Acusan a Ortega de disolver la Asamblea Nacional al destituir a 28 diputados
La Junta Directiva de la Asamblea Nacional (Parlamento) de Nicaragua, controlada por el sandinismo, acordó destituir a 28 diputados opositores, entre titulares y suplentes. Ante esto la disidencia acusa al Presidente Daniel Ortega de aspirar a un régimen de partido único.
Los diputados, entre ellos el coordinador de la principal coalición opositora Eduardo Montealegre, fueron destituidos de sus escaños por una resolución del Consejo Supremo Electoral (CSE), que fue acatada este viernes por la directiva legislativa, dijo la presidenta del Parlamento, la sandinista Iris Montenegro.
Los 28 diputados destituidos, de los cuales 16 son principales y 12 suplentes, pertenecían al Partido Liberal Independiente (PLI) hasta mayo pasado, cuando la Corte Suprema de Justicia quitó la representación legal de este partido a Montealegre, para otorgársela al jurista Pedro Reyes, cuya actividad política era casi nula.
Reyes reclamó la destitución de los diputados que conformaban el PLI ante el Poder Electoral porque estos no reconocieron su liderazgo como nuevo representante legal del partido, de acuerdo a la resolución.
A pesar de que los parlamentarios se declararon independientes y se desligaron del PLI fueron destituidos.
Bajo el mando de Montealegre, el PLI ganó 24 de los 91 diputados propietarios de la Asamblea Nacional en noviembre de 2011, donde eran la segunda fuerza política después del oficialismo.
Disidencia sandinista acusa a Ortega
Los disidentes sandinistas señalaron al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, por querer liquidar el pluralismo político en el país, luego de la destitución.
«Esta destitución es un nuevo zarpazo para liquidar por completo el pluralismo político y hacer desaparecer las voces opositoras en el Parlamento y en las instituciones públicas», indicó el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), integrado por disidentes, en una declaración pública.
Según ese movimiento, que carece de personalidad jurídica, Ortega «no pudo ni doblegar ni comprar a la oposición política representada por los diputados» destituidos, «dejando claro su proyecto de régimen de partido único, tal como lo advirtiera la Conferencia Episcopal recientemente».
«Ese modelo de partido único amenaza a todos y cada uno de los nicaragüenses que no se manifiesten alineados con la política orteguista», consideró el MRS, para el cual «los espacios institucionales se han cerrado para la oposición y para el pueblo».