EE.UU. fusila al primer reo en 14 años
El condenado eligió el pelotón de fusilamiento en el estado de Utah como forma de ser ajusticiado.
Las autoridades le cubrieron la cabeza con una capucha y le colocaron un blanco sobre su pecho. La ejecución ocurrió a las 06:00 GMT.
Gardner no pudo ver a los oficiales que se ofrecieron como voluntarios para matarlo, que le dispararon desde la oscuridad a unos seis metros de distancia.
Cuatro de los rifles estaban cargados con balas comunes y el quinto con cartuchos de salva, de modo que los agentes se quedasen con la duda sobre quiénes realizaron los disparos letales.
Familiares de una de las víctimas de Gardner presenciaron la ejecución. Afuera, más de 20 parientes del reo realizaron una vigilia.
¿Por qué el fusilamiento?
Ronnie Lee Gardner había elegido el fusilamiento para que acabaran con su vida.
Gardner, de 49 años, fue condenado por matar en 1985 a un abogado al intentar escapar de un tribunal que lo juzgaba por otro asesinato en 1984.
Cuando le preguntaron si deseaba decir algo antes de morir, simplemente respondió: «No quiero, no».
Su abogado, Andrew Parnes, le dijo a la BBC que escogió el fusilamento para evitar la inyección letal «porque en el último año ha habido malas experiencias con ese método en Estados Unidos».
«Inhumano»
Según apunta la periodista de la BBC Katrhyn Westcott, Utah es el único estado de los 35 en los que está vigente la pena de muerte en Estados Unidos que permite al preso optar por el pelotón de fusilamiento.
Los críticos afirman que se trata de un método «inhumano» y «bárbaro», que recuerda al salvaje Oeste.
El director ejecutivo de la agencia correccional de Utah entre 1985 y 1992, Gary DeLand, quien conoció personalmente a Gardner, dijo que no le sorprendió su elección.
«Era un hombre particularmente violento. Era la clase de persona que hace daño por deporte y que disfrutaba causando problemas», comentó DeLand.
«Un prisionero comentó que le había dicho que, si iba a morir, por lo menos alguien tendría que limpiar», agregó.
La ejecución tuvo lugar en una prisión en Draper, en las afueras de Salt Lake City.
Desde 1977, sólo dos personas habían sido fusiladas en Estados Unidos.
