Candidata argentina habla en Nueva York
La senadora Cristina Fernández de Kirchner, candidata a la presidencia argentina, dijo ayer que en los últimos cuatro años su país ha pasado de »estar al borde del abismo» a unos índices de crecimiento «que para sí los quisieran muchos».
La senadora, esposa del presidente Néstor Kirchner, acudió el martes a un almuerzo con capitanes de empresa, banqueros y políticos organizado por la Sociedad de las Américas, un centro por el que ha pasado lo más granado de la política y las finanzas de continente americano.
Durante su alocución, en español y a la que siguió una corta rueda de preguntas planteadas por escrito, indicó que dará continuidad a la política iniciada por su esposo, para »construir una fuente de certeza» que beneficie al desarrollo del país, a sus habitantes y a los empresarios que inviertan en él. Su referencia a la »previsibilidad» de su gestión tuvo un buen encaje entre los industriales asistentes.
»No podemos decir que la Argentina sea un paraíso», reconoció la senadora, aunque quiso resaltar la política propiciatoria de un ambiente macroeconómico en la política «fiscal que permitió articular en forma virtuosa el esfuerzo estatal y privado».
Gracias a esa política, agregó, hubo un descenso »dramático» del desempleo, la pobreza y la indigencia.
Hizo además mención de las diferencias entre los demócratas y republicanos en el gasto público de Estados Unidos, »cuando el presidente (Bill) Clinton dejó un superávit al final de su mandato» en contraste con la administración del presidente republicano George W. Bush, «aunque no quiero meterme en la política estadounidense».