Judicial

Hecder Lugo, la despedida de un héroe caído

Cristhopher Borrero/Carabobo
@CristhopherB

El tropel de los marchantes anunció su llegada. «Héroe, héroe, héroe» coreaban los carabobeños que asistieron a las exequias de Hecder Lugo, este sábado 06 de mayo de 2017.

Narices rojas y caras afligidas delataban el llanto de quienes fueron a rendir tributo al joven asesinado, presuntamente por efectivos de la Guardia Nacional Bolívariana (GNB), el pasado 4 de mayo, durante una protesta en el Municipio San Diego, Carabobo.

Una breve liturgia se celebró a las afueras de la funeraria Ángeles de Jesús, situada en la avenida Bolívar de Valencia. El Padre Miguel Barrientos, párroco de la iglesia Sagrado Corazón fue quien ofició la ceremonia.

Horas antes se logró el ingreso al recinto funerario. El ambiente era solemne, unas 60 personas estaban acompañando al difunto.

Los restos mortuorios permanecen en resguardo en la capilla San Miguel Arcángel, patrono de los cielos representado como el ángel guerrero, una oportuna coincidencia.

SEMBLANZA DE UN HÉROE INSOSPECHADO

En vida Hecder Lugo se caracterizó por su carácter combativo y bromista, confesó su primo Carlos Abreu, quien recorrió desde su natal Zulia unos 548 kilómetros y más de seis horas para despedir a su «hermano» de la infancia. «A penas me enteré tuve que venir. La última vez que nos vimos fue hace 2 años», confesó entre risas nerviosas.

Tenía vocación de gendarme, «El Gordo siempre quiso ser militar. Desde pequeño soñaba con portar un uniforme y seguir los paso del tío William, quien es policía metropolitano retirado», reveló Abreu.

Meses antes Lugo había presentado los exámenes de rigor para ingresar a la Academia Militar de la Armada. Irónicamente un potencial hermano de armas le arrebató la oportunidad de engrosar las filas de las Fuerzas Armadas Venezolanas. Solo tenía que pasar una última revista pautada para el 17 de mayo próximo.

De acuerdo al material videográfico disponible un GNB podría ser el responsable de su muerte. En el vídeo se observa como el uniformado le disparó en la cabeza cuando el joven se hallaba herido en el pavimento.

HONORES EN LA URNA

La capilla permaneció atestada de personas. Muchos nunca lo conocieron en vida, pero eso no impidió que poco a poco dejaran trofeos sobre la urna caoba. Un retrato improvisado adornaba la escotilla del ataúd.

Una gorra con el tricolor timbrado, lirios de papel, margaritas y un par de lentes de seguridad fueron puestos sobre el féretro. «Gracias chamo por luchar esta batalla», murmuró la joven desconocida.

Momentos luego Angélica D’farias, visitante, pidió la palabra y leyó el poema «Oda al Estudiante», cuya autoría se desconoce.

CRISIS DE NERVIOS

Las heridas siguen abiertas. El dolor es insoportable para Héctor Lugo, padre del occiso. Ha estado sometido a calmantes para sobrellevar el duelo.

Durante una alabanza ofrecida al joven el padre se desplomó por completo. Sus familiares lo pusieron a resguardo en un cuarto anexo de la funeraria para intentar estabilizarlo.

El entierro fue efectuado el domingo 7 de mayo. Apegados a la tradición cristiana el joven será enterrado en el camposanto Jardines del Recuerdo.

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