Benedicto XVI llega a Turquía en medio de la tensión
(%=Image(3600784 ,»LRCN»)%) El más gigantesco aparato de seguridad en los viajes del Papa alemán, que desde ayer se encuentra en alerta máxima, se desplegará para garantizar la seguridad del Papa que llega hoy a Ankara, capital de Turquía, en una gira que concluirá el viernes.
Los turcos no quieren a Benedicto XVI y tienen sus razones. La primera indigna al mundo musulmán, después de la lección de teología que el Papa dio en Ratisbona, Alemania, en setiembre, en el que relacionó al Islam con la violencia y la irracionalidad, comparándolo con la fe cristiana, piadosa y racional. Los musulmanes no han perdonado al Papa lo que consideran una grave agresión contra su fe.
Decenas de miles de seguidores del islámico Partido de la Felicidad se reunieron el domingo en una céntrica plaza de Estambul en protesta por la visita del Papa Benedicto XVI a Turquía, para hoy martes.
“El papa no debe venir”, “Estambul no es Constantinopla”, “Santa Sofía debe ser una mezquita”, coreaban los manifestantes, que también portaban banderas con imágenes del papa vestido de cruzado, en los que se podía leer “Estamos en contra de las cruzadas”.
Por otro lado, cuando era aún el cardenal Joseph Ratzinger, en 2004, el actual Pontífice se opuso al ansiado ingreso de Turquía en la UE, afirmando que con un 97% de musulmanes entre sus 70 millones de habitantes “carece de raíces europeas”.
El avión del Pontífice aterrizará a las 13 (cinco horas menos en la Argentina). En una sala del aeropuerto el Papa se reunirá con el Primer Ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien hasta hace 48 horas alegaba un viaje al exterior para no recibirlo. Al fin Erdogan decidió evitar el desaire al Pontífice y hablará con él durante 15 minutos, aunque cree que un encuentro con el Papa no ayudará a consolidar sus aspiraciones presidenciales en las elecciones de febrero.
Erdogan es un político islámico y sus partidarios no quieren verlo en una foto con Benedicto XVI. Habrá tres autos blindados esperando al Pontífice, que durante su visita no tendrá prácticamente contactos con la población. Los autos blindados partirán en distintas direcciones seguidos por un poderosa escolta. No se sabe cuál de los tres abordará Benedicto XVI. Los trayectos que seguirá el cortejo papal no serán anunciados y casi veinte mil gendarmes y policías garantizarán su seguridad. Unidades de elite turcas rodearán al Pontífice, así como agentes de la Policía italiana, de los servicios secretos y de la Gendarmería y la Guardia Suiza pontificias. Se afirma que hasta los agentes del Mossad, el servicio secreto israelí, participarán del dispositivo de máxima seguridad.
Tras visitar la tumba de Ataturk, el padre de la patria turca moderna, el Papa irá a la sede de la presidencia turca donde lo recibirá el jefe del Estado, Ahmet Necdet Sezer. Pero el momento más esperado será el encuentro con el Gran Mufti, Alí Bardakoglu, que es la máxima autoridad islámica. Bardakoglu es uno de los críticos más duros del Papa.
Al término del encuentro, ambos darán declaraciones por separado. Tras visitas a Éfeso a la casa donde la tradición dice que vivió la virgen María en sus últimos años de vida y a la ex Antioquía, lugares centrales del cristianismo del primer milenio, el Papa llegará a Estambul. Esta será la parte central de su viaje: el encuentro y la declaración común con el patriarca ortodoxo Bartolomé I. El jueves visitará la ex catedral de Santa Sofía, que durante siglos fue el más grande templo de la cristiandad. A pocos pasos de allí se encuentra la Mezquita Azul, la más importante de Turquía, que también visitará el Papa Joseph Ratzinger “en señal de respeto al Islam”.
