A la espera de Oregón y Kentucky, Clinton disputa los números de Obama
WASHINGTON.- En las horas previas a las anteriores primarias, Barack Obama y Hillary Clinton se intercambiaron ataques relacionados con sus credenciales para el cargo, o sus posiciones políticas en asuntos de interés público, como la sanidad.
Sin embargo, en las primarias que se celebran hoy en Kentucky y Oregón el gran debate entre ambas campañas ha tenido que ver con los números, es decir, con las reglas del juego de estas primarias.
Por sus elecciones de los escenarios donde hacer campaña estos últimos días, parece que ambos candidatos ya no esperan arañar votos entre los grupos sociales que se han decantado por su adversario en la cincuentena de primarias y ‘caucus’ ya celebrados.
Obama ni tan siquiera ha puesto los pies en West Virginia, donde las encuestas dan una ventaja a Clinton de unos 30 puntos, gracias al apoyo de los votantes blancos de origen rural y clase obrera.
Por su parte, Clinton, no parece confiar en su capacidad de disputar a Obama el estado de Oregón, cuya capital es el principal feudo del progresismo y ecologismo en el Oeste del país.
Presión a los superdelegados indecisos
Así pues, a estas alturas, para ambos equipos de campaña, lo más importante ya no es tanto el conseguir el mayor número de votos posibles, como el atraer a tantos superdelegados como puedan.
El senador de Illinois lo ha intentado resaltando que tras las primarias de hoy, habrá obtenido, matemáticamente, la mayoría de delegados escogidos a través de votación popular. Una forma de presionar a los superdelegados que continúan indecisos –poco menos de 200- para que se suban a su carro, y no se atrevan a contradecir la voluntad popular.
Según sus cálculos, sólo necesitan una veintena más para obtener la mayoría de los 3.253 a asignar en este ciclo de primarias. Teniendo en cuenta que Kentucky reparte hoy 51, y Oregón 52, las expectativas del equipo de Obama parecen certeras.
Sin embargo, la ex primera dama ha hecho otros números, y Obama estaría aún lejos de ganar la mayoría de delegados porque considera que los más de 200 elegidos en Michigan y Florida, desposeídos de su voto en la convención por avanzar sus primarias antes de lo permitido, deben incluirse en el cálculo. Este asunto se discutirá el próximo 31 de mayo en la reunión del Comité de Reglas del partido.
Clinton se considera la ganadora de las primarias, pues en lugar de contar delegados, se fija en el total del voto popular, que asegura que ella lidera.
Además, ella se considera la ganadora de las primarias, pues en lugar de contar delegados, se fija en el total del voto popular, que asegura que ella lidera. El problema del argumento de Clinton es que se basa en unos supuestos de muy dudosa validez.
La senadora de Nueva York no cuenta los votos emitidos en los ‘caucus’, alegando que distorsionan la realidad. Pero en cambio, sí incluye los de las primarias de Michigan y Florida, donde los candidatos no hicieron campaña. En Michigan, además, todos los candidatos retiraron su nombre de las papeletas, excepto Clinton. Por lo que Obama no sumó ni un solo voto.
Ayer por la tarde, el equipo de Obama decidió reducir las celebraciones para no dar la impresión de que están forzando la retirada de Clinton, y enojar a sus seguidores, que necesitará en su batalla contra McCain el 4 de noviembre.
Además, el senador de Illinois espera obtener un buen resultado en las tres primarias que quedarán a partir de mañana, en Puerto Rico, Montana y Dakota, por lo que no quiere alienar a sus ciudadanos.
En definitiva, que la pugna entre Clinton y Obama continúa. Aunque ahora, más que votos, su gran pelea es sobre las reglas del juego. En este ámbito, como en el de delegados, la ventaja es para el senador afroamericano.
