EEUU: los latinos se oponen a los TLCs con Perú, Colombia y Panamá
Es conocido que después de la toma del poder de Fidel Castro en Cuba, cuando comenzó a ser difícil manejar la cuestión de los refugiados políticos y la inmigración desde Cuba al Estado de Florida, Estados Unidos decidió poner entre las filas de Inmigración a ciudadanos cubanos nacionalizados estadounidenses. La estrategia era clara: serán los que mejor protejan su situación de privilegio en el país.
Ahora, diferentes grupos de activistas latinoamericanos consideran que el Congreso de Estados Unidos debe rechazar los acuerdos comerciales con Perú, Colombia y Panamá porque estos solo alentarán la inmigración ilegal de los pequeños agricultores en esos países.
Los denominados “sabuesos”, con la firma del TLC entre Estados Unidos y estos países latinoamericanos, los ha creado a nivel civil. Pero la diferencia es que los activistas consideran que el tipo de acuerdos sellados fomenta la pérdida de trabajos en esos países, dejando a los agricultores desprotegidos.
Esos pactos comerciales están pendientes de ratificación en el Legislativo estadounidense, el acuerdo con Panamá será firmado mañana en Washington, y grupos a favor y en contra mantienen una campaña permanente de presión ante el Congreso para hacer oír sus voces.
Durante una concurrida rueda de prensa, líderes de algunas organizaciones latinas del país, acompañados de miembros del grupo de legisladores demócratas hispanos, destacaron las presuntas debilidades de los tratados de libre comercio y su impacto en la inmigración ilegal.
En particular, los activistas señalaron que Estados Unidos debe abandonar el modelo plasmado por el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), suscrito por Estados Unidos, México y Canadá, y que, en su opinión, agravó la crisis del campo en México.
El TLCAN causó la pérdida de más de 1,3 millones de empleos en el sector rural de México y sin duda los reglamentos agrícolas de ese pacto han contribuido a que la inmigración ilegal de los mexicanos hacia Estados Unidos se haya más que duplicado desde que este entró en vigor en 1994, señalaron en una carta enviada hoy a los congresistas.
«Si no corregimos el fracasado modelo del TLCAN, estaremos batallando con el problema de inmigración una y otra vez», dijo Gabriela Lemus, directora ejecutiva del Consejo Laboral para el Avance de América Latina (Lclaa).
Brent Wilkes, de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (Lulac), calificó de «increíble» que, en medio de un tenso debate migratorio, el Congreso analice convenios que «con seguridad incrementarán la presión en los empobrecidos pequeños agricultores de América Latina para que intenten venir a Estados Unidos». Lulac, al igual que otros grupos detractores de la política comercial de Washington, habían pedido al Congreso que modificara las cláusulas agrícolas dentro de los tratados de libre comercio.
Los activistas criticaron el texto formal alcanzado el lunes entre el Congreso y la Oficina de la Representante de Comercio Exterior (USTR) sobre asuntos laborales y ambientales de estos tratados porque, a su juicio, no mejora las cláusulas agrícolas como ellos habían solicitado. En la carta de tres páginas, aseguraron que ese texto formal -ya aceptado por Perú y Colombia- no responde a las necesidades de la comunidad latinoamericana dentro y fuera de Estados Unidos.
Criticaron que, pese a previsibles repercusiones, el Gobierno estadounidense ha vuelto a incluir las mismas cláusulas agrícolas del TLCAN en los tratados con Perú, Colombia y Panamá y que, vaticinaron, perjudicarán a productos como el maíz, arroz o los frijoles.
Asimismo, los activistas destacaron su apoyo al libre comercio como herramienta para ayudar a las familias de trabajadores en Estados Unidos y América Latina, pero a la vez enfatizaron que las políticas de comercio y desarrollo económico deben tomar en cuenta las asimetrías entre la superpotencia y la región, y «respetar los derechos laborales y el medio ambiente».
