Argentina celebra votación en la ONU sobre la deuda
«Había una sensación de alivio y liberación», dijo Timerman en declaraciones a Radio Continental en referencia a la aprobación de la iniciativa para regular las reestructuraciones de la deuda estatal aprobada este martes en la Asamblea General de Naciones Unidas por 124 votos a favor, 11 en contra y 41 abstenciones.
La propuesta fue presentada por el G77+China a raíz del conflicto generado por un fallo judicial favorable a un grupo de fondos especulativos (el 1% del total de los acreedores) que no aceptaron la reestructuración de la deuda en mora desde la el cese de pagos declarado por Argentina en 2001.
El fallo de juez Thomas Griesa, ratificado por la Corte Suprema de EE.UU., establece que Argentina debe pagar unos 1.500 millones de dólares, incluyendo intereses, a los demandantes, por la deuda que quedo impagada tras el «default».
Como parte de la aplicación del fallo, la Justicia estadounidense impide también que Argentina pague a los acreedores reestructurados (el 92,4 por ciento del total), hasta que no cumpla la sentencia.
«Lo que ocurrió ayer fue histórico» insistió Timerman, quien destacó la importancia de «que 124 países hayan dicho basta, queremos que haya una normativa que abarque a todos los países del mundo, como hay en otros temas».
«Después de más de 10 años un grupo de países logramos convencer a las Naciones Unidas de que sí se podía tratar el tema de la deuda externa, dentro de la única organización multilateral en la cual todos los países están representados y tienen un solo voto y que ese es el lugar para tratarlo», detalló el ministro.
«Muchos países se sintieron ayer aliviados, porque la deuda externa en sus países tiene un peso muy grande, su deuda está en igual situación que la argentina, con cláusulas que benefician a unos pocos en detrimento de toda una población», aseguró.
Según el canciller, los representantes de los países presentes en la Asamblea General «estaban emocionados porque se había logrado una unidad en un tema que aflige a muchas poblaciones del mundo».
Timerman sostuvo que el caso argentino ha logrado concienciar a muchos y dijo que la sentencia del juez neoyorquino Thomas Griesa es de «imposible» cumplimiento.
«La Argentina hace esto por la Argentina y por todos los países del mundo. Muchos cancilleres, luego de la votación, llamaron para agradecer a la Argentina por haber llevado este tema y haber convencido a muchos países de que la democracia es así, se gana o se pierde», recalcó.
El Gobierno argentino alega que la sentencia de Griesa viola su soberanía y que no puede cumplirse porque desencadenaría un aluvión de denuncias de los bonistas que aceptaron las quitas de los canjes de 2005 y 2010.
Ante la crisis, Argentina buscó respaldos internacionales que se materializaron ayer con la aprobación en la ONU de la iniciativa para establecer un marco regulatorio internacional para los procesos de reestructuración de la deuda soberana.
La ONU espera tener definidas las normas de renegociación de la deuda antes del final de este año.
En 2001 en medio de una grave cridsis económica y social, el Gobierno argentino declaró unilateralmente el cese de pagos de su deuda soberana, que ascendía a unos 100.000 millones de dólares.
