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Bajan las protestas en segundo día de paralización de transporte en Ecuador

Ecuador afronta su segundo día de estado de excepción decretado por el Gobierno, con una bajada de intensidad en las manifestaciones, que estallaron por la eliminación de subsidios a los combustibles, en el marco de un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«El día de hoy, la casi totalidad de Ecuador está haciendo sus actividades en paz», dijo el jefe de Estado, Lenín Moreno, antes de mostrar su satisfacción por «la respuesta inmensa, mayoritaria del pueblo ecuatoriano para apoyar una decisión valiente del Gobierno».

Se refería a la eliminación de los subsidios a los combustibles tras lo cual el valor del galón de diésel pasó de 1,03 dólares a 2,27, mientras que el de la gasolina conocida como «extra», la de mayor consumo en el país, se elevó de 1,85 a 2,30 dólares.

Amparados en el estado de excepción, los militares despejaron este viernes las carreteras donde manifestantes protestaban por el alza del precio de los combustibles.

En el norte de la provincia de Pichincha, cuya capital es Quito, manifestantes agredieron vehículos en los que se transportaban los militares, rompiendo varias de sus ventanas.

Alfredo Tutillo, presidente de una comunidad de parroquia de Cangahua del cantón Cayambe, informó a Efe de que militares lanzaron bombas lacrimógenas en el sitio donde estaban reunidos los indígenas, los que provocó heridas a doce personas, dos de ellas de gravedad, que fueron trasladadas a hospitales en Quito.

La Policía, de su lado, dispersó con gas lacrimógeno a quienes bloquearon vías con neumáticos en llamas, así como con palos y piedras, en el norte de Quito.

En la capital ecuatoriana los ciudadanos se movilizaron a pie o en transporte metropolitano, en una jornada en la que también circularon autobuses de militares para apoyar a la ciudadanía.

Con datos hasta la media mañana de hoy, la ministra de Gobierno, María Paula Romo, informó de que 59 policías resultaron heridos en las protestas.

Asimismo, cifró en 350 las personas detenidas desde que iniciaron las manifestaciones, entre ellas dirigentes del transporte en Quito y en el sur del país.

El mayor número de detenciones (159) ocurrieron en la ciudad costera de Guayaquil (suroeste), seguida por Quito (118), de acuerdo con Romo, que aclaró que la mayoría de casos se refieren a hechos de vandalismo registrados el jueves.

El vicepresidente del país, Otto Sonnenholzner, pidió a la ciudadanía que no confunda protesta con vandalismo, e insistió en que «el Gobierno en pleno rechaza la violencia».

Aseguró que las autoridades conocen quiénes están detrás las movilizaciones violentas contra de las políticas de ajuste económico del Gobierno y los señaló de querer sumir al «país en el caos».

El jefe de Estado apuntó en la víspera que la intención de los manifestantes que protagonizaron disturbios con las fuerzas de seguridad y bloqueado calles y vías del país era «desestabilizar el Gobierno».

El gobernante reiteró hoy su voluntad de diálogo pero aseguró que mantendrá la eliminación de subsidios.

«Bajo ninguna circunstancia vamos a cambiar la medida, que se oiga bien, no voy a cambiar la medida. Que quede claro, se eliminó el subsidio, se acabó la zanganería, y de aquí en adelante vamos construyendo el nuevo Ecuador que todos anhelamos, que todos soñamos», dijo tajante.

Y se mostró abierto a encontrar mecanismos para paliar el efecto que pueda tener en algunos sectores la eliminación de los subsidios a los combustibles que, según dijo son «nocivo para la economía» pues han representado pérdidas de unos 60.000 millones de dólares al país en las últimas cuatro décadas.

De su lado, el ministro ecuatoriano de Transporte y Obras Públicas, Gabriel Martínez, reveló que se analiza por parte del Gobierno recomendar a las compañías de transporte urbano e interurbano la fijación de tarifas para paliar el alza de precios del combustible.

Precisó que desde el Gobierno siempre se ha mantenido la disposición de dialogar con la intención de buscar fórmulas «que permitan encontrar un equilibrio en el precio ya que la eliminación del subsidio del diésel tiene un impacto en la tarifa de pasaje».

El alto cargo indicó que se busca el diálogo con todos los sectores de transporte pero en el caso de los taxistas, ámbito que calificó de «más radicalizado», se les exige que retomen la actividad antes de sentarse en la mesa de negociación: «Tienen que deponer la medida si quieren un diálogo con el Gobierno». 

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