Carlos “Pancho” Ramírez estuvo 17 días encapuchado y esposado en las cárceles venezolanas
Nora Sánchez / Mérida
@norasan16
Carlos “Pancho” Ramírez fue recibido por toda la comunidad de la Universidad de Los Andes (ULA) y hasta por vecinos de las residencias ubicadas en la emblemática avenida Cardenal Quintero de la ciudad de Mérida a solo horas de haber recuperado su libertad.
El joven estudiante, detenido el pasado 15 de mayo cuando se disponía a participar en el plantón en la avenida Las Américas, sector Yuan Lin, entró este martes 21 de noviembre, día del Estudiante Universitario, al Aula Magna de la ULA como si no hubiera vivido seis meses de prisión, pues su fortaleza, el brillo de sus ojos y sus palabras, demostraron que “Pancho” supo sortear la injusticia con fe y esperanza en que el cambio en Venezuela está cerca.
Aclamado por compañeros, profesores, autoridades, familiares y amigos, “Pancho” dijo que su libertad le demuestra al mundo “que cuando caminamos del lado de Dios, de la verdad y de la razón, más temprano que tarde alcanzamos la victoria. La verdad siempre está con nosotros, Dios nunca nos abandona, aquí seguimos luchando por nuestra casa de estudios, por nuestros compañeros”, recalcó.
Carlos “Pancho” Ramírez fue blanco de constantes violaciones a los derechos humanos durante seis meses y cinco días de prisión.
El estudiante aseguró que las cárceles modelo son un mito, pues en ningún centro de reclusión en los que estuvo respetaron sus derechos ni la de los demás privados de libertad.
En ese sentido, recordó que recién detenido estuvo 17 días encapuchado y esposado, no se le permitió ver y sentir la luz del sol, fue torturado y golpeado por sus carceleros y además castigado por leer el Código Penitenciario, el cual le prohibieron que leyera durante su privación de libertad, porque “más de 100 artículos se violan en esas cárceles”.
Irrespeto a la dignidad humana
Entre las violaciones a los derechos humanos, Carlos Ramírez enumeró la violación al debido proceso, a tener un abogado de confianza, a tener las condiciones sanitarias pertinentes, el irrespeto a la dignidad humana, entre otros como irregularidades en el debido proceso.
Sobre el particular resaltó que no fue llevado al sitio de reclusión que ordenó la juez Fanny Margarita Guerrero, quien decidió que debía estar en la cárcel “26 de julio” del estado Guárico y fue llevado al centro de reclusión Fénix en el estado Lara, luego a la sede de la Dirección General de Contra Inteligencia Militar (Digecim) y posteriormente al Centro de Procesados Militares en Santa Ana, estado Táchira.
Otra irregularidad fue el ingreso a dos penales sin su cédula de identidad.
Este martes la ULA celebró la libertad de Carlos Ramírez, quien en el marco del día nacional del Estudiante Universitario recibió de manos del rector Mario Bonucci la orden “Luis María Ribas Dávila” por considerarlo un luchador y defensor de la autonomía universitaria.
Con la bandera de Venezuela en sus manos, cubriendo su espalda, Carlos “Pancho” Ramírez dijo que seguirá luchando por la patria, es momento de rebelarnos y de seguir luchando”, dijo ante una Aula Magna que estalló en aplausos por su consejo.
“Seamos orgullosamente universitarios y más temprano que tarde vamos a recuperar a Venezuela”, aseguró esperanzando Carlos “Pancho” Ramírez.
“Siempre mantuve la fe”
Visiblemente emocionada y con palabras muy precisas, Alis Flores, mamá de Carlos Ramírez, agradeció a todas las personas que la apoyaron y le dieron fortaleza para superar los seis meses de angustia, tristeza y dolor.
La joven madre a quien en Mérida siempre se vio pidiendo la libertad de su hijo dijo que “siempre mantuve mi fe, sabía que en cualquier momento podía salir en libertad, luché mucho por ello porque es inocente, quien es padre y madre me debe entender que uno da la vida por los hijos y hoy puedo decir: lo logré y tengo a mi hijo libre, gracias a todos”.
