Tecnología

Comisión Europea impone a Google una multa histórica por Android

La Comisión Europea (CE) impuso hoy una multa de 4.343 millones de euros a Google por utilizar su sistema operativo Android para reforzar la posición de dominio de su buscador, la mayor sanción por incumplir las normas de Competencia jamás impuesta por Bruselas.

«Google ha usado Android como un vehículo para consolidar el dominio de su motor de búsqueda. Estas prácticas han negado a sus rivales la oportunidad de innovar y competir por sus méritos. Han negado a lo consumidores europeos los beneficios de una competencia efectiva», dijo la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.

La investigación de la Comisión, que inició en abril de 2015 y le llevó un año después a acusar a Google de abuso de dominio, ha concluido que las restricciones que el gigante estadounidense impone a fabricantes de teléfonos y operadores de red con relación a Android suponen una práctica ilegal conforme a las normas europeas.

En concreto, Bruselas alega que Google exigió a los fabricantes que preinstalasen sus servicios de búsqueda (Google Search) y su navegador (Chrome) como condición para otorgarles la licencia de uso de su tienda de aplicaciones (Play Store).

Además hizo ciertos pagos a grandes fabricantes y operadores de redes móviles a condición de que instalasen exclusivamente su buscador, al tiempo que les impidió vender teléfonos inteligentes que tuviesen versiones alternativas de Android no aprobadas por Google.

El objetivo era dirigir el tráfico de los dispositivos Android a su buscador y reforzar así su posición de dominio, en un contexto en el que «internet móvil supone más de la mitad del tráfico global», según recordó Vestager.

Bruselas incidió en que el 80 % de teléfonos inteligentes en Europa y el mundo utiliza Android, el sistema desarrollado por Google, que concede las licencias de uso.

También en que Google domina en el mercado de servicios generales de búsqueda en internet en el Área Económica Europea, y a nivel mundial (salvo en China) en los de licencias de sistemas operativos para teléfonos móviles y tiendas de aplicaciones para Android, con más de un 90 % de cuota de mercado en todos ellos.

La decisión de la Comisión requiere al gigante estadounidense «poner fin a su conducta ilegal de forma efectiva en 90 días» a contar desde la decisión o, de lo contrario, impondrá penalizaciones de hasta el 5 % del volumen de negocios diario de su matriz, Alphabet.

«Como mínimo Google tiene que parar y no reincidir en ninguno de estos tres tipos de prácticas (…) y también abstenerse de cualquier medida que tenga un fin similar o equivalente a estas», afirmó la CE, que deja en manos de la empresa decidir qué medidas concretas aplica.

Google ya ha anunciado que recurrirá la decisión ante los tribunales y defendido que «Android ha creado más elección para todos, no menos», ya que hace disponibles «24.000 dispositivos, de todo tipo de precios, de más de 1.300 marcas diferentes, con más de un millón de aplicaciones disponibles» en su tienda Play Store.

La multa anunciada hoy se suma a la multa de 2.424 millones de euros que el Ejecutivo comunitario impuso al gigante estadounidense en junio de 2017 por abuso de dominio al favorecer a su servicio de comparación de compras en su motor de búsqueda, que hasta hoy constituía la sanción más alta impuesta por Bruselas a una sola empresa.

Vestager recordó que la multa se calcula en función de la gravedad de la infracción y el volumen de negocio de la compañía y que, si es más alta, es porque se trata de «un comportamiento ilegal muy grave», pese a lo cual consideró que «está en línea» con las que impone la CE por estas prácticas.

La sanción podría no ser la última a la empresa estadounidense, ya que Bruselas también investiga si, con su servicio de intermediación de publicidad AdSense, Google restringe servicio la capacidad de sitios web de terceros para mostrar anuncios de búsqueda de sus competidores.

Por otra parte, la multa es la última en una serie de sanciones comunitarias a gigantes tecnológicos estadounidenses, como Apple y Amazon, y llega en un contexto de tensión entre Estados Unidos y la UE a cuenta de los aranceles impuestos por el Gobierno de Donald Trump o sus demandas de una mayor contribución a la OTAN.

Sin embargo, Vestager restó importancia a la posibilidad de represalias por parte de Washington hacia las empresas europeas y dijo que Estados Unidos «quiere una competencia justa tanto como la UE».

«Cuando aplicamos las normas de Competencia no lo hacemos en función del contexto político porque entonces nunca sería el momento adecuado», dijo, para defender que seguirán haciéndolo.

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