Judicial

Joven herido en Guanare “me dispararon motorizados vestidos de negro y con chalecos”

Sergio Niño / @sergiojosenr / Portuguesa.- 

Foto: Octavio Fernández

Doneibid Fernández está recluido en una cama del Hospital Universitario Doctor Miguel Oraá de Guanare desde la madrugada del sábado 20 de mayo. Cerca de las 2:00 de la mañana, según cuenta él mismo, ingresó a la emergencia del recinto de salud con una herida de bala en la pierna derecha. Minutos antes, frente a su lugar de residencia, dos motorizados abrieron fuego de manera sorpresiva le dispararon a Fernández.

La tarde del 19 de mayo habitantes del sector Los Próceres, al este de la ciudad capital, colocaron barricadas en varias calles como protesta a la iniciativa presidencial a una Asamblea Nacional Constituyente.  Manifestación que se extendió hasta horas de la noche cuando cuerpos de seguridad del estado dispersaron la protesta.

“Nosotros vivimos a cuadra y media del polideportivo donde estaban los manifestantes. Nunca tuvimos nada que ver con eso” asegura Flor María Parra, madre del lesionado. Fernández, de 24 años de edad y miembro de la selección estadal de kempo, reitera la versión de su progenitora. “Llegué a mi casa y después de comer nos sentamos en la acera de la casa. La protesta había terminado como una hora antes cuando nos dimos cuenta que venían dos motorizados con las luces apagadas. De repente comenzaron a disparar” narra.

El joven cuenta que cada motorizado venía acompañado de un parrillero. “Estaba sentado en la puerta de mi casa con mi mamá, un primo y mi hijo que lo tenía entre las piernas. Los motorizados llegaron con los motores apagados y las luces apagadas. Cuando nos dimos cuenta ya estaban disparando, primero al aire y luego directo a nosotros. Mi mamá corrió a esconderse y yo al tratar de proteger a mi hijo recibí el disparo” expresa Fernández.

Admite que no puede asegurar que sean funcionarios policiales, pero insiste que no fueron manifestantes como se plantea en la versión oficial. “A mí no me dispararon los manifestantes. Fueron dos motorizados con chalecos, cascos y vestidos de negro. Era un total de cuatro personas disparando al mismo tiempo. Por las motos en las que andaban y los chalecos es claro que eran de seguridad” dice. En el mismo hecho resultó herida Isbelia Fajardo Martínez, de cuatro meses de embarazo, con un disparo en la pierna izquierda.

El parte oficial del hecho detalle que los dos ciudadanos, Fernández y Martínez, resultaron heridos la noche del viernes. Incluso asocia lo ocurrido con el presunto saqueo a un establecimiento comercial de la zona. Dicha información oficial reseña al joven con una herida en el brazo derecho. Todos los datos, según el adolecente, son falsos.

Flor María Parra asegura que los pistoleros nunca cruzaron palabra con las victimas ni detuvieron la ráfaga de disparos al ver los heridos. “En ese momento pasaron varios funcionarios de la Policía de Portuguesa, vieron a mi hijo el piso herido, pero no hicieron ni el mínimo gesto en preguntar” agrega.

El peregrinar de un herido

A Doneibid Fernández lo llevaron en una camioneta, de un vecino, hasta el hospital universitario de Guanare. Allí ingresó cerca de las 2:00 de la madrugada. La falta de insumos y personal retrasó la atención inmediata del joven.

Resalta que la mañana del sábado 20, día que llegó al centro de salud, Fernández no aparecía en el libro de registro de ingresos. Funcionarios de seguridad saltaron el procedimiento y obviaron la responsabilidad de notificar al Ministerio Público para la actuación correspondiente.

Flor María Parra, desde el ingreso de su hijo, ha tenido que transitar un doloroso peregrinaje. Con dinero prestado o donado por sus vecinos logra comprar desde agujas, gasas, guantes o hilos de sutura para que puedan atender al joven. “Gasto hasta 30 mil bolívares diarios para que puedan hacerle todo el tratamiento a mi hijo” cuenta la señora.

La evaluación médica indicó que Fernández aun tiene alojada en su pierna la bala que recibió. Debe ser operado y su familia no cuenta con los recursos para costear la intervención. “Nos dieron un presupuesto de un millón 150 mil bolívares que no tenemos para pagarlo” asegura Parra.

Madre e hijo aseguran estar dispuesto a presentar denuncia formal ante la Fiscalía del Ministerio Público y dejar claro que cuerpos de seguridad del estado han mentido sobre su caso. Mientras tanto, el joven espera reunir el dinero necesario para que una intervención quirúrgica pueda retirar la bala que le fracturó el fémur.

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