Capilla ardiente en diario El Comercio recibió cuerpos de su equipo de prensa
Una capilla ardiente fue instalada en el interior del diario El Comercio para recibir los cuerpos de los tres integrantes de su equipo de periodistas asesinados en Colombia.
En un acto que tuvo carácter privado, se congregaron compañeros y familiares de las víctimas en las instalaciones del diario para honrar los féretros con los cuerpos del periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra.
Hasta ese lugar llegaron los féretros en carrozas fúnebres, adornadas con flores blancas y listones morados, acompañadas de una caravana de vehículos con carteles y banderas de Ecuador.
«Sólo gente del diario y familiares» permanecerán en la capilla ardiente, organizada por trabajadores del diario, indicó a la agencia EFE una fuente cercana a ese medio.
Agregó que tras la vigilia de los féretros, que permanecerá toda la madrugada, se efectuará un traslado de los cuerpos en la mañana de este jueves a la iglesia de La Dolorosa, en un sector central de la ciudad, para la velación.
Según comentó la fuente, hay un sentimiento de dolor y pena, aunque también algo de sosiego porque sus cuerpos «ya llegaron» a Quito y al diario.
Ortega, Rivas y Segarra fueron secuestrados el pasado 26 de marzo en la zona de Mataje, en la provincia costera de Esmeraldas, fronteriza con Colombia, donde realizaban trabajos periodísticos sobre el auge de la violencia en la región.
Días más tarde, una facción disidente de la exguerrilla de las FARC autodenominada «Frente Oliver Sinisterra» asumió la autoría del secuestro y el 13 de abril el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, confirmó el triple asesinato.
Las autoridades colombianas encontraron los cuerpos el pasado 21 de junio en el área de Tumaco, en el suroeste de Colombia, y fueron sometidos a exámenes de identificación en una unidad forense en Cali (Colombia), donde se confirmó que correspondían a los integrantes del equipo de prensa.
Los cuerpos de los tres llegaron hoy al aeropuerto de Quito en un avión de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, que también transportó a sus familiares que fueron a Cali para aportar en el proceso de identificación.
Tras la llegada de los féretros, Ricardo Rivas, hermano del fotógrafo asesinado, dijo que es «tranquilizador» tener los cuerpos en el país, pero «también muy emotivo, lleno de sensaciones, cosas encontradas, (es) muy doloroso».
Insistió es que es importante «saber que después de 90 días (los cuerpos de sus parientes) pudieron regresar y pudieron estar tranquilos donde pertenecen», pero apuntó que no descansarán hasta que se «transparente la verdad, se llegue a la justicia y la no impunidad».
Se prevé que el viernes se celebre una misa funeral de cuerpo presente antes del sepelio.