Crisis andina: diálogo estancado
Luego de varias horas de discusiones, acusaciones mutuas y una fuerte retórica por parte de Colombia, Ecuador, Venezuela y Nicaragua, la sesión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), convocada para abordar la crisis desatada tras una incursión militar de Colombia en territorio ecuatoriano, se fue a receso sin llegar a una solución.
El Consejo Permanente de la OEA continuará este miércoles su sesión a las 11:00 hora local (16:00 GMT), en busca de una resolución.
En una muestra de que la crisis ya pasó al escenario internacional, al tiempo que se realizaba la sesión extraordinaria de la OEA, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa iniciaba una gira latinoamericana buscando apoyo contra lo que considera una violación de Colombia a la soberanía de su país.
En Brasilia, Correa dijo que las relaciones con el país vecino sólo se restablecerán si Álvaro Uribe pide «excusas sin tapujos».
Y agregó: «el agresor tiene que disculparse y la comunidad internacional condenarlo. Si no, tendremos que defendernos por nuestros propios medios (…) Ecuador está dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias».
Buscan consenso
En la OEA, Los gobiernos de Ecuador, Colombia y Panamá, así como funcionarios de la organización, trabajaron hasta altas horas de la noche en un documento que recogiera de la mejor forma el acuerdo de las partes.
En la OEA, el receso, que inicialmente se pautó para durar 15 minutos, se alargó durante varias horas la noche del martes, mientras los embajadores se reunían a puerta cerrada, en un grupo de trabajo encabezado por el embajador de Panamá, Aristídes Royo.
La raíz del desacuerdo se centra en que Ecuador pidió una resolución de condena a Colombia por ingresar en su territorio nacional, algo que el embajador de Colombia, Camilo Ospina, rechazó categóricamente.
Algunos países como Chile, Uruguay y Argentina se han ofrecido para mediar en la situación, pero una decisión final requiere de un consenso general, lo cual hace más difícil llegar a un solución rápida.
Específicamente, Ecuador pidió la «condena de la violación por parte de Colombia al territorio y a la soberanía de Ecuador».
Relación a «reconstruir»
La crisis se desató luego de una operación militar colombiana el sábado pasado en territorio ecuatoriano que provocó la muerte de Raúl Reyes, el segundo al mando de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El gobierno de Álvaro Uribe dijo que la intervención militar, en la que también murieron 16 guerrilleros, era una medida necesaria para combatir el terrorismo.
Colombia aseguró que ya pidió disculpas por ingresar a territorio ecuatoriano y que además no se necesita una comisión verificadora y una reunión extraordinaria de cancilleres americanos para solucionar sus diferencias, como lo pidió la ministra de relaciones exteriores de Ecuador, Maria Isabel Salvador.
Colombia también rechazó un ofrecimiento por parte de Francia de crear un grupo de países amigos para mediar en favor de la liberación de los rehenes en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Las tensiones palpables durante la sesión oficial se desbordaron en los pasillos de la OEA y, mientras que algunos embajadores no quisieron dar declaraciones, otros le echaron más leña al fuego.
Las relaciones entre los tres países se encuentran congeladas. Ecuador y Venezuela expulsaron a los diplomáticos colombianos y llamaron a sus respectivos embajadores en Bogotá. También ordenaron el envío de tropas a sus fronteras con Colombia.
Por su parte el gobierno colombiano acusó a sus contrapartes de Ecuador y Venezuela de tener vínculos directos con las FARC. Basándose en documentos que dice haber hallado en computadores de Reyes, Colombia acusó al gobierno de Chávez de financiar a las FARC con US$300 millones.
Por esto, Álvaro Uribe anunció que demandará al mandatario venezolano ante la Corte Penal Internacional por «patrocinio y financiación de genocidas».
EE.UU. «optimista»
A pesar del estancamiento para lograr una solución diplomática a la crisis, el encargado de la diplomacia de Estados Unidos para América Latina, Tom Shannon, se mostró optimista y dijo que la OEA es el vehículo indicado para encontrar una solución pacífica a las tensiones, que parecen escalar cada vez que uno de los gobiernos involucrados hace declaraciones.
Son 34 países y no se sabe qué puede pasar. Pero yo tengo confianza. Éste es un momento importante para Colombia y Ecuador y la OEA debe estar en una posición de ayudar a estos dos países para ver qué fue lo que pasó, por qué pasó y asegurarse que no vuelva a pasar», dijo Shannon.
El diplomático agregó que existen «dos versiones de los hechos» y que se debe «reconstruir» la relación entre Colombia y Ecuador.
La postura de EE.UU. no ha cambiado desde que se desató la crisis tras la incursión militar de Colombia en territorio ecuatoriano. Estados Unidos sigue firme en su apoyo a Colombia y en lograr una solución negociada con Ecuador.
Shannon evitó responder a las acusaciones de Venezuela de que EE.UU. colaboró en la operación militar de Colombia en Ecuador.
Tecnología utilizada
Por su parte, el embajador colombiano, Camilo Ospina aseguró que se trató de «una operación colombiana».
Sin embargo, Jorge Valero, embajador de Venezuela, reiteró que la participación del gobierno de EE.UU., «siamés» de Colombia, es clara:
«La tecnología que se utilizó para bombardear, para identificar la presencia de los integrantes de la FARC que estaban durmiendo, es una tecnología altamente sofisticada, del mismo tipo que se ha utilizado en Irak. Por eso este es un conflicto en el que está profundamente involucrado EE.UU. y ellos son, al igual que el gobierno colombiano, responsables por la agudización del conflicto», agregó.
La respuesta del embajador de Colombia, Mariano Ospina, a las acusaciones de Venezuela fue directa: «En los tribunales nos vemos», dijo en referencia a la acción legal que busca entablar Colombia contra Venezuela por «patrocinio del genocidio» ante la Corte Penal Internacional (CPI)
