  Por supuesto, estamos hablando de números «gruesos» y variables.  No todos los yacimientos árabes cuestan igual, ni todo lo que sale de la Faja del Orinoco tiene costos similares, y mucho menos el obtenido por el fracking, que oscila entre los US$ 40 y los US$ 100 por barril, o sea, no sólo con precios altos, sino muy variables.

La única forma de frenar la nueva competencia que insurge con el método del fracking es mediante la baja de los precios del petróleo convencional, llevándolo a un máximo de US$ 60 por barril, para eliminar la posible rentabilidad de los proyectos asociados al fracking, y de esa forma, alejar y retardar en el horizonte del tiempo esa manera de extraer hidrocarburos.

Resaltemos que los productores de las monarquías árabes de la zona del Golfo Pérsico han anunciado que impedirán que el precio del petróleo vuelva hasta los US$ 100 por barril antes del año 2020, y quizás en este año tampoco llegaría a estabilizarse por encima de los US$ 60.

El factor especulativo

Hay otro factor adicional que llamaremos «la especulación del mercado», que aprovecha y retroalimenta la evolución de los precios.

Recordemos primero que en los mercados de valores desarrollados hay posibilidades tanto de ganar como de perder, ya sea con precios al alza como a la baja.  También destacamos que las tasas de interés de renta fija están en niveles muy bajos, o sea, poco rentables para un inversionista cualquiera, y un especulador profesional debe buscar negocios de rápidas ganancias en el mercado de rentas variables que superen con creces las provenientes de los intereses.

Pues bien, desde que comenzó la carrera bajista del petróleo en noviembre del año 2014 el número de transacciones diarias en las bolsas donde se transan los contratos de crudo se han multiplicado cientos de veces (¡si!, están leyendo bien), y hay días en que se dan diferenciales máximos de hasta el 10% al alza o a la baja.  O sea, en un mismo día un contrato es vendido y revendido cientos de veces, y en ese mismo día se pueden obtener beneficios que superan a los que obtendrían en uno o dos años si colocaran su dinero en instrumentos de renta fija (depósitos bancarios, bonos del tesoro, etc.).

O sea, el factor especulativo en la fijación de los precios del petróleo es tan grande que no podemos obviarlo.

No todos somos iguales

No todos los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) tienen los mismos costos de producción ni las mismas necesidades de gastos.

Particularmente, tal vez Venezuela tenga los costos más elevados, rondando los US$ 20 el barril debido a que los yacimientos tradicionales de petróleo liviano y mediano están en declive y sube el porcentaje en su canasta de exportación del crudo mejorado proveniente de la Faja del Orinoco, que promedia al alza los costos de producción.

Veamos el siguiente cálculo de ejemplo:  si el precio de venta está en US$ 100 el barril, con un costo de US$ 20, la ganancia es de US$ 80.  Pero si el precio baja a US$ 40 el barril, el beneficio ahora es de solamente US$ 20, o sea, una reducción de las ganancias del 75%.

Y efectivamente, un país cuyos ingresos netos de su único producto de exportación bajan en un 75%, no se puede decir que no saldrá afectado por lo que acontece en su entorno económico internacional.

La gran alarma que cundió en Venezuela cuando los precios del petróleo venían en caída libre se debe a que los costos de producción de algunos proyectos de la Faja del Orinoco se acercan a los US$ 30 el barril, así que si hubieran bajado un poco más, esos yacimientos estarían dando pérdidas o deberían parar su producción, según el caso, y se harían inviables económicamente nuevas inversiones en la Faja.  No obstante, con la recuperación parcial de las últimas semanas se consigue un «respiro» oportuno, aunque aún insuficiente.

Y con la amenaza muy realista de que otros países productores impedirán que el petróleo se estabilice sobre los US$ 60 por barril en los próximos 3 años, no podemos esperar milagros económicos a la vuelta de la esquina… salvo que nos desvinculemos del petróleo de verdad, y esa solución no es para el corto sino para el largo plazo.

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(*) Economista, M.Sc.

E-mail:  [email protected]

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