La restricción del acceso a Internet

La siguiente noticia apareció en la prensa de hoy, lunes 11 de diciembre “Conatel inició procesos contra ocho proveedores de Internet – La medida es por difundir portales con cotizaciones de divisas”. La decisión, producto de una orden de Maduro, es una muestra más de la desesperación de un gobierno que se siente perdido y que quiere impedir, por todos los medios, que se sepa la verdad. Acude a lo mismo que pasa con los cubanos y a los chinos que tanto temen a la divulgación de noticias en la red global y en las redes sociales.

Ya se dispuso legalmente que tanto comprar un dólar como revelar su precio en el mercado paralelo eran delitos. Sin embargo, nadie se abstiene de negociar divisas en el mercado paralelo, surgen miles de formas de revelar el precio sin que el gobierno pueda impedirlo, por más que se cierren portales de la web. No se castiga a quienes venden dólares en el mercado prohibido porque los principales vendedores son el propio gobierno y sus allegados y porque se sabe que si no se puede adquirir dólares ilegales la escasez de bienes aumenta exponencialmente.

Recuerdo que en Francia, en los primeros años siguientes a la guerra, había un dólar con precio oficial y otro llamado de paralelo. En la prensa francesa se publicaba todos los días el precio del dólar en ambos mercados.

Cerrando los portales de la web, cerrando emisoras de radio y televisión, censurando a la prensa, Maduro no va a lograr impedir el derrumbe del socialismo del siglo veintiuno. En 1957, el último año de la dictadura de Pérez Jiménez había una feroz censura previa de todos los medios de comunicación social, no había internet ni teléfonos celulares pero las noticias adversas a la dictadura se divulgaban mediante papelitos, escritos con multígrafos clandestinos, que se repartían por doquier;no se convocó a la huelga mediante avisos en la prensa ni a través de radio y televisión, pero la huelga fue gigantesca en diciembre de 1957, liderada por los estudiantes y la Junta Patriótica y abrió el camino para que cayera Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958.

A los pesimistas, a quienes pretenden abstenerse de votar el 8 de diciembre hay que decirles que no se desesperen ya que, en vez de horrorizarse ante los anuncios de Maduro, hay decir: “lo bueno de esto es lo malo que se está poniendo”-