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El fundamentalismo de mercado no funcionó y está llegando a su fin

Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, es uno de los economistas más citados en el mundo y, también, uno de los más críticos del actual sistema de «libre mercado». En esta entrevista, repasa las causas de la actual crisis mundial y cuáles son las posibles salidas.

Barack Obama dijo que el derrumbe de Wall Street es la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión. John McCain sostiene que la economía se encuentra amenazada, pero que básicamente está fuerte. ¿Cuál de las dos posturas es la acertada?.

Obama está más cerca de la verdad. Sí, Estados Unidos cuenta con gente talentosa, grandes universidades y un buen sector de alta tecnología. Pero los mercados financieros jugaron un papel muy importante. Representaron el 30 por ciento de las ganancias de las empresas en los últimos años. Quienes manejan los mercados financieros almacenaron esas ganancias con el argumento de que estaban ayudando a manejar el riesgo y a asignar de manera eficiente el capital, razón por la cual, dijeron, «se merecían» esos dividendos tan altos. Pero resultó que no era cierto. Manejaron todo mal. La situación se volvió como una suerte de búmeran en contra de ellos y ahora el resto de la economía tendrá que pagar, a medida que las ruedas de la economía aminoren su velocidad, a raíz de la contracción del crédito. Ninguna economía moderna puede funcionar bien sin un sector financiero vigoroso. De modo tal que el diagnóstico de Obama de que nuestro sector financiero se encuentra en un estado desesperante es correcto. La mayor parte del crecimiento económico que tuvimos en los últimos cinco años estuvo basada en la burbuja inmobiliaria, que ahora explotó. Y los frutos de ese crecimiento no fueron compartidos de forma amplia. En síntesis, las bases no son sólidas.

¿Cuál debiera ser la respuesta política al derrumbe de Wall Street?

No cabe duda de que necesitamos no sólo una nueva regulación sino un rediseño del sistema regulatorio. Durante su gestión como titular de la Reserva Federal, período durante el cual creció esta burbuja financiera e hipotecaria, Alan Greenspan contaba con muchos instrumentos para frenarla, pero fracasó. Fue elegido por Ronald Reagan por su actitud anti regulación. Paul Volcker, el anterior presidente de la Fed, famoso por mantener bajo control a la inflación, fue despedido porque la administración Reagan no consideraba que era un «desregulador» adecuado. Nuestro país, por ende, sufrió las consecuencias de elegir como regulador «en jefe» de la economía a alguien que no creía en la regulación. Por ello es que en primer lugar, para corregir el problema, necesitamos líderes políticos y hacedores de políticas que crean en la regulación. Más allá de esto, necesitamos implantar un sistema nuevo, capaz de lidiar con la expansión de los instrumentos financieros que están más allá de los bancos tradicionales.

Los valores hipotecarios que están detrás del derrumbe son sostenidos en el mundo por bancos o fondos soberanos de China, Japón, Europa y el Golfo. ¿Qué impacto tendrá esta crisis sobre ellos?.

Es cierto. Las pérdidas de las instituciones financieras europeas por hipotecas sub-prime fueron mayores que en Estados Unidos. El hecho de que EE.UU. haya diversificado estos valores entre tomadores de todo el mundo –gracias a la globalización de los mercados– suavizó de hecho el impacto en el propio EE.UU. Si no hubiéramos diseminado el riesgo por todo el mundo, el derrumbe en EE.UU. hubiera sido peor.

¿Cuál es, entonces, el impacto final del derrumbe de Wall Street en la globalización manejada por los mercados?

La agenda de la globalización estuvo estrechamente vinculada a los fundamentalistas del mercado. En esta crisis, vemos a las instituciones orientadas hacia el mercado, de la economía más orientada hacia el mercado. Fracasar y correr hacia el gobierno en busca de ayuda. Todos dirán ahora que se trata del fin del fundamentalismo de mercado. En este sentido, el derrumbe de Wall Street es al fundamentalismo de mercado lo que la caída del Muro de Berlín fue al comunismo -le dice al mundo que esta forma de organización económica resulta no sustentable-. A la larga, dicen todos, ese modelo no funciona. Este momento es una señal de que los enunciados de la liberación del mercado financiero eran falsos.

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