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Vtelca y Orinoquia: El negocio de producir caro y vender tecnología obsoleta, por William Peña

El descaro es descomunal y la pérdida de patrimonio, ingresos, aunado a la gran corrupción que existe en la nación por parte de un grupete es aún más aterrador. En Venezuela, la producción de un Vergatario, un Caribe o cualquier otro equipo local con esos nombres es casi igual a la de un Samsung S7, pero a diferencia del teléfono más avanzado de la coreana, con las más altas especificaciones técnicas y de hardware, el venezolano es un teléfono simple, con los hierros más baratos que se fabrican en china y con no más que una conexión de datos, una cámara de las más pobres fabricadas en China y una pantalla medio brillante y no muy grande.

La memoria y cuenta del ministerio de Industrias, que agrupa a las empresas de tecnología Vtelca y Orinoquia, parece escrita por los mismos guionistas de la programación del canal del Estado Venezolana de Televisión, pues en sus más de mil páginas, todo parece brillar, pero la realidad es inocultable y los números, aunque quizás estén maquillados, también dicen la verdad.

Y para muestra los altos costos que implica producir un teléfono en Venezuela. En el caso de Orinoquia, la producción promedio de un teléfono móvil a dólar de Bs. 6,30, que es el asignado a estas compañías desde siempre, sobre todo por su asociación con las empresas chinas, fue en el 2015 de unos 529 dólares, una inmensa cantidad de dinero que lo que ha hecho es comprar chatarra tecnológica mientras el país se hunde en la miseria y, lo más grave, que esos equipos ni siquiera se vieron en los anaqueles.

Pero aún peor, pues los números del Gobierno dicen que los equipos vendidos el año pasado fueron colocados, en promedio, a precios de unos 396 dólares, generándole a la nación una pérdida importante, pues ese subsidio directo al producto realmente en poco benefició al que adquirió su dispositivo en bolívares. Y aunque a muchos les suene poco, porque al final esos teléfonos fueron comprados en bolívares devaluados por los clientes, con precios de entre Bs.2500 y Bs.4.000, hay que recordar que el Estado le paga o adeuda a sus socios chinos en dólares y que por cada bolívar de esos, que para los venezolanos representan cada día menos, para los chinos esos billetes son dólares a Bs.6, 30.

Lo más grave del caso es que, por esos precios pagados, Venezuela podría tener de las mejores marcas de equipos y, de ser posible, aliarse con otras marcas más valiosas para producir realmente teléfonos de calidad con algún elemento local, por lo menos el ensamblaje. Pero el negocio por detrás vale más que el bienestar real de todo un país.

Y así lo muestran los resultados del 2015, donde las estatales fabricantes de teléfonos, según los números de la memoria y cuenta, prácticamente cumplieron a cabalidad con sus proyectos. Orinoquia logró producir el 96% de la meta propuesta reajustada y Vtelca alcanzó una producción del 88% de la meta propuesta, pero en las calles de Venezuela no se vieron equipos en todo el año y de las jornadas de telecomunicaciones, a las que mucha alharaca le hicieron, no llegaron, entre todas, a 300 mil unidades de teléfonos vendidas en todo el año.

Pero el Ministerio en la Memoria y Cuenta dice que, en total, ambas empresas lograron producir 1,6 millones de teléfonos móviles, aunque los anaqueles de los más de 500 agentes autorizados que tiene Cantv y Movilnet en todo el país (antes eran más de 1300), siempre estuvieron vacíos y en las propios centros de atención de las operadoras nunca hubo equipos disponibles en el año.

Lo extraño del cuento es que, tanto Orinoquia como Vtelca, no superaron el 50% de la inversión prevista para lograr las metas propuestas, lo que indica que, o los funcionarios fueron excesivamente exitosos en la reducción de costos de producción o, sencillamente, el maquillaje de los números obvió algunas realidades.

Para no ir más lejos. Si Orinoquia logró producir 732 mil 183 teléfonos en el 2015 de una meta reajustada de 762 mil 663 dispositivos (la meta inicial era de un millón de equipos) cómo es que, la empresa, apenas logró ejecutar el 47% del presupuesto asignado.  Algo pasó allí. O los números sobre la producción es falsa y realmente el número de equipos ensamblados es mucho menor o el costo de producción por equipo cayó de forma abrupta y ello les permitió un margen de inversión mucho menor, algo poco probable.

Y es poco probable porque en la misma Memoria y Cuenta dice que Orinoquia gastó más por cada equipo ensamblado  y, no sólo eso, sino que ese gasto es en dólares. Los datos de la Memoria y Cuenta también destacan que, en los últimos dos años (2013-2015), el costo de los equipos se incrementó en un 400% pero no así la producción, pues mientras que 175 trabajadores de Orinoquia producían en promedio, según la memoria y cuenta, unos 5752 teléfonos al año, al cierre del año pasado, más empleados, unos 210, produjeron sólo unos 3487 teléfonos. 

En el caso de Vtelca las cosas son un poco más complejas. Según la Memoria y cuenta,  la empresa produjo apenas unos 925 mil teléfonos, un 88% de la supuesta meta prevista para el año, pero sólo utilizó el 51% del presupuesto asignado. Según los números de la Memoria y Cuenta, la compañía estuvo sólo por debajo en unos 125 mil teléfonos de la meta propuesta para el año, pero en realidad la propuesta para el 2015 había sido de 3,5 millones de unidades, por lo que la verdad es que, Vtelca dejó de producir más del 70% de la meta propuesta, aunque se gastó el 51% del presupuesto asignado para el 2015.

Así como con Orinoquia, sus productos tuvieron un costo promedio de más de 375 dólares, lo que podría ser el costo de fabricación de un equipo de Gama media alta de una de las mejores marcas de teléfonos del mundo.  Pero a diferencia de Orinoquia, Vtelca sí logró equilibrar por lo menos eso, pues el costo en Bolívares de los equipos fue de unos Bs.2.347 y la venta en el año alcanzó en promedio unos Bs.2400 por equipo. Aunque claro está, los teléfonos no se vieron por ningún lado, a menos que los interesados hicieran colas kilométricas en las jornadas que se hicieron en el año. En dólares, el Estado igual perdió, pues los bolívares siguieron devaluándose y el Gobierno pagando en dólares a sus socios chinos o usando parte del Fondo para cubrir esas adquisiciones.

Aunque las empresas insisten en producción permanente en el año, las plantas no estuvieron activas más allá del 50% en todo el año, lo que también contrasta con los números presentados en la Memoria y Cuenta.  Entre sus limitaciones, ambas destacaron falta de divisas y problemas con los permisos de no producción.

Para este año, Vtelca anuncia otra vez la producción de unos 3,5 millones de equipos, pero si en los últimos años, con el petróleo por encima de $100, es poco probable que logre la meta. En el caso de Orinoquia, promete 1,3 millones de teléfonos para este año, pero ambas saben que esos números tienen que ser reajustados. Mientras tanto, el Estado sigue perdiendo dinero en dólares con esos proyectos y unos pocos siguen amasando grandes fortunas, aunque en china unos cuantos chinos corruptos ya reposan en las cárceles y sus familias perdieron todo lo que habían amasado, tanto lo que habían logrado con esfuerzo, como lo que lograron sus protectores a base de la corrupción.

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