Cardenales efectuaron su primera votación: humo negro
La primera jornada del cónclave en el que se elegirá al nuevo Papa ya finalizó, pero los 115 cardenales reunidos en la Capilla Sixtina no lograron ponerse de acuerdo acerca de quién debe ser el sucesor de Juan Pablo II. Durante medio minuto, exactamente a partir de las 20:06 horas (14:06 horas en Chile), ya en plena oscuridad de la noche, la multitud congregada en la Plaza de San Pedro creyó ver humo blanco y comenzó a gritar, pero el frenesí se apagó enseguida cuando el humo se espesó y salió negro durante largos minutos.
Los aplausos y gritos dieron paso al silencio y la multitud empezó a retirarse de la plaza, a la que muchos prometieron volver mañana temprano, cuando los cardenales se reúnan nuevamente para votar dos veces por la mañana y otras dos por la tarde.
EL INICIO DEL CONCLAVE
A las 16:30 hora local, los cardenales electores se reunieron en el Aula de las Bendiciones del Palacio Apostólico, donde iniciaron una procesión hacia la Capilla Sixtina, recitando la letanía de los Santos.
La ceremonia, televisada por primera vez en directo, fue presidida por el cardenal alemán Joseph Ratzinger, decano del Colegio Cardenalicio, quien más temprano había oficiado una misa.
Finalizada la procesión de entrada en el emblemático oratorio papal en El Vaticano, Ratzinger leyó en voz alta una fórmula por la que además los electores se comprometen de antemano a gobernar la Iglesia católica con rectitud en caso de salir elegidos.
De esta forma, los 115 purpurados comenzaron a pasar uno a uno ante el cardenal alemán para efectuar el juramento también de manera personal. «Prometo, me obligo y juro. Así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano», debían decir con la mano puesta sobre el Evangelio. De violar el voto de silencio, los cardenales quedarán excomulgados automáticamente.
Tras el juramento, el maestro de ceremonias del Vaticano, Piero Marini, pronunció el «extra omnes» («fuera todos»), quedando en el lugar sólo los electores.
En las afueras, peregrinos de todas las nacionalidades se han congregado en la parte de la Plaza San Pedro desde la que se ve la chimenea de la Capilla Sixtina, es decir, el lado opuesto a las ventanas de los departamentos papales, donde se concentraban los fieles durante los últimos días de vida de Juan Pablo II.
LOS HOMBRES DE CONSENSO
Juan Pablo II fue elegido en 1978 en el quinto escrutinio. Por eso, los principales vaticanistas italianos prevén que esta vez el nuevo Papa salga tras una cantidad similar de votaciones. Y al igual que en esa ocasión, los expertos esperan que surja una candidatura de consenso que permita quebrar el eventual enfrentamiento entre Ratzinger y Tettamanzi. «Se puede pensar en Christoph Schönborn (austríaco), el indio Iván Dias, el canadiense Marc Oullet o un latinoamericano», sostiene el vaticanista Orazio Petrosillo. Según él, entre los latinoamericanos aparece el nombre de Jorge Mario Bergoglio, de Argentina; Claudio Hummes, de Brasil, o incluso el arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz.
Para el experto del Corriere della Sera Luigi Accatoli, es posible que en una primera votación comiencen también a recibir apoyos menores otros candidatos como el secretario de Estado Angelo Sodano; el patriarca de Venecia, Angelo Scola; el prefecto de la Congregación para los Obispos, Giovanni Battista Re, y el vicario de Roma, Camillo Ruini. Incluso Accatoli no descarta que en esos primeros escrutinios surja una figura sorpresiva que termine aunando consensos. Por ahora, los cardenales no han dado señales y estarían divididos en tres grandes grupos, según el vaticanista Sandro Magister: los conservadores de Ratzinger, los moderados de Tettamanzi y un tercer sector preocupado por el tema social, donde destaca Claudio Hummes de Brasil.
Luego del primer escrutinio -que aún no está claro si se realizará hoy como estaba previsto- las tendencias comenzarán a aclararse. En la residencia de Santa Marta y en la Capilla Sixtina habrá espacio para buscar consensos y sugerir nombres como ya sucedió en el segundo cónclave de 1978.
