Vida con estilo

El racismo en la industria de la moda

Por: KienyKe

A principios de la década de 1990, era dorada de las súpermodelos, la trinidad ya estaba conformada oficialmente: Linda Evangelista, Christy Turlington y Naomi Campbell. Esta última, proveniente del sur de Londres en Inglaterra, no la tuvo tan fácil en cuanto a lograr el título de ser la primera modelo afro en la portada de Vogue París. Campbell, en los principios de su carrera, experimentó un gran número de rechazos de clientes por una simple y triste razón: el color de su piel; pero con el cariño de sus dos colegas, estas se negaban a participar en un show si Naomi no estaba.

Han pasado más de dos décadas y la industria de la moda, específicamente, con el modelaje, no ha cambiado mucho, y una de sus problemáticas sociales más criticadas, el racismo, sigue presente.

La diversidad racial sigue siendo tan persistente como hace algunos años, por ejemplo, en 2007, al principio del mes de la moda en Nueva York, las agencias de modelos solían mandar comunicados como el infame “no negras, no étnicas”. Actualmente, se ha pasado de tener un casting completo de chicas caucásicas a uno con mayoría blanca, unas cuatro chicas afro, dos asiáticas y si se busca aún más exotismo, una india.

El portal web Business of Fashion, en 2015, reunió datos de 117 shows de Nueva York, Londres, Milán y París, sobre cuál era el porcentaje de diversidad. De 3.875 modelos contratadas, 797 eran de color, es decir, 79,4% eran de origen caucásico, las modelos negras contaban con 10,2%, seguidas por las asiáticas con 6,5%, en otras, 2,3% es representado por chicas del medio oriente o de la India y 1,6% proviene de las modelos hispanoamericanas.

Esto no solamente pasa en el mundo del modelaje. En el glamuroso lado de las editoriales de lujo, el blog Fashionista hizo un estudio en el que recogió 41 portadas de las revistas de moda más importantes, solo 12 portadas incluían a mujeres de color. A esto, la profesora de estudios culturales del London College of Fashion, Reina Lewis, menciona: “La moda no se trata de vender la vida real”, refiriéndose también al principio de exclusividad con el que juega la industria de lujo de solo mostrar el producto deseado en cuerpos jóvenes, delgados y blancos.

Asimismo, Frédéric Godart, sociólogo especializado en moda, habla de la extensa herencia de las marcas de lujos que provienen de las grandes capitales de la industria. Se puede culpar por la falta de diversidad al interés en mantener los valores con los que siempre se ha trabajado. Cuando se compra un bolso de Chanel, no se quiere que el producto se vea local, sino que respire el estilo parisino, que lastimosamente, se quiere ver exclusivamente en una raza blanca.

Por otro lado, el diseñador de modas colombiano, Juan Pablo Socarras, comenta que el mundo de la moda es excluyente, y aún así, él está interesado en abrazar distintos tipos de belleza, sin importar su raza, tipo de cuerpo o expresión sexual, que Colombia responde a los patrones enseñados por el exterior y aún así, él muestra historias colombianas y caribeñas en sus pasarelas, con un modelo de belleza latino predominante.

Como abogada y activista de este movimiento que buscar promover la igualdad, la súpermodelo británica Naomi Campbell se ha abanderado como protectora de las modelos de minorías raciales, apoyando a chicas como Jourdan Dunn, Chanel Iman, Imaan Hammam o Riley Montana. Ella ha expuesto su compleja historia en la industria, que de joven, en muchas ocasiones le dijeron que no, para el diario The Independant.

Campbell expresó: “Yo no dejé que esto me afectara. Debido al asistir a audiciones y trabajar a una edad temprana, entendí lo que es ser negra. Tienes que poner un esfuerzo extra. Tienes que ser el doble de buena”. Además, sigue persistiendo el problema de que los maquilladores y peinadores en los backstages no están preparados, ni con los instrumentos ni con el conocimiento para arreglar a una chica de color, entonces, ellas tienen que llevar sus propios productos a las sesiones y desfiles.

Escándalos recientes muestran, por ejemplo, cómo el equipo de la casa de modas parisina Dior eliminó del casting a la top model Jourdan Dunn, teniendo como razón el tamaño de sus senos. A esto, Dunn alegó que, simplemente, se trataba de la falta de diversidad en la marca. También, Vetements y Balenciaga, marcas dirigidas por Demna Gvasalia, han sido acusadas de no escoger suficientes modelos de color, no chicos ni chicas negras, teniendo en cuenta la inspiración que la ropa tiene de la cultura popular afro.

En noticias más positivas, el oriundo de Ghana, Edward Enninful, fue nombrado, en los últimos meses, como editor en jefe de la Vogue Británica, siendo el primer, no solo hombre, sino persona de color, en ocupar un cargo de esta magnitud. Actualmente, en compañía del fotógrafo inglés Tim Walker se encuentra el proyecto del Calendario Pirelli 2018, el cual contendrá, únicamente, personajes negros que interpretan el clásico cuento «Alicia en el País de las Maravillas», entre ellos, Rupaul, Lupita Nyong’o, Whoopi Goldberg y más. La primera edición bajo el nombre de este creativo será la de diciembre de este año. Esto es una declaración de que la industria debe cambiar sigilosamente, teniendo en cuenta los tiempos en los que se vive.

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