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Dorancel no quiere que le digan «comegente»

Lorena Evelyn Arraíz @lorearraiz
Fotos: Omar Hernández / Diario La Nación

Hablar de canibalismo en Táchira es hacer referencia de una historia extraña y no concluida policialmente. El 13 de febrero de 1999, la opinión pública regional, nacional y hasta internacional, se vio sacudida por la noticia de un caníbal en la entidad andina y desde entonces, el nombre de este hombre reaparece para recordar que una persona descuartizó a humanos y se los comió y aunque esto nunca se comprobó, el conocido “caníbal del río Torbes” o “el comegente” sigue detenido en una celda de la Policía del Táchira y Analítica.com logró conversar con él.

Fue conocido como Dorangel aunque su verdadero nombre es José Dorancel Vargas Petro.

En ese entonces, los títulos y antetítulos generaron tal reacción que todas las ediciones de los periódicos que reseñaron ese caso se agotaron. Y no era para menos. Aquí un resumen de alguno de ellos: “Sujeto enloquecido asesinó y comió partes de un hombre”; “El Caníbal no es responsable de sus actos”; “No sea pingo, yo como pescado”; «No le gustan las mujeres: Antropófago de Táriba reconoce haber asesinado a seis hombres»; «Asegura el caníbal: ‘Las mujeres son difíciles de conseguir”; «Amenazado el loco come gente»; “Tan sólo he matado a diez personas”; «Dictamen de los psiquiatras: Completamente loco el descuartizador»; “Psicópata invoca al diablo en sus noches de locura”, “Quiero caldo con carnita”; «El antropófago de Táriba: ‘No quiero que me coman»; «El descuartizador se comió a su amante».

Fotos: Omar Hernández / Diario La Nación
Dorancel mantiene su barba y su aspecto delgado. A veces se ríe de las preguntas y muchas veces se contradice Fotos: Omar Hernández / Diario La Nación

Han transcurrido 17 años y Dorancel fue nombrado nuevamente a propósito de un motín que se registró en Politáchira y señalaron que el hombre había desmembrado a dos personas y había hecho lo propio con los cuerpos que no aparecieron nunca, luego de esa reyerta. Falso. Dorancel estuvo siempre junto a exfuncionarios policiales que también estaban detenidos y no estuvo en contacto con el grupo alzado. Recordó que tuvo miedo porque había gente con chuzos.

Dorancel mantiene su barba y su aspecto delgado. A veces se ríe de las preguntas y muchas veces se contradice. Quiere salir en libertad para trabajar “en lo que sea”.

Reiteradamente dice que quiere fideos y sus trastornos mentales se evidencian en su parco y confundido argumento.

Nació el 14 de mayo del 1957 en El Vigía, estado Mérida, y señaló que por negocios, se vino al Táchira. Recordó que trabajaba con su papá en el campo recogiendo guineos, que tiene 10 hermanos y que su mamá había fallecido pero que su padre está vivo.

Inicialmente manifestó no saber por qué estaba detenido. Ante la interrogante del motivo por el cual estaba Politáchira, respondió: “Porque me agarran, me reclutan, me encierran; por nada”.

Dorancel asegura estar “amañado” en ese cuartel de policías, sin embargo, sostuvo que se quiere ir pero no lo dejan.

Politáchira es su casa. Contó que tenía amigos ahí, que lo trataban bien y que le “mamaban gallo”. Hace unos años, fue trasladado a un centro psiquiátrico en Maracay y fue devuelto. “Me tiraron como nueve días por ahí y luego me volvieron a traer. Me tenían esposado por ahí y yo pedí que me trajeran”, dijo.

Dorancel le teme a la muerte; lo hace feliz estar bien y ver a su familia. “Puede que vengan y me traigan hallacas”, manifestó.

Aunque no concretó qué es el amor para él, aseguró que quiere a sus hermanas. Tampoco sabe de nuevas tecnologías y cuando se le preguntó si tenía un teléfono celular, replicó: “Eso se lo quitan a uno”. Contó que lo ve una doctora de nombre Magaly y que le dan pastillas para dormir.

Extraña estar en una celda solo, ahora la comparte con otras personas. Se dedica a barrer las instalaciones para que se vean “bonitas” y que luego queda muy cansado por la actividad.

Fotos: Omar Hernández / Diario La Nación
Fotos: Omar Hernández / Diario La Nación

La voz de Dorancel siempre ha estado pausada y con tono bajo. Poco mantiene la mirada pero no se intimida ante la avalancha de preguntas. Desvarió en reiteradas oportunidades. Se sonrió varias veces. No sabe cuánto tiempo estará más ahí pero su propósito es estar tranquilo y no molestar a nadie.

El denominado caníbal del río Torbes ya no quiere ser llamado así. Solo quiere comer fideos con carne y salir del recinto carcelario para trabajar.

De su puño y letra escribió “Amador Torres”, quien es el director de la Policía del Táchira. Posó con naturalidad para las cámaras y portaba con orgullo unas botas de caucho de color negro que fueron regaladas por el director.

Los médicos lo diagnosticaron con esquizofrenia paranoide. Su estatus legal es incierto, nunca fue sentenciado y al no contar con una infraestructura psiquiátrica carcelaria, fue resignado a permanecer en Politáchira.

El director de la policía lo describe como una persona respetuosa y tranquila. En todos sus años en la policía, Torres no recuerda algún problema de Dorancel con otro prisionero o algún funcionario.

La colectividad lo recuerda como el Caníbal, pero Dorancel solo quiere estar en paz.

Le gusta el merengue y le reza a la virgen

-Hay gente que dice que usted es malo
-Yo no me considero malo.

-¿Sabe qué es el canibaslimo?
-No sé qué es eso…

-¿Sabe que es famoso?
Sí.

-¿Por qué?
-Que como gente, que tal.

-¿Le gusta que le digan «comegente»?
-No me gusta que me digan «comegente» ni que me llamen caníbal.

-Si pudiera salir de la cárcel, ¿qué haría?
-Me iría a Táriba a ver si me consigo un trabajo.

-¿Qué es la felicidad?
-Que no tenga problemas con nadie.

-¿Qué le pediría al Niño Jesús?
-Le pediría comida: fideos con carne.

-¿Ha tenido novia o esposa?
-Sí he tenido novias, mujeres.

-¿Quién es el presidente?
-Maduro.

-¿Cómo se llama el gobernador?
-Vielma Mora.

-¿Por qué está preso?
-Porque estoy encerrado, no me dejan suelto. Digo que como gente porque me da pena.

-¿Qué le dice a quienes lo acusan de comer gente?
-¿Qué le voy a decir? Nada. Que me dejen en paz.

-¿Qué es la locura?
-Que está uno loco.

-¿Cree en Dios? ¿Le reza a alguien?
-Sí. Le rezo a Jesucristo, a la virgen María, a Dios.

-¿Ha comido gente?
-Sí, he comido (…) como a 10 hombres.

-¿Qué tipo de música le gusta?
-Merengue.

-¿Lo tratan bien en la policía?
-Me tratan bien en la policía (…) Lo único que yo siempre había estado solo y ahora estoy acompañado. Me gusta estar solo porque el peligro es con la gente (…) Estoy con 75 personas.

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