Colombia calla frente a protesta de Ecuador
Los ministerios de Relaciones Exteriores y de Defensa de Colombia, al cierre de esta edición no habían querido confirmar ni negar una virtual irrupción armada en territorio ecuatoriano que causó el desplazamiento de al menos 70 familias campesinas y motivó una »enérgica carta de protesta» de la Cancillería de Quito, la cual dice tener »pruebas suficientes» sobre «esta nueva incursión que, por supuesto, no ayuda a que haya una más fluida relación entre los dos países».
De acuerdo con el Canciller ecuatoriano, Francisco Carrión, así como de mandos militares y autoridades civiles en la frontera con Colombia, la incursión ocurrió el sábado pasado cuando en varias oportunidades, tres helicópteros Black Hawck y dos avionetas de las Fuerzas Militares de Colombia entraron a territorio ecuatoriano, en el sector de La Bermeja, en la amazónica provincia de Sucumbíos, fronteriza con el convulsionado departamento colombiano de Putumayo.
El silencio oficial colombiano se mantendrá hasta cuando termine una reunión de autoridades políticas y militares que viajaron desde Bogotá hasta el puente amazónico fronterizo sobre el río San Miguel, donde ayer discutían el tema con sus pares ecuatorianos.
»No habrá declaraciones de Colombia sino después de la reunión en la frontera o quizá mañana (hoy)» dijo a El Nuevo Herald un portavoz de la Cancillería en Bogotá.
El ingreso de las naves colombianas el sábado pasado habría ocurrido cuando perseguían a guerrilleros de las FARC que buscaron refugio en el vecino país.
La principal cadena de televisión ecuatoriana, Ecuavisa, ayer difundió imágenes de uno de los supuestos tres Black Hawck colombianos cuando disparaba misiles contra blancos en la selva presuntamente ecuatoriana. También, mostró los destrozos en árboles que los disparos colombianos habrían ocasionado y exhibió una mochila de campaña y un fusil de fabricación soviética que un presunto guerrillero abandonó cuando huía de la persecución de las naves colombianas.
La gobernadora de Sucumbíos, Nancy Armijos, declaró que fueron encontrados casquillos calibre 50 de los disparos de ametralladora que habrían hecho los helicópteros.
La cancillería en Quito aseguró que desde los helicópteros de guerra hubo disparos »con ametralladoras en territorio ecuatoriano durante varias ocasiones en el día, a partir de las 09:30» de la mañana del sábado.
Por su parte, el canciller ecuatoriano, quien ayer recibió en su despacho al embajador de Colombia, Carlos Holguín, para entregarle la nota de protesta, declaró a un grupo de periodistas que «esperamos una respuesta de Colombia para que esto no se vuelva a producir».
Durante la última semana de diciembre pasado fue denunciada otra incursión militar colombiana, esa vez en el caserío de Frailejón, territorio andino de la limítrofe provincia de Carchi. En esa ocasión el incidente también ocurrió en persecución de guerrilleros que ingresaron a territorio ecuatoriano y las tropas colombianas supuestamente se adentraron dos kilómetros desde la frontera.
Colombia y Ecuador comparten una frontera terrestre de 586 km que comienza en las bocas del río Mataje, en el océano Pacífico, cruza los Andes aguas arriba del río San Juan y termina en la región amazónica.
El Comité Binacional de los Pueblos de la Frontera sostuvo ayer que la incursión de las naves militares colombianas que participaron en el incidente «se adentraron unos seis km en territorio ecuatoriano».
